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Jeremías 34:14 - Biblia Torres Amat 1825

14 Cuando se cumplieren siete años, dé cada uno libertad a su hermano hebreo, que le fue vendido; él le servirá por espacio de seis años, y después lo dejarás ir libre. Mas vuestros padres no me escucharon, ni fueron dóciles a mis palabras.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Al cabo de siete años dejará cada uno a su hermano hebreo que le fuere vendido; le servirá seis años, y lo enviará libre; pero vuestros padres no me oyeron, ni inclinaron su oído.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Les dije que todo esclavo hebreo debía ser liberado después de haber servido seis años; pero sus antepasados no me hicieron caso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Al cabo de siete años cada uno de ustedes dejará libre a su hermano. La persona de raza hebrea que se haya vendido a ti estará a tu servicio seis años y luego la despedirás libre. Pero sus padres no me escucharon ni se fijaron en esto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Al cabo de siete años cada uno de vosotros dejará ir a su hermano hebreo que le haya sido vendido: seis años lo servirá, y lo dejará ir libre. Pero vuestros padres no me oyeron ni inclinaron su oído.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 'Al cabo de siete años, todos vosotros dejaréis libre a vuestro hermano hebreo que se os haya vendido. Te servirá seis años, y luego lo dejarás marchar libre de tu lado'. Pero vuestros padres no me escucharon ni me hicieron caso.

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Jeremías 34:14
28 Referans Kwoze  

Lo cierto es que no hubo jamás otro tal como Acab; el cual se prostituyó o se vendió para obrar lo malo delante del Señor; porque lo instigó su mujer Jezabel,


Mas de los hijos de Israel dispuso Salomón que ninguno estuviese sujeto a servidumbre, sino que éstos eran destinados a las armas, y eran ministros suyos, y príncipes, y capitanes, y comandantes de los carros de guerra y de la caballería.


Además de esto queréis subyugar a los hijos de Judá y de Jerusalén , como a esclavos y esclavas, cosa que de ninguna manera debéis hacer; pues en esto pecáis contra el Señor Dios vuestro.


Mas ellos se mofaban de los enviados de Dios, no hacían caso alguno de sus palabras, e insultaban a los profetas, hasta que descargó el furor del Señor sobre su pueblo, y no hubo ya remedio.


Sin embargo, tú los aguantaste por muchos años, y los amonestaste por medio de tu espíritu, hablándoles por boca de los profetas; pero no quisieron escuchar; y los entregaste en poder de los pueblos de las naciones.


Esto dice el Señor: ¿Qué libelo de repudio es ése, con el cual he desechado a vuestra madre? ¿O quién es ese acreedor mío, a quien os he yo vendido? Tened entendido que por vuestras maldades habéis sido vendidos, y que por vuestros crímenes he repudiado yo a vuestra madre.


¿Acaso el ayuno que yo estimo no es más bien el que tú deshagas los injustos contratos, que canceles las obligaciones que oprimen, que dejes en libertad a los que han quebrado, y quites todo gravamen?


porque yo he estado conjurando fuertemente a vuestros padres desde el día en que los saqué de Egipto hasta el presente, amonestándoles y diciéndoles continuamente: Escuchad mi voz.


Porque ya desde su mocedad los hijos de Israel y los hijos de Judá están continuamente obrando mal delante de mis ojos; los hijos de Israel, digo, que hasta ahora no hacen sino exasperarme con las obras de sus manos, dice el Señor.


Pues os he enviado todos mis siervos los profetas de antemano y con mucha solicitud, y os envié a decir por su boca: Conviértase cada uno de vosotros de su pésima vida, y rectificad vuestros afectos, y no andéis tras los dioses ajenos, ni les deis culto; y así habitaréis en la tierra que yo di a vosotros y a vuestros padres; pero vosotros no habéis querido obedecerme ni escucharme.


Júzgalos a estos tales, ¡oh hijo de hombre!, júzgalos; muéstrales las abominaciones de sus padres.


Ellos me irritaron, y no quisieron escucharme; ninguno de ellos apartó de sí lo que fascinaba sus ojos, ni abandonó los ídolos de Egipto. Entonces dije yo que derramaría sobre ellos mi indignación, y desahogaría en ellos mi cólera en medio de la tierra de Egipto.


y santificarás el año quincuagésimo, y anunciarás remisión o rescate general para todos los moradores de tu tierra; pues éste es el año del jubileo. Cada uno recobrará su posesión y cada cual se restituirá a su antigua familia,


Esto dice el Señor: Después de tres, cuatro y más maldades de Israel, ya no lo convertiré; por cuanto ha vendido por dinero al justo, y por un par de sandalias al pobre.


para hacernos con el dinero dueños de los miserables, y con un par de sandalias comprar por esclavo al pobre, y vender a buen precio hasta el salvado del trigo?


¡Oh qué hombre tan infeliz soy yo! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte, o mortífera concupiscencia?


Al séptimo año perdonarás las deudas,


Cuando alguno de tus hermanos hebreo o hebrea fuere vendido, sólo te servirá seis años, y al séptimo lo dejarás ir libre;


Cuidado que no te sorprenda el desapiadado pensamiento de decir en tu corazón: Se acerca el año séptimo de la remisión, y apartes con eso los ojos de tu pobre hermano, rehusando darle prestado lo que pide: no sea que clame contra ti al Señor, y se te impute a pecado.


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