Jeremías 36:12 - Biblia Torres Amat 182512 pasó al palacio del rey, al despacho del secretario, donde se hallaban sentados todos los príncipes o magnates, a saber: Elisama, secretario, y Dalaías, hijo de Semeías, y Elnatán, hijo de Acobor, y Gamarías, hijo de Safán, y Sedecías, hijo de Hananías, y en suma, todos los príncipes o jefes. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196012 descendió a la casa del rey, al aposento del secretario, y he aquí que todos los príncipes estaban allí sentados, esto es: Elisama secretario, Delaía hijo de Semaías, Elnatán hijo de Acbor, Gemarías hijo de Safán, Sedequías hijo de Ananías, y todos los príncipes. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente12 bajó a la sala del secretario en el palacio, donde estaban reunidos los funcionarios administrativos. Allí estaba el secretario Elisama junto con Delaía, hijo de Semaías; Elnatán, hijo de Acbor; Gemarías, hijo de Safán; Sedequías, hijo de Ananías y todos los demás funcionarios. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)12 bajó al palacio real, donde estaban reunidos todos los ministros. Ahí estaban el secretario Elisama, Dalaías, Gamarías, Elnatán, Sedecías, hijo de Hananías, y los demás ministros. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion12 descendió a la casa del rey, al aposento del secretario, y he aquí todos los príncipes estaban allí sentados, esto es: Elisama secretario, Delaía ben Semaías, Elnatán ben Acbor, Gemarías ben Safán, Sedequías ben Ananías, y todos los príncipes. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197512 bajó al palacio real, a la sala del secretario, donde precisamente celebraban una sesión todos los dignatarios: Elisamá, el secretario; Delaías, hijo de Semaías; Elnatán, hijo de Acbor; Guemarías, hijo de Safán; Sedecías, hijo de Jananías, y todos los demás dignatarios. Gade chapit la |
Entonces dijeron los príncipes al rey: Te pedimos que sea condenado a muerte ese hombre; porque él procura de intento que desmayen los brazos de los valientes, y el esfuerzo de los guerreros que han quedado en esta ciudad, y de todo el pueblo, con aquellas palabras que dice. Pues está visto que ese hombre no procura el bien sino el mal de este pueblo.