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Jueces 4:5 - Biblia Torres Amat 1825

5 Ella, pues, envió a llamar a Barac, hijo de Abinoem, natural de Cedes de Neftalí, y le dijo: El Señor Dios de Israel te da esta orden: Anda y conduce el ejército al monte Tabor, llevando contigo diez mil combatientes de la tribu de Neftalí y de la de Zabulón:

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Biblia Reina Valera 1960

5 y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Solía sentarse bajo la Palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la zona montañosa de Efraín, y los israelitas acudían a ella para que los juzgara.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Se sentaba bajo la Palmera de Débora, entre Rama y Betel, en la montaña de Efraín, y los israelitas subían donde ella para obtener justicia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y se sentaba bajo el palmar de Débora, entre Ramá y Bet-’El, en la serranía de Efraín, y los hijos de Israel acudían a ella para que los juzgara.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Se sentaba bajo la Palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la montaña de Efraín; y los israelitas acudían a ella para resolver sus litigios.

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Jueces 4:5
18 Referans Kwoze  

En este mismo tiempo murió Débora, ama de leche de Rebeca; y fue sepultada al pie de Betel, debajo de una encina: que por eso se llamó aquel lugar, Encina del Llanto.


Al día siguiente Moisés se sentó a despachar las causas del pueblo, el cual estaba alrededor de él desde la mañana hasta la noche.


Y cuando se suscita entre ellos alguna diferencia, acuden a mí para que decida entre las partes, y les haga conocer los preceptos de Dios y sus leyes.


Escucha, pues, mis palabras y consejos, y Dios será contigo. Sé tú medianero del pueblo en las cosas pertenecientes a Dios, presentándole las súplicas que se le hacen,


Los cuales administraban justicia al pueblo en todo tiempo, y las causas más graves las remitían a Moisés, juzgando ellos solamente las más fáciles.


Porque esto dice el Señor: Se han oído más allá en lo alto voces de lamentos, de luto y de gemidos, y son de Raquel, que llora sus hijos, y no quiere admitir consuelo en orden a la muerte de ellos, visto que ya no existen.


y su línea tira de Betel a Luza, y atraviesa la comarca de Arci hacia Atarot,


Bet-Araba, y Samaraim, y Betel,


y tenía su asiento debajo de una palma, que se llamó por eso de su mismo nombre, entre Rama y Betel, en el monte de Efraín: y los hijos de Israel acudían a Débora en todos sus litigios.


Hubo un hombre en la ciudad de Ramataimsofim, en las montañas de Efraín, cuyo nombre era Elcana, hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohú, hijo de Suf, de la tribu de Leví, y domiciliado en la de Efraín.


Por la mañana se levantaron todos, adoraron al Señor, y poniéndose en camino, regresaron a su casa en Rámata. Elcana se unió a Ana, su mujer, y el Señor se acordó de ella y de su oración.


Pero el profeta Gad dijo a David: No te estés más en esa fortaleza; marcha y vete a tierra de Judá. Partió, pues, David, y vino al bosque de Haret.


Habiendo muerto Samuel, se congregó todo Israel a celebrar con lágrimas sus exequias, y lo sepultaron en el sepulcro de su casa en Rámata. David entonces pasó al desierto de Farán.


Volvía después a Rámata, por tener allí su casa, donde juzgaba también a Israel; y donde asimismo edificó un altar al Señor.


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