Anda enhorabuena y junta todos los judíos que hallares en Susán, y haced oración por mí; no comáis ni bebáis en tres días y en tres noches, que yo con mis criados ayunaré igualmente; y en seguida me presentaré al rey, contraviniendo la ley, pues entraré sin ser llamada, y exponiéndome al peligro y a la muerte.
(y los cuales por salvar mi vida expusieron sus cabezas, por lo que no solamente yo me reconozco agradecido, sino también las iglesias todas de los gentiles);
Por tanto, regocijaos, ¡oh cielos, y los que en ellos morais! ¡Ay de la tierra y del mar!, porque el diablo bajó a vosotros, arrojado del cielo, y está lleno de furor, sabiendo que le queda poco tiempo.
Viendo eso me expuse al peligro, y salí con poquísima gente contra los hijos de Amón, y el Señor los entregó en mis manos; ¿por dónde, pues, he merecido yo que os levantéis contra mí para hacerme la guerra?
Ahora, pues, considerad si habéis hecho una acción justa e inocente, en constituir por rey vuestro a Abimelec; si os habéis portado bien con Jerobaal y su casa, correspondiendo a los beneficios de aquel que combatió por vosotros,
vosotros que ahora os habéis alzado contra la casa de mi padre, y degollado a sus hijos, setenta personas sobre una misma piedra, y constituido por rey sobre los habitantes de Siquem a Abimelec, hijo de una esclava suya, porque es vuestro hermano;
El puso su vida en el mayor riesgo, y mató al filisteo; con el cual dio el Señor una gran victoria a todo Israel. Tú lo viste y te llenaste de gozo. Pues, ¿por qué quieres ahora pecar, derramando sangre inocente, matando a David que no es culpable de nada?