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Josué 6:4 - Biblia Torres Amat 1825

4 Y al séptimo, tomen los sacerdotes siete trompetas de las que sirven para el jubileo, y vayan delante del Arca del Testamento, y en esa forma daréis siete vueltas a la ciudad, tocando los sacerdotes sus trompetas.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Siete sacerdotes caminarán delante del arca; cada uno llevará un cuerno de carnero. El séptimo día, marcharán alrededor de la ciudad siete veces mientras los sacerdotes tocan los cuernos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Siete sacerdotes llevarán las siete trompetas de los jubileos delante del Arca. El séptimo día darán siete vueltas a la ciudad, luego los sacerdotes tocarán la trompeta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y siete sacerdotes cargarán los siete cuernos° del jubileo° delante del Arca. Al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes soplarán el shofar.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Siete sacerdotes llevarán las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca. El séptimo día daréis siete vueltas en torno a la ciudad, mientras los sacerdotes tocarán las trompetas.

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Josué 6:4
33 Referans Kwoze  

Y bendijo al día séptimo; y le santificó, por cuanto había Dios cesado en él de todas las obras que creó hasta dejarlas bien acabadas.


dijo a su criado: Anda, ve y observa hacia el mar. Habiendo ido el criado y mirado, volvió diciendo: No hay nada. Le replicó Elías: Vuelve hasta siete veces.


Y le envió a decir Eliseo por tercera persona: Anda, y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne recobrará la sanidad, y quedarás limpio.


Fue, pues, y se lavó siete veces en el Jordán conforme a la orden del varón de Dios, y se volvió su carne como la carne de un niño tierno, y quedó limpio.


Por tanto el caudillo de nuestro ejército es Dios, y sus sacerdotes los que tocan los clarines y dan la señal contra vosotros. Oh hijos de Israel, no queráis pelear contra el Señor Dios de vuestros padres, porque no os tiene cuenta.


No tendréis vosotros que pelear; manteneos solamente a pie firme con confianza, y veréis, oh habitantes de Judá y Jerusalén , el socorro del Señor sobre vosotros; no tenéis que temer ni acobardaros; mañana saldréis contra ellos, y el Señor estará con vosotros.


Al mismo tiempo los levitas del linaje de Caat y del linaje de Coré, cantaban alabanzas al Señor Dios de Israel con grandes voces, que llegaban hasta el cielo.


Hizo después sus advertencias al pueblo, y señaló cantores del Señor, para que distribuidos en coros cantasen sus alabanzas, y precediendo al ejército, dijesen todos a una voz: Glorificad al Señor, porque es eterna su misericordia.


Tomad, pues, siete toros y siete carneros, id a mi siervo Job, y ofrecedlos en holocausto por vosotros. Y Job, siervo mío, hará oración por vosotros, y yo aceptaré su intercesión, para que no se os impute vuestra culpa; ya que no habéis hablado de mí rectamente, como mi siervo Job.


¡Ay de la corona de soberbia de los embriagados de Efraín, de la flor caduca de la gloria y alegría de los que estaban en Samaria, en la cumbre del fertilísimo valle, dominados por el vino!


y mojará en ella el dedo de su mano derecha, y hará siete aspersiones ante el Señor.


y habiendo mojado el dedo en la sangre, hará con ella siete aspersiones en presencia del Señor, hacia el velo del santuario.


Y me dijo: ¿Qué es lo que ves? Yo veo, respondí, aparecer un candelero todo de oro, que tiene encima una lámpara, y siete lamparillas o luces, y siete canales o tubos para dichas siete luces del candelero;


Entonces me respondió él, y me dijo: Esta es la palabra que el señor dice a Zorobabel: No ha de ser por medio de un ejército, ni con la fuerza, sino por la virtud de mi espíritu, dice el Señor de los ejércitos.


Entonces dijo Balaam a Balac: Levántame aquí siete altares o aras, y prepara otros tantos becerros, e igual número de carneros.


y siete de ellos siete trompetas, de que se sirven en el jubileo, e iban delante del Arca del Señor andando y tocando las trompetas, precedidos de la gente armanda; mas el resto del pueblo seguía detrás del Arca , y resonaban las trompetas.


Dad la vuelta a la ciudad una vez al día todos los hombres de armas. Y haréis esto por espacio de seis días.


Y cuando se oiga su sonido más continuado, y después más cortado e hiriere vuestros oídos, todo el pueblo gritará a una con grandísima algazara, y caerán hasta los cimientos los muros de la ciudad por todas partes, y cada uno entrará por la que tuviere delante.


Escribe al ángel de la iglesia de Efeso: Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha, el que anda en medio de los siete candeleros de oro:


y de parte de Jesucristo, el cual es testigo fiel, primogénito, o el primero que resucitó de entre los muertos, y soberano de los reyes de la tierra, el cual nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,


Y articulado que hubieron los siete truenos sus voces, iba yo a escribirlas, cuando oí una voz del cielo que me decía: Sella, o reserva en tu mente, las cosas que hablaron los siete truenos, y no las escribas.


Vi también en el cielo otro prodigio grande y admirable: Siete ángeles que tenían en su mano las siete plagas que son las postreras; porque en ellas será colmada la ira o castigo de Dios.


Y uno de los cuatro animales dio a los siete ángeles siete cálices de oro, llenos de la ira del Dios que vive por los siglos de los siglos.


En esto oí una voz grande del templo, que decía a los siete ángeles: Id, y derramad las siete tazas de la ira de Dios en la tierra.


Al mismo tiempo vi a un ángel fuerte y poderoso pregonar a grandes voces: ¿Quién es el digno de abrir el libro, y de levantar sus sellos?


El cual vino, y recibió el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el solio.


Vino entonces otro ángel, y se puso ante el altar con un incensario de oro; y se les dieron muchos perfumes, compuestos de las oraciones de todos los santos para que los ofreciese sobre el altar de oro, colocado ante el trono de Dios.


Tocó, pues, el primer ángel la trompeta; y se formó una tempestad de granizo y fuego, mezclados con sangre, y descargó sobre la tierra, con lo que la tercera parte de la tierra se abrasó, y con ella se quemó la tercera parte de los árboles, y toda la hierba verde.


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