19 Pero, ¿es acaso a mí, dice el Señor, a quien irritan ellos, y perjudican? ¿No es más bien a sí mismos a quien hacen daño, cubriéndose así de ignominia?
desde los días de nuestros padres; y además nosotros mismos hemos pecado gravemente hasta este día, y por nuestras iniquidades hemos sido abandonados nosotros, y nuestros reyes y nuestros sacerdotes en manos de los reyes de la tierra, y al cuchillo, y la esclavitud, y al saqueo, y a los oprobios, como se ve aún este día.
Se debilitó la madre que había parido siete o muchísimos hijos; desmayó su alma; se le escondió el sol cuando aún era de día, quedó confusa y llena de rubor; y a los hijos que quedaren de ella, yo los entregaré a ser pasados a cuchillo a vista o por medio de sus enemigos, dice el Señor.
Tu malicia, ¡oh pueblo ingrato!, te condenará, y gritará contra ti tu apostasía. Reconoce, pues, y advierte ahora cuán mala y amarga cosa es haber tú abandonado el Señor Dios tuyo, y no haberme temido a mí, dice el Señor Dios de los ejércitos.
Pero el Señor, cual esforzado campeón está conmigo; por eso caerán y quedarán sin fuerzas aquellos que me persiguen; quedarán sumamente avergonzados por no haber logrado su intento, con un oprobio sempiterno, que jamás se borrará.
Del viento se alimentarán todos tus pastores, y cautivos serán llevados todos tus amigos o favorecedores. Confuso quedarás entonces, ¡oh pueblo orgulloso!, y tú mismo te avergonzarás de todos tus vicios.
Moriremos en nuestra afrenta, y quedaremos cubiertos de nuestra ignominia; porque contra nuestro Dios hemos pecado nosotros, nuestros padres, desde nuestra mocedad hasta el día de hoy; y no hemos escuchado la voz del Señor Dios nuestro.
por causa de la maldad que ellos cometieron para provocar mi indignación, yéndose a ofrecer sacrificios, y adorar a dioses ajenos, desconocidos de ellos, de vosotros y de vuestros padres.
Oigo la voz de Jerusalén , de la hija de mi pueblo, que clama desde tierras remotas: ¿Pues qué no está ya el Señor en Sión? ¿O no está dentro de ella su rey? Mas, ¿y por qué, sus moradores, responde el Señor, me provocaron a ira con sus simulacros y con sus vanas deidades extranjeras?
porque ya se oye una voz lamentable desde Sión que dice: ¡Oh!, ¡y a qué desolación hemos sido reducidos!, ¡y en qué extrema confusión nos vemos! Abandonamos nuestra tierra nativa, porque nuestras habitaciones han sido arruinadas.