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Juan 3:15 - Biblia Torres Amat 1825

15 para que todo aquel que crea en él no perezca, sino que logre la vida eterna.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 para que todo el que crea en él tenga vida eterna.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 y entonces todo el que crea en él tendrá por él vida eterna.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 para que todo el que cree en Él° tenga vida eterna.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 para que todo el que cree en él tenga vida eterna.

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Juan 3:15
37 Referans Kwoze  

Y aquel día extenderá el Señor nuevamente su mano para atraer los restos de su pueblo que quedaren entre los asirios, y en Egipto, y en Fetros, y en Etiopía, y en Elam, y en Sennaar, y en Emat, y en las islas del mar.


He jurado por mí mismo; ha salido de mi boca una palabra justísima y no será revocada;


Hizo, pues, Moisés, una serpiente de bronce, y la puso por señal, a la cual mirando los mordidos, sanaban.


Mirad que no despreciéis a alguno de estos pequeñitos; porque os hago saber que sus ángeles en los cielos están siempre viendo la cara de mi Padre celestial.


Y en consecuencia, irán éstos al eterno suplicio, y los justos a la vida eterna.


el que creyere y se bautizare se salvará; pero el que no creyere será condenado.


Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que había perecido.


Pero a todos los que le recibieron, que son los que creen en su nombre, les dio poder de llegar a ser hijos de Dios.


Estas cosas os he dicho con el fin de que halléis en mí la paz. En el mundo tendréis grandes tribulaciones, pero tened confianza, yo he vencido al mundo.


Pero éstos se han escrito con el fin de que creáis que Jesús es el Cristo , el Hijo de Dios; y para que, creyendo, tengáis vida eterna, en virtud de su nombre.


Que amó tanto Dios al mundo, que no paró hasta dar a su hijo unigénito; a fin de que todos los que creen en él, no perezcan, sino que vivan vida eterna.


Aquel que cree en el Hijo de Dios, tiene vida eterna; pero quien no da crédito al Hijo, no verá la vida, sino que al contrario, la ira de Dios permanece siempre sobre su cabeza.


En verdad, en verdad os digo, que quien escucha mi palabra, y cree a aquel que me ha enviado, tiene la vida eterna, y no incurre en sentencia de condenación, sino que ha pasado ya de muerte a vida.


Trabajad para tener no tanto el manjar que se consume, sino el que dura hasta la vida eterna, el cual os lo dará el Hijo del hombre, pues en éste imprimió su sello o imagen el Padre, que es Dios.


Por tanto la voluntad de mi Padre, que me ha enviado, es que todo aquel que ve, o conoce, al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna, y yo le resucitaré el último día.


En verdad, en verdad os digo, que quien cree en mí, tiene la vida eterna.


Reparad, burladores de mi palabra, llenaos de pavor, y quedad desolados; porque yo voy a ejecutar una obra en vuestros días, obra que no acabaréis de creerla por más que os la cuenten y aseguren.


Siguiendo su camino, llegaron a un paraje en que había agua; y dijo el eunuco: Aquí hay agua: ¿qué impedimento hay para que yo sea bautizado?


a fin de que al modo que reinó el pecado para dar la muerte, así también reine la gracia en virtud de la justicia para dar la vida eterna, por Jesucristo nuestro Señor.


A la verdad que la predicación de la cruz o de un Dios crucificado, parece una necedad a los ojos de los que se pierden; mas para los que se salvan, esto es, para nosotros, es la virtud y poder de Dios.


Que si todavía nuestra buena nueva está encubierto, es solamente para los que se pierden para quienes está encubierta;


Sin embargo, sabiendo que no se justifica el hombre por las obras solas de la ley, sino por la fe de Jesucristo, por eso creemos en Cristo Jesús , a fin de ser justificados por la fe de Cristo , y no por las obras de la ley, por cuanto ningún mortal será justificado por las obras de la ley.


y yo vivo ahora, o más bien no soy yo el que vivo, sino que Cristo vive en mí. Así la vida que vivo ahora en esta carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo a la muerte por mí.


Es, pues, la fe el fundamento o firme persuasión de las cosas que se esperan, y un convencimiento de las cosas que no se ven.


A la verdad tal como éste nos convenía que fuese nuestro sumo sacerdote, santo, inocente, inmaculado, segregado de los pecadores, o de todo pecado, y sublimado sobre los cielos,


Esto os he escrito en orden a los impostores que os seducen.


En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, si amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.


Hijitos míos, guardaos de los ídolos. Amén.


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