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Jeremías 30:15 - Biblia Torres Amat 1825

15 ¿Por qué alzas el grito en tus penas? Tu dolor es incurable, por tus grandes maldades y por la obstinación en tus pecados hice contigo esas cosas.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

15 ¿Por qué gritas a causa de tu quebrantamiento? Incurable es tu dolor, porque por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos pecados te he hecho esto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 ¿Por qué te quejas de tu castigo, de esta herida que no tiene cura? He tenido que castigarte porque tus pecados son muchos y tu culpa es grande.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 ¿Por qué te quejas de tus heridas, y por qué tu dolor no se puede calmar? Por tu enorme culpa, por tus numerosos pecados te he hecho esto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 ¿Por qué clamas con motivo de tu herida? Incurable es tu dolor; Por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos pecados te he hecho esto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 ¿Por qué gritas por tu herida, por tu dolor desahuciado? Por tu gran iniquidad, porque fueron muchos tus pecados, te hice todo aquello.

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Jeremías 30:15
45 Referans Kwoze  

Y después de todos los desastres que han caído sobre nosotros por nuestras pésimas obras, y por nuestros gran pecado, tú, oh Dios nuestro, nos has librado de la pena de nuestra iniquidad, y nos has salvado, como se ve hoy día;


Porque al que él concede la paz, o le perdona, ¿quién lo condenará? Y ¿quién amparará al que él abandona, ya sea nación, o bien un particular?


pues hay error en el juicio que de mí se ha hecho; violenta es la saeta que tengo atravesada, sin que haya en mí pecado alguno. Así ha hablado.


Los recogió del camino de su iniquidad; pues por sus maldades habían sido abismados.


Vuestra tierra está desierta, incendiadas vuestras ciudades, a vuestra vista devoran los extranjeros vuestras posesiones, y a manera de enemigos las devastan.


Ahora, pues, habitantes de Jerusalén , y vosotros, ¡oh varones de Judá!, sed jueces entre mí y mi viña.


Porque sabido es que tus dioses, ¡oh Judá!, eran tantos como tus ciudades, y que tú, ¡oh Jerusalén !, erigiste en todas tus calles altares de ignominia, altares para ofrecer sacrificios a los ídolos.


¿Por qué se ha hecho continuo mi dolor, y no admite remedio mi llaga desahuciada? Ella se ha hecho para mí como unas aguas engañosas, en cuyo vado no hay que fiarse.


Tu malicia, ¡oh pueblo ingrato!, te condenará, y gritará contra ti tu apostasía. Reconoce, pues, y advierte ahora cuán mala y amarga cosa es haber tú abandonado el Señor Dios tuyo, y no haberme temido a mí, dice el Señor Dios de los ejércitos.


Así, pues, esto dice el Señor: Incurable es tu fractura; es muy maligna tu llaga.


Se han olvidado de ti todos tus amadores, y no se curarán ya de ti para ser amigos tuyos, en vista de que te he hecho una llaga como de mano hostil y con un terrible azote; porque estás endurecida en tus pecados a causa de tu gran iniquidad.


Mas todos aquellos que te muerden serán devorados, y todos tus enemigos serán llevados cautivos, y aquellos que te asuelen serán asolados, y entregados al saqueo tus saqueadores.


Porque yo cicatrizaré tu llaga, y curaré tus heridas, dice el Señor. Ellos, ¡oh Sión!, te han llamado la repudiada: Esta es, dicen, la que no tiene quien la busque o pretenda.


Sube a Galaad y toma bálsamo, ¡oh virgen hija de Egipto!, en vano multiplicas tú las medicinas; no hay ya remedio para ti.


Ya que desde el más pequeño hasta el más grande, se han dado todos a la avaricia; y todos urden engaños, desde el profeta o cantor al sacerdote.


Sus enemigos se han enseñoreado de ella; los que la odiaban se han enriquecido con sus despojos, porque el Señor falló contra ella a causa de grandes de sus maldades; sus pequeños han sido llevados al cautiverio, arreándolos el opresor.


¿Con quién te compararé, o a qué cosa te asemejaré, oh hija de Jerusalén ? ¿A quién te igualaré, a fin de consolarte, oh virgen hija de Sión? Porque grande es como el mar tu tribulación. ¿Quién podrá remediarte?


Pues ¿por qué se ha de quejar hombre viviente del castigo de sus pecados?


pero entró por causa de los pecados de sus profetas y las maldades de sus sacerdotes, que en medio de ella derramaron la sangre de los justos.


Porque la llaga de la idolatría de Samaria está desahuciada; se ha extendido hasta Judá; ha penetrado hasta las puertas del pueblo mío, hasta Jerusalén .


Yo sufriré el castigo del Señor, pues pequé contra él, hasta tanto que él juzgue mi causa, y se declare en favor mío. El me volverá a la luz del día, y yo veré su justicia.


Notoria se ha hecho tu calamidad; tu llaga tiene muy mala cura; batieron las manos en señal de alegría todos cuantos han sabido lo que te ha acaecido: porque ¿a quién no dañó en todo tiempo tu malicia?


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