34 Y será ley eterna para vosotros el orar por los hijos de Israel y por todos sus pecados una vez al año. Lo hizo, pues, Moisés como el Señor lo había mandado.
34 Esta es una ley perpetua para ustedes a fin de purificar al pueblo de Israel de sus pecados, haciéndolos justos ante el Señor una vez cada año». Moisés siguió todas estas instrucciones exactamente como el Señor se lo había ordenado.
34 Esta será para ustedes una ley perpetua. Una vez al año harán el rito de expiación por todos los pecados de los Israelitas.
Y lo hicieron como Yavé había mandado a Moisés.
34 Esto tendréis por estatuto perpetuo: Que se haga expiación una vez al año por los hijos de Israel, a causa de todos sus pecados. Y él hizo como YHVH había ordenado a Moisés.°
34 Es ley perpetua para vosotros: una vez al año se hará la expiación por todos los pecados de los israelitas'. Y se hizo tal como Yahveh había mandado a Moisés.
en el Tabernáculo del Testimonio, afuera del velo que está pendiente delante del Arca del Testimonio. Aarón y sus hijos cuidarán de aderezar las lámparas del candelero, para que arda en presencia del Señor hasta la mañana. Será éste un culto perpetuo que rendirán los hijos de Israel de padres a hijos sucesivamente.
Una vez en el año hará Aarón la expiación del altar, rociando sus cuatro puntos con la sangre de la víctima, ofrecida por el pecado, y con ella aplacará a Dios por vuestras generaciones. Será esta cosa santísima en el acatamiento del Señor.
y le dio esta orden, diciendo: Di a tu hermano Aarón que no en todo tiempo entre en el santuario que está del velo adentro, ante el propiciatorio que cubre el arca , so pena de muerte (porque yo he de aparecer en una nube sobre el oráculo);
Por tanto, no trabajéis poco ni mucho en este día. Ley sempiterna será ésta para vosotros y para vuestros descendientes, en cualquier lugar en que moréis.
Así habló Moisés a los hijos de Israel. Y en seguida sacaron éstos fuera del campamento al blasfemo, y le mataron a pedradas. E hicieron los hijos de Israel como el Señor había mandado a Moisés.
El día décimo de este mes séptimo será también para vosotros santo y venerable, y mortificaréis vuestras almas con el ayuno y no haréis en él ninguna obra servil.
De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo, cuando ahora una sola vez al cabo de los siglos se presentó para destrucción del pecado, con el sacrificio de sí mismo.
dando a entender con esto el Espíritu Santo que no estaba todavía patente la entrada del verdadero santuario del cielo, estando aún en pie, o subsistiendo, el primer Tabernáculo.