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Jeremías 52:12 - Biblia Torres Amat 1825

12 En el mes quinto, a los diez del mes, esto es, el año decimonoveno del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén Nabuzardán, general del ejército, y uno de los primeros palaciegos del rey de Babilonia,

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Biblia Reina Valera 1960

12 Y en el mes quinto, a los diez días del mes, que era el año diecinueve del reinado de Nabucodonosor rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán capitán de la guardia, que solía estar delante del rey de Babilonia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 El 17 de agosto de ese año, que era el año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, llegó a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia y funcionario del rey babilónico.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 El día diez del quinto mes, era el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nebuzardán, comandante de la guardia y uno de los acompañantes más cercanos del rey de Babilonia, hizo su entrada en Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y en el mes quinto, a los diez días del mes (año decimonoveno del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia), llegó a Jerusalem Nabuzaradán, capitán de la guardia, que servía en la presencia del rey de Babilonia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 El día diez del mes quinto, es decir, el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nebuzardán, jefe de guardia, servidor del rey de Babilonia, entró en Jerusalén.

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Jeremías 52:12
16 Referans Kwoze  

Entretanto los madianitas vendieron a José en Egipto a Putifar, eunuco o valido del faraón, y capitán de sus guardias.


Entonces Joaquín, rey de Judá, salió a verse con el rey de Babilonia en compañía de su madre, y criados, y de sus príncipes, y de sus eunucos o validos; y lo recibió el rey de Babilonia el año octavo de su reinado.


El mes quinto, a los siete del mes, corriendo el año diez y nueve del rey de Babilonia, Nabuzardán, vasallo de este rey y general de su ejército, entró en Jerusalén .


Pero habiendo nuestros padres provocado la ira del Dios del cielo, los entregó él en manos de Nabucodonosor el caldeo, rey de Babilonia, el cual destruyó también esta casa, y trasladó su pueblo a Babilonia.


y respondí al rey: Oh rey, sea tu vida eterna, ¿cómo no ha de estar melancólico mi semblante cuando la ciudad, lugar de los sepulcros de mis padres, está desierta, y consumidas sus puertas por las llamas?


Oh Dios, los gentiles han entrado en tu heredad; han profanado tu santo templo; han dejado a Jerusalén como una barraca de hortelano.


Y se la dirigió también en los días del rey Joakim, hijo de Josías, rey de Judá; hasta acabado el año undécimo de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá; esto es hasta la transportación de los judíos desde Jerusalén a Babilonia en el mes quinto.


Y entrarán los caldeos con espada en mano en esta ciudad, y le pegarán fuego, y la quemarán con las casas en cuyos terrados se ofrecían sacrificios a Baal y libaciones a dioses ajenos para irritarme.


Es de saber que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dado sus órdenes a Nabuzardán, comandante de sus ejércitos, acerca de Jeremías, diciendo:


Y a los restos del vecindario que habían quedado en la ciudad, y a los desertores que se habían refugiado a él, y a lo restante de la plebe, los condujo a Babilonia Nabuzardán, general del ejército.


Y todo el ejército de los caldeos, que estaba allí con su general, arrasó todo el muro que rodeaba Jerusalén .


en el año decimoctavo se llevó Nabucodonosor, de Jerusalén , ochocientas treinta y dos almas;


En el año tercero del reinado de Joakim, rey de Judá, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, contra Jerusalén , y la sitió.


Entonces Daniel fue a preguntar a Arioc, capitán de las tropas del rey, el cual tenía la comisión de hacer morir a los sabios de Babilonia, qué venía a ser aquella ley y aquella sentencia.


Ello dice el Señor de los ejércitos: El ayuno del mes cuarto, y el ayuno del mes quinto, y el ayuno del mes séptimo, y el ayuno del mes décimo, se convertirán para la casa de Judá en días de gozo y de alegría, y en festividades solemnes; sólo con que vosotros améis la verdad y la paz.


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