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Jeremías 1:15 - Biblia Torres Amat 1825

15 Porque he aquí que yo convocaré todos los pueblos de los reinos del norte, dice el Señor; y vendrán, y cada uno de ellos pondrá su pabellón a la entrada de las puertas de Jerusalén , y alrededor de todos sus muros, y en todas las ciudades de Judá.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Porque he aquí que yo convoco a todas las familias de los reinos del norte, dice Jehová; y vendrán, y pondrá cada uno su campamento a la entrada de las puertas de Jerusalén, y junto a todos sus muros en derredor, y contra todas las ciudades de Judá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 ¡Escucha! Estoy llamando a los ejércitos de los reinos del norte para que vengan a Jerusalén. ¡Yo, el Señor, he hablado! »Establecerán sus tronos a las puertas de la ciudad; atacarán los muros de Jerusalén y a todas las demás ciudades de Judá.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Pues estoy llamando a todos los reinos del norte, palabra de Yavé. Aquí vienen y cada uno de ellos establece sus cuarteles frente a una de las entradas de Jerusalén, frente a sus murallas y frente a las ciudades de Judá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Porque he aquí Yo convoco a todas las tribus de los reinos del norte, dice YHVH; y vendrán y pondrán cada uno su trono a la entrada de las puertas de Jerusalem,° así contra todos sus muros en derredor, como contra todas las ciudades de Judá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 porque mira: yo estoy convocando a todas las tribus de los reinos del norte -oráculo de Yahveh-; vendrán, y pondrá cada uno su trono a la entrada de las puertas de Jerusalén, contra todos los muros que la rodean y contra todas las ciudades de Judá.

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Jeremías 1:15
24 Referans Kwoze  

Y se correrá el velo de Judá, y se acudirá aquel día a la armería del palacio del Bosque.


porque he aquí que ya se percibe una voz, y un gran alboroto que viene de la parte del septentrión, para convertir en desiertos y en manida de dragones las ciudades de Judá.


Derrama más bien tu indignación sobre las naciones que te desconocen, y sobre las provincias que no invocan tu santo Nombre, ya que ellas se han encarnizado contra Jacob , y le han devorado, y han acabado con él, y disipado toda su gloria.


Levantad los ojos y mirad ¡oh vosotros que venís del lado del septentrión! ¿En dónde está, diréis a Jerusalén , aquella grey que se te encomendó, aquel tu esclarecido rebaño?


Y cuando no quisieren recibir de tu mano la copa de mi ira para beber de ella, les dirás: Ved lo que dice el Señor de los ejércitos: La beberéis sin recurso.


sabed que yo reuniré, y enviaré, dice el Señor, todas las familias o pueblos del Norte con Nabucodonosor, rey de Babilonia, ministro o instrumento mío, y los conduciré contra esta tierra y contra sus habitantes, y contra todas las naciones circunvecinas, y daré cabo de ellos, y los reduciré a ser el pasmo y el escarnio de todos, y a una soledad perdurable todas sus ciudades.


Esto dice el Señor: En este lugar, (que vosotros llamáis un desierto, porque no hay en él hombre ni bestia), en las ciudades de Judá, y en los contornos de Jerusalén , que están asolados y sin hombre alguno, sin habitantes ni ganados, se han de oír todavía


Palabras dichas por el Señor a Jeremías cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, y todo su ejército, y todos los reinos de la tierra, y pueblos que estaban bajo su dominio, hacían guerra contra Jerusalén y contra todas sus ciudades.


Pues he aquí que yo voy a dar mis órdenes, dice el Señor, y los volveré a traer contra esta ciudad, y la batirán, y se apoderarán de ella, y la incendiarán; y a las ciudades de Judá he de convertirlas en un desierto, de tal suerte que no quede en ellas ningún habitante.


Y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, e hicieron alto en la puerta del medio: Neregel, Seresel, Semegarnabú, Sarsaquim, Rabsares, Neregel, Sereser, Rebmag y todos los demás príncipes o capitanes del rey de Babilonia.


Decid, pues, a las gentes: Sabed que se ha oído en Jerusalén que vienen las milicias o tropas enemigas de lejanas tierras, y han alzado ya el grito contra las ciudades de Judá.


Alzad en Sión el estandarte; fortificaos, y no os detengáis; porque yo hago venir del septentrión el azote y una gran desolación.


Y les dirás a éstos: Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí que enviaré a llamar a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo; y colocaré su trono sobre estas piedras que he escondido, y asentará su solio sobre ellas.


Y se encendió mi indignación y el furor mío, y estalló en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén , y quedaron convertidas en un desierto y desolación, como se ve hoy día.


Abatida está la hija de Egipto, y entregada en poder del pueblo del Norte.


Yo voy a traer sobre vosotros, ¡oh familia de Israel!, dice el Señor, una nación lejana, nación robusta, nación antigua, nación cuya lengua tú no sabrás, ni entenderás lo que habla.


Esto dice el Señor: Mirad que viene un pueblo del septentrión, y una nación grande saldrá de los extremos de la tierra.


En fin, yo reduciré a Jerusalén , dice el Señor, a un montón de escombros, y a ser guarida de dragones, y a las ciudades de Judá las convertiré en despoblados, sin que en ellas quede un solo morador.


Deshonraban a las mujeres de Sión, violaban a las vírgenes en las ciudades de Judá.


Allí están los príncipes todos del septentrión y todos los tiranos, los cuales, junto a los que perecieron al filo de la espada, han sido llevados allí despavoridos y humillados a pesar de toda su valentía; quienes durmieron incircuncisos entre aquellos que fueron pasados a cuchillo, y llevaron su propia ignominia como los que bajaron a la fosa.


Y arrojaré lejos de vosotros a aquel enemigo que vino del septentrión, y lo echaré a un país despoblado y desierto: su vanguardia hacia el mar de oriente; y la retaguardia hacia el mar más distante; y allí se pudrirá y despedirá fétido olor por haber obrado con tanta soberbia.


La carroza que tenía los caballos negros se dirigía hacia la tierra del septentrión, e iban en pos de ella los caballos blancos; y los caballos manchados salieron hacia la tierra del mediodía.


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