Jueces 17:2 - Biblia Torres Amat 18252 el cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que habías apartado para ti, y acerca de los cuales jurabas, estando yo presente, que te los había hurtado, sábete que yo los tengo, y que están en mi poder. Le respondió ella: Colme el Señor a mi hijo de bendiciones. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19602 el cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que te fueron hurtados, acerca de los cuales maldijiste, y de los cuales me hablaste, he aquí el dinero está en mi poder; yo lo tomé. Entonces la madre dijo: Bendito seas de Jehová, hijo mío. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente2 Un día le dijo a su madre: —Te oí maldecir a la persona que te robó mil cien piezas de plata. Bueno, yo tengo el dinero; fui yo quien lo tomó. —El Señor te bendiga por haberlo admitido —respondió la madre. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)2 Dijo a su madre: 'Las mil cien monedas de plata que te habían robado y a propósito de las cuales habías pronunciado una maldición, maldición que oí con mis propios oídos, pues bien, esa plata la tengo yo: yo la había tomado'. Su madre dijo inmediatamente: '¡Yavé bendiga a mi hijo!' Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion2 quien le dijo a su madre: Los mil cien ciclos de plata que te fueron sustraídos, acerca de los cuales proferiste maldición a mis oídos, he aquí, aquella plata está en mi poder. Yo la tomé. Y su madre le dijo: ¡Bendito seas de YHVH, hijo mío! Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19752 Éste dijo a su madre: 'Los mil cien siclos de plata que te han sido hurtados y por los que lanzabas maldiciones que has hecho llegar a mis oídos, los tengo yo; yo los había tomado'. Dijo entonces su madre: '¡Bendito, tú, hijo mío, ante Yahveh!'. Gade chapit la |
Oye, pues, ahora, te ruego, mi rey y señor, las palabras de tu siervo: Si es el Señor el que te incita contra mí, acepte el olor de este sacrificio; mas si son los hombres, malditos sean en la presencia del Señor, ellos, que me han hoy desterrado, para que no habite en la heredad del Señor; como quien dice: Anda y sirve a dioses ajenos.