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Josué 11:21 - Biblia Torres Amat 1825

21 Por aquel tiempo acometió Josué, y mató a los enaceos o gigantes de las montañas, y los desarraigó de Hebrón, y Dabir, y Anab, y de todos los montes de Judá y de Israel, asolando sus ciudades.

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Biblia Reina Valera 1960

21 También en aquel tiempo vino Josué y destruyó a los anaceos de los montes de Hebrón, de Debir, de Anab, de todos los montes de Judá y de todos los montes de Israel; Josué los destruyó a ellos y a sus ciudades.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Durante ese período, Josué destruyó a todos los descendientes de Anac, quienes vivían en la zona montañosa de Hebrón, Debir, Anab y en toda la región montañosa de Judá e Israel. Los mató a todos y destruyó sus ciudades por completo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 En ese tiempo, Josué se devolvió para exterminar a los anaquim de la montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab, en una palabra de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel: los condenó al anatema junto con sus ciudades.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 En aquel tiempo Josué llegó y exterminó a los anaceos de la región montañosa de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la serranía de Judá, y de toda la serranía de Israel. Josué los destruyó completamente, junto con sus ciudades.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Por aquel tiempo se puso en campaña Josué y exterminó a los anaquitas de la montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab y de todos los montes de Judá y de Israel. Los entregó al anatema, con sus ciudades.

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Josué 11:21
18 Referans Kwoze  

Verdaderamente no eran más que embuste todos los ídolos de los collados y de tantos montes, verdaderamente que en el Señor Dios nuestro está la salud de Israel.


Esto dice el Señor: No se gloríe el sabio en su saber; ni se gloríe el valeroso en su valentía, ni el rico se gloríe en sus riquezas;


Pero yo fui el que exterminó delante de ellos a los amorreos, los cuales eran altos como los cedros, y fuertes como la encina; yo destruí sus frutos que salen sobre la tierra, y hasta las raíces que están debajo de ella.


Allí vimos unos hombres descomunales, hijos de Enac, de raza gigantesca, en cuya comparación nosotros parecíamos langostas.


¿A dónde iremos? Los mensajeros nos han aterrado, diciendo: Es mucho el gentío que hay en el país y de más alta estatura que nosotros, las ciudades son grandes, y fortificadas con muros que llegan hasta el cielo, y allí hemos visto a los hijos de los enaceos o gigantes.


pueblo grande y numeroso y de altura descomunal, a semejanza de los enaceos. El Señor los exterminó por mano de los amonitas, e hizo que éstos poblasen la tierra en su lugar;


un pueblo de grande y alta estatura, los hijos de los enaceos, que tú mismo has visto y cuya fama has oído, y a quienes nadie puede contrarrestar.


y todos sus reyes y territorios; porque el Señor Dios de Israel peleó por él.


Y como hubiese abierto el segundo sello, oí al segundo animal, que decía: Ven y verás.


Mas los hijos de Benjamín no destruyeron a los jebuseos que moraban en Jerusalén ; y así quedaron habitando en dicha ciudad con los hijos de Benjamín hasta el día de hoy.


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