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Jueces 15:14 - Biblia Torres Amat 1825

14 Llegado que hubo al lugar de la Quijada, saliéndole a recibir los filisteos con grande algazara, se apoderó de él el espíritu del Señor; y como se consume el lino al sentir el fuego, así en un momento rompió y deshizo Sansón las ligaduras con que estaba atado.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro; pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Cuando Sansón llegó a Lehi, los filisteos salieron gritando de triunfo. Sin embargo, el Espíritu del Señor vino con poder sobre Sansón, y él rompió las sogas que tenía atadas en los brazos como si fueran hilos de lino quemados, y cayeron de las muñecas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Cuando estaba ya cerca de Lehi, salieron a su encuentro los filisteos lanzando gritos de alegría. Entonces se apoderó de él el espíritu de Yavé. Las cuerdas que amarraban sus brazos se volvieron para él como hilos de lino quemado, y se deshicieron las ataduras de sus manos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Él iba llegando a Lehi cuando los filisteos alzaron el grito corriendo a su encuentro. Entonces el Espíritu de YHVH lo invadió, y las sogas que estaban en sus brazos fueron como lino quemado al fuego, y sus ataduras se desprendieron de sus manos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Cuando llegaba a Lejí, los filisteos salieron gritando a su encuentro, pero entonces lo invadió el espíritu de Yahveh y los cordeles con que tenía atados los brazos fueron como hilos de lino consumidos por el fuego, de modo que las ligaduras se deshicieron entre sus manos.

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Jueces 15:14
22 Referans Kwoze  

la gloria de los impíos dura poco, y el gozo de los hipócritas no más que un momento.


Me cercaron estrechamente; pero me vengué de ellas en el Nombre del Señor.


Que adiestra mis manos para la pelea. Tú eres, ¡oh Dios mío!, el que fortaleciste mis brazos como arcos de bronce,


Porque el faraón va a decir de los hijos de Israel: Están estrechados del terreno, y cerrados de los montes del desierto.


Entretanto avisaron al rey de los egipcios que el pueblo iba huyendo; y se trocó el corazón del faraón y de sus servidores en orden al pueblo, y dijeron: ¿En qué pensábamos al soltar a Israel para que dejase de servirnos?


No tienes que holgarte por mi ruina, ¡oh tú, enemiga mía!, que todavía yo volveré a levantarme; y cuando estuviere en las tinieblas del cautiverio, el Señor será mi luz y consolación.


Entonces me respondió él, y me dijo: Esta es la palabra que el señor dice a Zorobabel: No ha de ser por medio de un ejército, ni con la fuerza, sino por la virtud de mi espíritu, dice el Señor de los ejércitos.


También te pido a ti, ¡oh fiel compañero!, que asistas a ésas que conmigo han trabajado por el Evangelio con Clemente y los demás coadjutores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.


Se apoderó de él después el espíritu del Señor, y fuese a Astalón, donde mató treinta hombres; y quitándoles los vestidos, se los dio a los que descifraron el enigma. Y enojado sobremanera, se volvió a la casa de su padre.


Mas el espíritu del Señor entró en Sansón, y despedazó éste al león haciéndole trizas, como si hubiese sido un cabrito; y eso que no tenía arma alguna en la mano; mas no quiso manifestar nada de esto al padre, ni a la madre.


No te mataremos, respondieron: solamente te entregaremos atado. Lo ataron, pues, con dos cuerdas nuevas, y le sacaron de la peña de Etam.


Entretanto los filisteos entrando por la tierra de Judá, acamparon en un lugar, que después se llamó Lequí, esto es, Quijada, donde fue derrotado su ejército.


Lo ató por consiguiente Dalila con ellas; y preparadas en el aposento las asechanzas, gritó: ¡Sansón, los filisteos se echan sobre ti! Mas él rompió las ligaduras como hilachas de tela.


Lo que viendo el pueblo alababa también a su dios y repetía lo mismo: Nuestro dios nos ha puesto en las manos a nuestro enemigo, que ha asolado nuestra tierra y matado muchísimos de sus habitantes.


quedándose aquéllos en acecho, escondidos en la casa, aguardando en una pieza retirada el fin de este suceso. Luego Dalila le gritó: ¡Sansón, los filisteos se echan sobre ti! Mas él rompió las ataduras, como cualquiera rompería un hilo torcido de borra de estopa, así que le hiciera sentir el fuego. Con esto no se supo en qué consistía su fuerza.


De resultas quedó en paz el país por cuarenta años, y murió Otoniel, hijo de Cenez.


Perezcan, Señor, como Sísara todos tus enemigos: y brillen como el sol en su oriente los que te aman.


En efecto, llegados al collado arriba dicho, he aquí que se encuentra con un coro de profetas; y arrebatado del espíritu del Señor se puso a profetizar o cantar en medio de ellos.


Y te arrebatará el espíritu del Señor, y profetizarás con ellos, y quedarás mudado en otro hombre.


Al oírlo quedó arrebatado del espíritu del Señor. E irritado sobremanera,


y corría yo tras ellos y los mataba, y les quitaba la presa de entre los dientes, y al volverse ellos contra mí, los agarraba yo de las quijadas, y los ahogaba y mataba.


Luego que el arca de la alianza del Señor llegó al campamento, dio voces todo Israel con grande algazara, que resonaron por todo el país.


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