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Jeremías 11:17 - Biblia Torres Amat 1825

17 Y el Señor de los ejércitos que te plantó, decretó calamidades contra ti, a causa de las maldades que la casa de Israel y la casa de Judá o Jacob cometieron para irritarme, sacrificando a los ídolos.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Porque Jehová de los ejércitos que te plantó ha pronunciado mal contra ti, a causa de la maldad que la casa de Israel y la casa de Judá han hecho, provocándome a ira con incensar a Baal.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 »Yo, el Señor de los Ejércitos Celestiales, el que plantó ese olivo, he ordenado que lo destruyan. Pues los pueblos de Israel y de Judá han hecho lo malo, y despertaron mi enojo al quemar incienso a Baal».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Y Yavé de los cielos, que te había plantado, te ha condenado a la desgracia, a causa del mal que se hizo a sí misma la gente de Israel y la de Judá por haber quemado incienso a Baal, haciendo que me enojara por esto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 YHVH Sebaot, que te plantó, ha decretado una calamidad contra ti, a causa de la maldad que para sí mismos hicieron los de la casa de Israel y de la casa de Judá, provocándome al ofrecer sacrificios a Baal.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Yahveh Sebaot, que te había plantado, decretó contra ti la desgracia, por la maldad de la casa de Israel y la casa de Judá, que cometieron en su propio daño, irritándome al incensar a Baal.

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Jeremías 11:17
33 Referans Kwoze  

También colocaré en un lugar estable a mi pueblo de Israel, lo estableceré en él, y en él habitará, sin ser inquietado más; ni los hijos de iniquidad volverán a humillarle como lo hacían antes,


Asimismo los erigió en todas las ciudades de Judá para quemar sobre ellos incienso, provocando la indignación del Señor Dios de sus padres.


Tu mano extirpó de esta tierra las naciones, y los plantaste a ellos; tú abatiste aquellos pueblos, y los expeliste.


Renuévala, pues la plantó tu diestra; y en atención al hijo del hombre, a quien tú te escogiste.


De Egipto trasladaste acá tu viña; arrojaste las naciones, y la plantaste.


Ahora, pues, habitantes de Jerusalén , y vosotros, ¡oh varones de Judá!, sed jueces entre mí y mi viña.


para cuidar a los de Sión que están llorando, y para darles una corona de gloria, en lugar de la ceniza que cubre sus cabezas; el óleo propio de los días solemnes y alegres en vez de luto; un ropaje de gloria en cambio de su espíritu de aflicción; y los que habitarán en ella serán llamados los valientes en la justicia, plantío del Señor para gloria suya.


Entonces me dijo el Señor: Eso te indica que del norte se difundirán los males sobre todos los habitantes de la tierra esta.


Por lo cual esto dice el Señor: He aquí que yo descargaré sobre ellos calamidades, de las cuales no podrán librarse; y clamarán a mí, mas yo no los escucharé.


Porque sabido es que tus dioses, ¡oh Judá!, eran tantos como tus ciudades, y que tú, ¡oh Jerusalén !, erigiste en todas tus calles altares de ignominia, altares para ofrecer sacrificios a los ídolos.


Tú los plantaste en el mundo, y ellos echaron hondas raíces; van medrando y fructifican. Te tienen mucho en sus labios, pero muy lejos de su corazón.


Pues he aquí que mi pueblo se ha olvidado de mí, ofreciendo sacrificios a la vanidad de los ídolos, y tropezando de continuo en sus caminos, en los antiguos caminos, por seguir un carril no trillado,


Pero si esa nación hiciere penitencia de sus pecados, por los cuales pronuncié el decreto contra ella, me arrepentiré yo también del mal que pensé hacer contra ella.


Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Mirad, yo voy a traer sobre esta ciudad y sobre todas las ciudades que dependen de ella, todos los males con que yo la he amenazado; ya que han endurecido su cerviz para no atender a mis palabras.


Yo en verdad te planté cual viña escogida de sarmientos de buena calidad; ¿pues cómo has degenerado, convirtiéndote en viña bastarda?


y yo volveré hacia ellos mis ojos propicios, y los restituiré a esta tierra, y lejos de exterminarlos, los estableceré sólidamente, y los plantaré, y no los extirparé.


Ahora, pues, enmendad vuestra vida, y purificad vuestras inclinaciones, y escuchad la voz del Señor Dios vuestro, y no dudéis que el Señor se arrepentirá o desistirá del castigo con que os ha amenazado.


¿Fue por ventura Miqueas condenado a muerte por Ezequías , rey de Judá, y todo su pueblo? Al contrario ¿no temieron ellos al Señor e imploraron su clemencia, y el Señor se arrepintió o desistió de enviarles el castigo con que les había amenazado? Luego nosotros cometeríamos un gran pecado en daño de nuestras almas.


Y entrarán los caldeos con espada en mano en esta ciudad, y le pegarán fuego, y la quemarán con las casas en cuyos terrados se ofrecían sacrificios a Baal y libaciones a dioses ajenos para irritarme.


Porque ya desde su mocedad los hijos de Israel y los hijos de Judá están continuamente obrando mal delante de mis ojos; los hijos de Israel, digo, que hasta ahora no hacen sino exasperarme con las obras de sus manos, dice el Señor.


Por tanto, esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Yo voy a descargar sobre Judá, y sobre todos los habitantes de Jerusalén , todas las tribulaciones con que les he amenazado; puesto que yo les he hablado, y no han querido escucharme; los he llamado, y no han querido responderme.


por si tal vez se humillan orando en el acatamiento del Señor, y se convierte cada uno de su perverso proceder. Porque es muy grande el furor y la indignación que ha manifestado el Señor contra este pueblo.


Es de advertir que el general del ejército, tomando a Jeremías, luego que lo conoció, le dijo: El Señor Dios tuyo ha predicho estas calamidades sobre este país;


y el Señor las ha puesto en ejecución, y ha cumplido lo que había dicho; porque vosotros pecasteis contra el Señor, y no escuchasteis su voz; por lo cual os ha sucedido eso.


Si permaneciereis quietos en esta tierra, yo os restauraré, y no os destruiré; os plantaré, y no os arrancaré; porque yo estoy aplacado con el castigo que os he enviado.


Mas no quisieron escuchar, ni dar oídos a eso para convertirse de sus maldades, y abstenerse de ofrecer sacrificios a los dioses extraños.


provocándome con los ídolos, obra de vuestras manos, sacrificando a los dioses ajenos en tierra de Egipto, a donde habéis venido a habitar, para perecer infelizmente, y ser la maldición y el oprobio de todas las gentes en la tierra?


Esto dice el Señor: Tú le dirás: He aquí que yo destruyo a aquellos que había ensalzado, y arranco a los que había plantado, y a toda esta tierra o nación entera.


Los hijos recogen la leña, encienden el fuego los padres, y las mujeres amasan la pasta con manteca, para hacer tortas, y presentarlas a la que adoran por reina del cielo, y ofrecer libaciones a los dioses ajenos, y provocar mi ira.


Vosotros hurtáis, matáis, cometéis adulterios; vosotros juráis en falso, hacéis libaciones a Baal, y os vais en pos de dioses ajenos que no conocíais.


Y tomó de la semilla de aquella tierra, y la sembró en un campo para que echase sus raíces, junto a una gran abundancia de aguas, y la sembró en la superficie.


Era Israel una frondosa viña, que llevó los frutos correspondientes, cuanto más abundó en bienes, tanto mayor número tuvo de altares a los ídolos; y cuanto más fecunda fue su tierra, mayor número tuvo de vanos simulacros.


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