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Jueces 16:30 - Biblia Torres Amat 1825

30 dijo: ¡Muera aquí Sansón con los filisteos! Y, sacudidas fuertemente las columnas, cayó el edificio sobre todos los príncipes y la demás gente que allí había. De esta manera Sansón mató muchos más en su muerte que antes había matado en vida.

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Biblia Reina Valera 1960

30 Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 y pidió en oración: «Déjame morir con los filisteos». Y el templo se derrumbó sobre los gobernantes filisteos y todos los demás presentes. De esa manera, Sansón mató más personas al morir, que las que había matado durante toda su vida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Luego Sansón exclamó: '¡Que muera yo con todos los filisteos!' Se estiró con todas sus fuerzas y se derrumbó el templo encima de los jefes y de todo el pueblo que estaba allí. Los que arrastró consigo a la muerte fueron más numerosos que aquellos a los que había dado muerte durante toda su vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Y exclamó Sansón: ¡Muera yo con los filisteos! Y empujando con fuerza, el templo cayó sobre los jefes y sobre toda la gente que estaba dentro. De modo que fueron más los que mató al morir que los que había matado en su vida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Y exclamó Sansón: '¡Muera yo con los filisteos!'. Empujó con fuerza y el edificio se desplomó sobre los príncipes y sobre toda la gente que en él había. Así causó más muertos al morir que los que había matado en vida.

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Jueces 16:30
21 Referans Kwoze  

Yo pondré enemistades entre ti y la mujer, y entre tu raza y la descendencia suya: ella quebrantará tu cabeza, y andarás acechando a su calcañar.


la gloria de los impíos dura poco, y el gozo de los hipócritas no más que un momento.


Pues qué, ¿acaso no está establecida la perdición para los malvados, y el desheredamiento para los que cometen el pecado?


¿Hasta cuándo estaréis acometiendo a un hombre todos juntos para acabar con él, y derrocarle como a una pared desnivelada, y como a una tapia ruinosa?


Ni sabe el hombre su fin; sino que como los peces se prenden con el anzuelo, y como las aves caen en el lazo, así los hombres son sorprendidos de la adversidad, que los sobrecoge de repente.


Pues quien quisiere salvar su vida obrando contra mí, la perderá; mas quien perdiere su vida por amor a mí, la encontrará.


Pero yo ninguna de estas cosas temo; ni aprecio más mi vida que a mí mismo, o a mi alma, siempre que de esta suerte concluya felizmente mi carrera, y cumpla el ministerio que he recibido del Señor Jesús para predicar la buena nueva de la gracia de Dios.


A lo que respondió, y dijo: ¿Qué hacéis con llorar y afligir mi corazón? Porque yo estoy pronto, no sólo a ser aprisionado, sino también a morir en Jerusalén por el Nombre del Señor Jesús .


Pues aun cuando yo haya de derramar mi sangre a manera de libación sobre el sacrificio, y víctima de vuestra fe, me gozo, y me congratulo con todos vosotros.


en atención a que por el servicio de Jesu-cristo ha estado a las puertas de la muerte, exponiendo su vida a trueque de suplir lo que vosotros desde ahí no podíais hacer en obsequio mío.


Se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz;


Y despojando con esto a los principados y potestades infernales, los sacó valerosamente en público, y los llevó delante de sí, triunfando sobre ellos en su propia persona, o por su pasión y muerte.


Pues cuando los impíos estarán diciendo que hay paz y seguridad, entonces los sobrecogerá de repente la ruina, como el dolor de parto a la que está encinta, sin que puedan evitarla.


Se apoderó de él después el espíritu del Señor, y fuese a Astalón, donde mató treinta hombres; y quitándoles los vestidos, se los dio a los que descifraron el enigma. Y enojado sobremanera, se volvió a la casa de su padre.


Y hallando a mano en el suelo una quijada o mandíbula de asno, la agarró, y mató con ella mil hombres.


Hizo, pues, gran destrozo en ellos; de manera que atónitos se quedaban sentados puesta una pierna sobre otra sin saber qué hacer. Después de lo cual, retirándose Sansón, habitó en la cueva de la peña de Etam.


Y agarrando las dos columnas en que estribaba el edificio, una con la derecha y otra con la izquierda,


Después acudiendo sus hermanos con toda la parentela, tomaron su cuerpo, y lo colocaron entre Saraa y Estaol, en el sepulcro de su padre Manué. Fue juez de Israel veinte años.


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