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Jeremías 33:22 - Biblia Torres Amat 1825

22 Así como no pueden contarse las estrellas del cielo, ni numerarse las arenas del mar; así yo multiplicaré sin cuento los descendientes de mi siervo David y los levitas mis ministros.

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Biblia Reina Valera 1960

22 Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas que me sirven.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Y así como no se pueden contar las estrellas de los cielos ni se puede medir la arena a la orilla del mar, así multiplicaré los descendientes de mi siervo David y de los levitas que ministran ante mí».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Multiplicaré la descendencia de David, mi servidor, y de los levitas, para que continúen en mi servicio, como el ejército de los cielos que no se puede contar, o como la arena del mar que no se puede calcular.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Como no puede ser contado el ejército de los cielos, ni se puede medir la arena del mar, así multiplicaré la descendencia de mi siervo David y los levitas que me sirven.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Del mismo modo que no puede contarse el ejército del cielo ni calcularse la arena del mar, así multiplicaré la descendencia de mi siervo David y la de los levitas que me sirven'.

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Jeremías 33:22
23 Referans Kwoze  

Y multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra; si hay hombre que pueda contar los granitos del polvo de la tierra, ése podrá contar tus descendientes.


Y le sacó afuera y le dijo: Mira al cielo, y cuenta, si puedes, las estrellas. Pues así, le dijo, será tu descendencia.


Yo te llenaré de bendiciones, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y como la arena que está en la orilla del mar; tu posteridad poseerá las ciudades de sus enemigos,


Y será tu posteridad tan numerosa como los granitos del polvo de la tierra: extenderte has al Occidente, y al Oriente, y al Septentrión, y al Mediodía: y SERAN BENDITAS EN TI y en el que saldrá o descenderá de ti todas las tribus o familias de la tierra.


Y mi alma vivirá para él, y a él servirá mi descendencia.


Haré que subsista su descendencia por los siglos de los siglos, y su trono mientras duren los cielos.


y como sus arenas la descendencia tuya, y como sus granitos o piedrecitas los hijos de tus entrañas; no hubiera perecido, ni quedado borrado su nombre delante de mis ojos.


Y de entre éstos escogeré yo para hacerlos sacerdotes y levitas, dice el Señor.


Y saldrán de sus labios alabanzas y voces de júbilo; y yo los multiplicaré, y no se disminuirá su número; los llenaré de gloria, y no volverán a ser envilecidos.


Esto dice todavía el Señor: Cuando alguno pudiere medir allá arriba los cielos, y escudriñar allá abajo los cimientos de la tierra, entonces podré yo reprobar a todo el linaje de Israel por sus fechorías, dice el Señor.


Y no faltará de la estirpe de los sacerdotes y levitas un varón que me ofrezca holocaustos, y encienda el fuego para el sacrificio, e inmole víctimas en todos tiempos.


Habló el Señor aun a Jeremías, diciendo:


Profeticé, pues, como me lo había mandado; y entró el espíritu en los muertos, y resucitaron; y se puso en pie una muchedumbre grandísima.


Pero aquellos sacerdotes y levitas, hijos de Sadoc, los cuales observaron las ceremonias de mi santuario cuando los hijos de Israel se desviaron de mí, éstos se acercarán a mí para servirme, y estarán en la presencia mía para ofrecerme la grasa y la sangre, dice el Señor Dios.


Mas algún día el número de los hijos del verdadero Israel será como el de las arenas del mar, que no tienen medida ni guarismo. Y sucederá que donde se les haya dicho a ellos: Vosotros no sois mi pueblo, se les dirá: Vosotros sois hijos del Dios vivo.


Yo los reuniré con un silbido, pues los he rescatado; los multiplicaré del modo que antes se habían multiplicado.


Protegerá el Señor en aquel día a los habitantes de Jerusalén , y los más débiles de entre ellos serán en aquel tiempo otros tantos Davides; y la casa de David será a la vista de ellos como casa de Dios, como un ángel del Señor.


y le dijo: Corre, habla a ese joven, y dile: Sin muros será habitada Jerusalén a causa de la multitud de personas y de animales que contendrá en su recinto.


Todos éstos vinieron a morir constantes siempre en su fe, sin haber recibido los bienes que se les habían prometido, contentándose con mirarlos de lejos y saludarlos, y confesando al mismo tiempo ser peregrinos y huéspedes sobre la tierra.


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