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Jeremías 14:22 - Biblia Torres Amat 1825

22 Pues qué, ¿hay por ventura entre los simulacros o ídolos de las gentes quién dé la lluvia? ¿O pueden ellos desde los cielos enviarnos agua? ¿No eres tú el que la envías, Señor Dios nuestro, en quien nosotros esperamos? Sí: porque tú eres el que ha hecho todas estas cosas.

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Biblia Reina Valera 1960

22 ¿Hay entre los ídolos de las naciones quien haga llover? ¿y darán los cielos lluvias? ¿No eres tú, Jehová, nuestro Dios? En ti, pues, esperamos, pues tú hiciste todas estas cosas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 ¿Puede alguno de los inútiles dioses ajenos enviarnos lluvia? ¿O acaso cae del cielo por sí misma? No, tú eres el único, ¡oh Señor nuestro Dios! Solo tú puedes hacer tales cosas. Entonces esperaremos que nos ayudes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 ¿Hay acaso, entre los ídolos de los paganos, quién haga llover, o son los cielos los que dan los chubascos? ¿No eres tú únicamente, Yavé? ¡Oh Dios nuestro, sólo en ti esperamos, y tú eres quien ha hecho todas estas cosas!

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Entre las vanidades° de los gentiles, ¿Hay quien haga llover? ¿O pueden los cielos mismos dar aguaceros? ¿Acaso, oh YHVH, no eres Tú el Dios nuestro? Esperaremos, pues, en ti, Porque Tú haces todas estas cosas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 ¿Hay entre los ídolos de las naciones quien haga llover, o pueden los cielos dar lluvias? ¿Acaso no eres tú, Yahveh? ¡Dios nuestro, en ti esperamos, pues eres tú quien hace todas estas cosas!

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Jeremías 14:22
39 Referans Kwoze  

Mas Elías de Tesbe, habitante de Galaad, dijo a Acab: Vive el Señor Dios de Israel, de quien yo soy siervo, que no ha de caer rocío ni lluvia en estos años, sino hasta que yo lo dijere.


Porque esto dice el Señor Dios de Israel: No vendrá a menos la harina de la orza, ni menguará el aceite de la alcuza, hasta el día en que el Señor envíe lluvia sobre la tierra.


Mucho tiempo después habló el Señor a Elías en el tercer año del hambre, diciendo: Anda y preséntate a Acab; porque quiero enviar lluvias a la tierra.


atiéndeles, Señor, desde el cielo y perdona los pecados de tus siervos y de Israel, pueblo tuyo; y enséñales el buen camino por donde deben andar, y envía lluvias a esta tu tierra, cuya posesión diste a tu pueblo.


Cuando prescribía leyes a las lluvias, y señalaba camino a las fulminantes tempestades,


que derrama la lluvia sobre la faz de la tierra, y todo lo riega con sus aguas;


En el Señor ha puesto su esperanza.


El hace venir las nubes de la extremidad de la tierra, y se convierte en lluvias los relámpagos. El es el que hace salir los vientos de sus depósitos;


El es el que cubre el cielo de nubes, y dispone así la lluvia para la tierra; el que produce en los montes el heno, y la hierba para los animales del servicio de los hombres.


Los inocentes y justos se han unido conmigo, porque yo esperé en ti.


Ni se burlarán de mí mis enemigos; porque ninguno que espere en ti quedará confundido.


Aguarda al Señor, y pórtate varonilmente; cobre aliento tu corazón, y espera con paciencia el Señor.


El pueblo de Sión morará en Jerusalén ; enjugarás tus lágrimas, ¡oh pueblo fiel! El Señor, apiadándose de ti, usará contigo de misericordia; al momento que oyere la voz de tu clamor, te responderá benigno.


Y tus bueyes y asnos que trabajan la tierra, comerán el pienso mezclado con variedad de granos, del modo que vienen aventados de la era, o limpios de paja.


He aquí mi siervo, yo estaré con él; mi escogido, en quien se complace el alma mía; sobre él he derramado mi espíritu; él mostrará la justicia a las naciones.


El Señor es el que con su poder hizo la tierra; con su sabiduría ordenó el mundo, y extendió los cielos con su inteligencia.


Con una sola voz reúne en el cielo una gran cantidad de aguas, y levanta de la extremidad de la tierra las nubes; resuelve en lluvia los rayos y relámpagos, y saca el viento de los depósitos suyos.


Cosas ilusorias son, y obras dignas de risa; todas ellas perecerán al tiempo de la visita.


Porque las leyes de los pueblos vanas son y erróneas; visto que un escultor corta con el hacha un árbol del bosque, y lo labra con su mano;


¡Oh Señor, fortaleza mía, y el sostén mío, y mi refugio en el tiempo de la tribulación!, a ti vendrán las gentes desde las extremidades de la tierra, y dirán: Verdaderamente que nuestros padres poseyeron la mentira y la vanidad, la cual para nada les aprovechó.


ellas renegaron del Señor, y dijeron: No es él el Dios verdadero; no nos sobrevendrá ningún desastre; no veremos la espada, ni el hambre.


En vez de decir en su corazón: Temamos al Señor Dios nuestro, que nos da a su tiempo la lluvia temprana y la tardía, y que nos da todos los años una abundante cosecha.


A una voz suya se congregan las aguas en el cielo; él hace venir del cabo del mundo las nubes; deshace en lluvia los relámpagos y saca de sus tesoros el viento.


E irá en pos de sus amantes, y no los encontrará, los buscará y no los hallará; y dirá: Iré, y volveré a mi primer esposo, pues mejor me iba entonces que ahora).


Y vosotros, ¡oh hijos de Sión!, gozaos y alegraos en el Señor Dios vuestro, porque os ha dado que nazca de vosotros el maestro de la justicia o santidad, y os enviará las lluvias de otoño y de primavera como antiguamente.


Asimismo yo impedí que os viniese lluvia, cuando aún faltaban tres meses hasta la cosecha, e hice que lloviese en una ciudad, y que no lloviese en otra; a un paraje le di lluvia, y otro se secó por no habérsela dado.


Y gobernarán la tierra de Asur con la espada, y la tierra de Nemrod con sus lanzas; y él nos librará del asirio cuando éste haya venido a nuestra tierra y devastado nuestros términos.


Mas yo volveré mis ojos hacia el Señor, pondré mi esperanza en Dios Salvador mío, y mi Dios me atenderá.


para que seáis hijos imitadores de vuestro Padre celestial, el cual hace nacer su sol sobre buenos y malos, y llover sobre justos y pecadores.


Abrirá el Señor su tesoro riquísimo, a saber, el cielo para dar las lluvias a tu tierra en sus tiempos, y echará la bendición sobre todas las obras de tus manos. De suerte que tú prestarás a muchas gentes, y de nadie tomarás prestado.


Ellos han querido como picarme de celos, con adorar lo que no era dios, y me han irritado con sus vanidades: yo también los provocaré a celos, con amar a aquellos que no eran pueblo mío, y los irritaré sustituyendo en su lugar una gente necia y despreciable.


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