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Jeremías 13:21 - Biblia Torres Amat 1825

21 ¿Qué dirás cuando Dios te llame a tomar cuentas puesto que tú amaestraste contra ti a los enemigos, y los instruiste para tu perdición. ¡Cómo no te han de asaltar dolores, semejantes a los de una mujer que está de parto!

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Biblia Reina Valera 1960

21 ¿Qué dirás cuando él ponga como cabeza sobre ti a aquellos a quienes tú enseñaste a ser tus amigos? ¿No te darán dolores como de mujer que está de parto?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 ¿Qué dirás cuando el Señor tome a los aliados con los que cultivaste una relación y los designe como tus gobernantes? ¡Se apoderarán de ti punzadas de angustia como una mujer en dolores de parto!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 ¿Qué dirás cuando aquéllos te visiten como vencedores, siendo que tú los habías acostumbrado a tus intimidades? ¿No se apoderarán de ti dolores como de una mujer que da a luz?

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 ¿Qué dirás cuando ponga como jefes sobre ti a antiguos compañeros que tú misma enseñaste?° ¿No sentirás dolores como de parturienta?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 ¿Qué dirás cuando ponga como jefes sobre ti a quienes tú misma enseñaste a ser tus amigos? ¿No te vendrán dolores como de mujer en parto?

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Jeremías 13:21
17 Referans Kwoze  

Entonces Acaz despachó embajadores a Teglatfalasar, rey de los asirios, para que le dijesen: Siervo tuyo soy, y tu hijo; ven y sálvame de las manos del rey de Siria y de las manos del rey de Israel, que se han coligado contra mí.


para no doblar la cerviz a la cadena entre los esclavos y no caer entre los muertos? A pesar de todas estas cosas no está calmada la ira del Señor, sino que aún está levantado su brazo.


Mirad que va a llegar el día del Señor, día horroroso y lleno de indignación, y de ira, y de furor, para convertir en un desierto la tierra, y borrar de ella a los pecadores.


El corazón se me derrite, me quedó pasmado de horror. Babilonia, mi querida Babilonia, es para mí un objeto de asombro.


Guarda tu pie de la desnudez, y tu garganta de la sed. Mas tú has dicho: Desesperada estoy; por ningún caso lo haré, porque amé los dioses extraños, y tras ellos andaré.


¡Oh tú que pones tu asiento sobre el Líbano, y anidas en sus altos cedros: ¡cuáles serán tus ayes cuando te acometan dolores semejantes a los de mujer que está de parto!


Preguntad y sabed si son por ventura los varones los que han de parir. Porque ¿cómo es que estoy viendo en ansiedad a todos los hombres con las manos sobre sus lomos, como la mujer que está de parto, y cubiertos sus rostros de amarillez?


Sábete que todas las mujeres, que han quedado en el palacio del rey de Judá serán conducidas para los príncipes del rey de Babilonia; y estas mismas te dirán entonces: ¡Oh, cómo te han engañado y prevalecido para daño tuyo los que te lisonjeaban con la paz! Dirigieron tus pasos a un resbaladero, y te han metido en un atolladero, y en seguida te han abandonado.


¿Y qué harás ahora, oh desolada hija de Sión? ¿Qué harás? Por más que te vistas de grana, aunque te adornes con joyas de oro, y pintes con antimonio tus ojos, en vano te engalanarás; tus amantes te han desdeñado, quieren acabar contigo.


Porque he oído gritos como de mujer que está de parto, ansias y congojas como de primeriza; la voz de la hija de Sión moribunda que extiende sus manos, y dice: ¡Ay de mí!, que me abandona mi alma al ver la mortandad de mis hijos.


Cariot ha sido tomada, y ganadas sus fortificaciones; y el corazón de los valientes de Moab será en aquella ocasión como corazón de mujer que está de parto.


Los profetas profetizaban mentiras, y los sacerdotes los aplaudían con palmoteos; y mi pueblo gustó de tales cosas: ¿Qué será, pues, de él al llegar su fin?


Oído hemos su fama, dicen los judíos, y se nos han caído los brazos; nos ha sorprendido la tribulación, y dolores como de mujer que está de parto.


¿Acaso hablarás tú delante de tus matadores, diciendo: Yo soy un dios, siendo tú un hombre sujeto a los que te han de matar, y no un dios?


Pero todo esto aún no es más que el principio de los males.


Mas vosotros, hermanos, no vivís en las tinieblas del pecado, para que os sorprenda como ladrón aquel día;


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