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Jeremías 31:7 - Biblia Torres Amat 1825

7 Porque esto dice el Señor: Regocijaos y haced fiestas por amor de Jacob , y prorrumpid en gritos de júbilo al frente de las naciones; resuenen vuestros cánticos, y decid: ¡Salva, Señor, al pueblo tuyo, salva las reliquias de Israel!

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Biblia Reina Valera 1960

7 Porque así ha dicho Jehová: Regocijaos en Jacob con alegría, y dad voces de júbilo a la cabeza de naciones; haced oír, alabad, y decid: Oh Jehová, salva a tu pueblo, el remanente de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Ahora esto dice el Señor: «Canten con alegría por Israel. ¡Griten por la mejor de las naciones! Griten de alabanza y alegría: “¡Salva a tu pueblo, oh Señor, el remanente de Israel!”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Y añade Yavé: ¡Vitoreen con alegría a Jacob, aclamen a la primera de las naciones! Háganse escuchar, celébrenlo y publíquenlo: '¡Yavé ha salvado a su pueblo, al resto de Israel!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Así dice YHVH: ¡Gritad jubilosos por Jacob! ¡Gritad con alegría ante la cabeza de naciones! Haced oír, alabad, y decid: ¡YHVH ha salvado a su pueblo, el remanente de Israel!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Porque así dice Yahveh: 'Gritad de alegría por Jacob, exultad por la primera de las naciones, proclamad, cantad y decid: 'Salvó Yahveh a su pueblo, al resto de Israel'.

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Jeremías 31:7
37 Referans Kwoze  

Sálvanos, ¡oh Señor Dios nuestro!, y recógenos de entre las naciones, para que confesemos tu santo Nombre, y nos gloriemos en cantar tus alabanzas.


Entonces rebosará de gozo nuestra boca, y de júbilo nuestra lengua. Se dirá entonces entre las naciones: Grandiosas cosas ha hecho por ellos el Señor.


¡Oh, quién enviará de Sión la salud o el salvador de Israel! Cuando el Señor pusiere fin a la cautividad de su pueblo, saltará de gozo Jacob , y se regocijará Israel.


Salva, ¡oh Señor!, a tu pueblo, y llena de bendiciones tu heredad; rígelos tú, ensálzalos por toda la eternidad.


Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga; haga resplandecer sobre nosotros la luz de su rostro, y nos mire compasivo;


Porque Dios salvará a Sión, y las ciudades de Judá serán reedificadas; y establecerán allí su morada, y las adquirirán como herencia.


Oíd la palabra del Señor, ¡oh príncipes de Judá que imitáis a los reyes de Sodoma! Escucha atento la ley de nuestro Dios, tú, ¡oh pueblo semejante al de Gomorra!


Y enarbolará un estandarte entre las naciones, y reunirá los fugitivos de Israel, y recogerá los dispersos de Judá de los cuatro puntos de la tierra.


Porque de Jerusalén es de donde saldrán los residuos de mi pueblo, y del monte Sión los que se salvarán. Esto hará el celo del Señor de los ejércitos.


Fueron, pues, los ministros del rey Ezequías a encontrar a Isaías;


Esto dice el Señor, redentor tuyo, que te formó en el seno de la madre: Yo soy el Señor, Hacedor de todas las cosas, que por mí solo extiendo los cielos, y fundo la tierra, sin ayuda de nadie.


Entonces se oirá la voz de tus centinelas; a un tiempo alzarán el grito, y cantarán cánticos de alabanza, porque verán con sus mismos ojos cómo el Señor hace volver del cautiverio a Sión.


Y será discernido entre los pueblos su linaje y su descendencia en medio de las naciones; cuantos los vieren los conocerán, por ser ellos el linaje bendito del Señor.


Cantad himnos al Señor, alabad al Señor, porque él es el que ha librado el alma del pobre de las garras de los malvados; del pobre que, como fuera de sí, decía:


Y yo reuniré las ovejas que quedaron de mi rebaño, de todas las tierras a donde las hubiere echado, y las volveré a sus propias tierras; y crecerán y se multiplicarán.


Verdaderamente no eran más que embuste todos los ídolos de los collados y de tantos montes, verdaderamente que en el Señor Dios nuestro está la salud de Israel.


Y así vendrán, y cantarán himnos a Dios en el monte Sión, y correrán en tropa a gozar de los bienes del Señor, del trigo, del vino, del aceite y de las crías de ovejas y de vacas, y estará su alma cual hermoso jardín abundante de aguas, y no padecerán ya más necesidades.


¡Cómo ha quedado solitaria la ciudad antes tan populosa! La señora de las naciones ha quedado como viuda desamparada; la soberana de las provincias es ahora tributaria.


Y a algunos de vosotros que hayan escapado de la espada, los conservaré entre las naciones, cuando yo os haya dispersado por varios países.


Pero me apiadaré de la casa o reino de Judá; y la salvaré por medio del Señor su Dios, por mí mismo, y no por medio de arcos ni espadas, ni por medio de combates, o de caballos, ni caballeros.


Y sucederá que cualquiera que invocare el Nombre del Señor, será salvo; porque en el monte Sión y en Jerusalén hallarán la salvación, como ha dicho el Señor, los restos del pueblo de Judá; los cuales serán llamados por el Señor a su pueblo escogido.


Aborreced el mal, y amad el bien, y restableced la justicia en el foro; y el Señor Dios de los ejércitos tendrá tal vez misericordia de los restos del linaje de José.


Pero al fin, yo te reuniré todo junto, ¡oh Jacob !, yo recogeré en uno los restos de Israel, los pondré todos juntos como rebaño en un aprisco, como las ovejas en la majada; grande será el ruido que hagan sus gentes.


¿Quién es, oh Dios, semejante a ti que perdonas la maldad y olvidas el pecado de las reliquias de Israel herencia tuya? No dará ya el Señor libre curso a su indignación, porque él es amante de la misericordia.


Por lo cual juro yo, dice el Señor Dios de los ejércitos, el Dios de Israel, que Moab será como Sodoma, y los hijos de Amón como Gomorra; lugar de espinos secos, y montones de sal, y un desierto sempiterno, los saquearán las reliquias de mi pueblo, y se enseñorearán de ellos los restos de mi gente.


De la misma suerte, pues, se han salvado en este tiempo algunos pocos que han sido reservados por Dios según la elección de su gracia.


Por otra parte Isaías exclama con respecto a Israel: Aun cuando el número de los hijos de Israel fuese igual al de las arenas del mar, sólo un pequeño residuo de ellos se salvará.


El Señor te pondrá siempre a la cabeza de los pueblos, y no detrás de ellos, y estarás siempre encima, y no debajo; con tal que obedez-cas los mandamientos del Señor Dios tuyo, que te prescribo yo en este día, y los guardes y cumplas,


Ensalzad, ¡oh naciones!, a su pueblo, porque el Señor vengará la sangre de sus siervos, y tomará venganza de sus enemigos, y derramará su misericordia sobre la tierra del pueblo suyo.


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