Jeremías 37:20 - Biblia Torres Amat 1825

²⁰ Ahora, pues, escúchame, te ruego, ¡oh rey mi Señor!; recibe favorablemente la súplica que te hago, y no me vuelvas otra vez a la casa o cárcel de Jonatán secretario, para que no me muera yo allí.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²⁰ Ahora pues, oye, te ruego, oh rey mi señor; caiga ahora mi súplica delante de ti, y no me hagas volver a casa del escriba Jonatán, para que no muera allí.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁰ Escucha, mi señor y rey, te suplico que no me mandes de regreso al calabozo en la casa del secretario Jonatán, porque allí me moriré.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁰ Ahora bien, escucha por favor, mi señor; acoge mi súplica y no me vuelvas a enviar a la casa del secretario Jonatán, pues tengo miedo de morir allí.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁰ Y ahora, oh rey, señor mío, te ruego me escuches. Acoge mi súplica y no me hagas volver a casa del escriba Jonatán, no sea que muera allí.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁰ Ahora escucha, por favor, rey, mi señor. Por favor, que llegue mi súplica ante ti: no me hagas volver a la casa de Jonatán, el secretario, no sea que yo muera allí'.

Jeremías 37:20 Referans Kwoze

Salmos 119:170

Penetren mis ruegos hasta llegar ante tu acatamiento; líbrame del mal según tu palabra.

Jeremías 26:15

Sabed, no obstante, y tened por cierto, que si me quitáis la vida, derramaréis la sangre inocente, y la haréis recaer sobre vosotros mismos, sobre esta ciudad y sobre sus habitantes; porque verdaderamente es el Señor el que me ha enviado a comunicar a vuestros oídos todas las estas palabras.

Jeremías 36:7

por si tal vez se humillan orando en el acatamiento del Señor, y se convierte cada uno de su perverso proceder. Porque es muy grande el furor y la indignación que ha manifestado el Señor contra este pueblo.

Jeremías 38:26

les has de responder: Postrado a los pies del rey le supliqué que no me hiciese conducir otra vez a la casa o cárcel de Jonatán, para no morirme yo allí.

Jeremías 38:28

Y Jeremías permaneció en el zaguán de la cárcel hasta el día en que fue tomada Jerusalén , porque al fin Jerusalén fue rendida.

Jeremías 42:2

y dijeron al profeta Jeremías: Condesciende a nuestra súplica, y haz oración al Señor tu Dios por nosotros y por todos estos restos del pueblo, pues pocos hemos quedado de muchos que éramos, conforme estás viendo tú con tus ojos,