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Job 1:3 - Biblia Torres Amat 1825

3 y poseía siete mil ovejas, y tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas asnas, y muchísimos criados; por lo cual era este varón grande entre los orientales.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Poseía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas burras; también tenía muchos sirvientes. En realidad, era la persona más rica de toda aquella región.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Tenía muchos servidores y poseía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas burras. Este hombre era el más famoso entre todos los hijos de oriente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Su hacienda era de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y una muy numerosa servidumbre, de modo que este hombre era el más grande de todos los orientales.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Su hacienda se componía de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas asnas. Contaba, además, con una numerosa servidumbre. Era el más rico entre todos los hijos de Oriente.

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Job 1:3
34 Referans Kwoze  

Y por respeto a ella trataron bien a Abram, el cual adquirió ovejas, y bueyes, y asnos, y esclavos, y esclavas, y asnas y camellos.


Y llevó consigo a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, con cuanta hacienda y familia habían adquirido en Harán, y partieron para la tierra de Canaán. Venidos a ella,


Ni podían caber en aquel terreno, viviendo juntos; porque su hacienda era mucha, y no les era posible habitar en un mismo lugar.


El Señor ha colmado de bendiciones a mi amo, y le ha engrandecido sobremanera; se ha dado ovejas y bueyes, plata y oro, esclavos y esclavas, camellos y asnos.


bien que hizo grandes donativos a los hijos de las otras mujeres secundarias, y los separó, viviendo aún él mismo, de su hijo Isaac, enviándolos hacia la parte oriental.


Prosiguiendo después Jacob su viaje llegó al país de Oriente.


es a saber, doscientas cabras, veinte machos de cabrío, doscientas ovejas, y veinte carneros,


Entonces su hacienda, y sus ganados, y todos los bienes que poseen serán nuestros; con que nosotros condescendamos únicamente en esto, viviremos juntos, y formaremos un solo pueblo.


Tenía el rico ovejas y bueyes en grandísimo número.


Aventajaba la sabiduría de Salomón a la sabiduría de todos los orientales y de los egipcios.


E hizo pagar Manahem este dinero a todos los poderosos y ricos de Israel, a razón de cincuenta siclos de plata por cabeza, para darlo al rey de los asirios. Con eso el rey de los asirios se retiró y no se detuvo en el país.


Es de saber que Mesa, rey de Moab, criaba muchos ganados, y pagaba al rey de Israel cien mil corderos y cien mil carneros con sus vellones.


De los camellos, Ubil, ismaelita; de los jumentos Jadaías de Meronat.


Levantó también torres y cortijos en el desierto, e hizo muchísimas cisternas, pues tenía muchos ganados, así en las campiñas como en el vasto país del desierto. Tuvo igualmente viñas y viñadores en los montes, y especialmente en el Carmelo; porque era hombre muy dado a la agricultura.


y edificó para sí ciudades o poblaciones; porque tenía innumerables rebaños de ovejas y ganados mayores; por haberle dado el Señor bienes inmensos.


¿No lo tienes tú a cubierto de todo mal por todas partes, así a él como a su casa y a toda su hacienda? ¿No has echado la bendición sobre todas las obras de sus manos, con lo que se han multiplicado sus bienes en la tierra?


Sus hijos solían reunirse y celebrar convites en sus casas, cada cual en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos.


Porque vosotros decís en vuestro interior: ¿Qué se hizo de la casa y familia de este Job que era antes un príncipe? ¿Y dónde están los pabellones de los impíos?


Si quería ir a sus reuniones, me sentaba en el primer lugar; y estando sentado como un rey rodeado de sus guardias, no por eso dejaba de ser el consolador de los afligidos.


si puse mi consuelo en mis grandes riquezas, y en los muchos bienes que adquirieron mis manos;


A cada paso mío le iría recitando y se le presentaría a Dios como a mi príncipe.


Asimismo se movió el Señor a compasión de Job mientras hacía oración por sus amigos, y le volvió el Señor doblados bienes de los que antes poseía.


Y el Señor echó su bendición sobre Job en su último estado, mucho más aún que en el primero. Y llegó a tener catorce mil ovejas, y seis mil camellos, y mil yuntas de bueyes, y mil asnas.


La bendición del Señor hace ricos a los hombres, sin que padezcan aflicción.


Contra Cedar y contra los reinos o posesiones de Asor, destruidos por Nabucodonosor, rey de Babilonia: Esto dice el Señor: Levantaos, marchad contra Cedar, y exterminad a los hijos de Oriente.


Y usando de su estilo profético, dijo: De Aram, de los montes del Oriente me ha traído Balac rey de los moabitas: Ven, dijo, y maldice a Jacob ; Date prisa y echa imprecaciones contra Israel.


Pues cuando los israelitas habían hecho la sementera se presentaban los madianitas, los amalecitas y los otros pueblos orientales,


Porque venían ellos con todos sus ganados y tiendas, y a manera de langostas cubría todos los campos una multitud innumerable de hombres y de camellos, desollándolo todo por donde pasaban.


Es de advertir que los madianitas y amalecitas, y todos los pueblos orientales yacían tendidos en el valle, como una muchedumbre de langostas; y sus camellos eran sin número, como las arenas de la orilla del mar.


Entretanto Zebee y Salmana estaban descansando con todo su ejército; porque de todas las tropas de los pueblos orientales habían quedado quince mil hombres, habiendo sido muertos ciento veinte mil soldados, que manejaban la espada.


A la sazón vivía un hombre en el desierto de Maón, que tenía su hacienda en el Carmelo, el cual era sumamente rico, y tenía tres mil ovejas y mil cabras. Cabalmente hacía entonces esquilar sus rebaños en el Carmelo.


Y asolaba David todo el país, sin dejar con vida hombre ni mujer; y llevándose ovejas y bueyes, y asnos, y camellos, y ropas, daba la vuelta y se presentaba a Aquis.


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