Isaías 9:9 - Biblia Torres Amat 1825

⁹ Los edificios de ladrillos han sido arruinados por los enemigos mas nosotros edificaremos con piedras de sillería; cortaron las higueras silvestres, pero en su lugar sustituiremos cedros.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁹ Y la sabrá todo el pueblo, Efraín y los moradores de Samaria, que con soberbia y con altivez de corazón dicen:

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁹ Y los habitantes de Israel y de Samaria, quienes hablaron con tanta soberbia y arrogancia, pronto se enterarán.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁹ Si se han venido abajo los ladrillos, edificaremos con piedras labradas; si han cortado los sicómoros, los reemplazaremos con cedros.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁹ Lo entenderá el pueblo entero, Efraín y los habitantes de Samaria, Que van diciendo con soberbia y altivez de corazón:

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁹ 'Si cayeron los ladrillos, con sillares construiremos; si talaron los sicómoros, con cedros los cambiaremos'.

Isaías 9:9 Referans Kwoze

1 Reyes 22:25

Respondió Miqueas: Tú lo verás aquel día, cuando vayas huyendo de escondrijo en escondrijo para ocultarte y salvarte.

Proverbios 16:18

A la caída precede la soberbia, y antes de la ruina se remonta el espíritu.

Isaías 26:11

A nosotros, Señor, nos darás la paz, porque todas nuestras obras tú nos las hiciste por medio de nosotros.

Isaías 28:1

He aquí al Señor poderoso y fuerte, como pedrisco impetuoso, como torbellino quebrantador, como el ímpetu de muchas aguas que inundan y anegan un espacioso país.

Isaías 28:3

Y la caduca flor de la gloria y alegría del que está sobre la cumbre del fertilísimo valle, será como un fruto temprano, que madura antes del otoño; al cual el primero que lo ve, al instante lo coge, y lo devora.

Isaías 46:12

Oídme vosotros, corazones endurecidos, que tan lejos estáis de la justicia.

Isaías 48:4

Porque sabía yo que tú eres un pueblo duro y tu frente de bronce.

Isaías 7:2

Y dijo el Señor a Isaías: Ve, sal al encuentro de Acaz, tú y el hijo que te queda, Jasub, al último del canal que conduce el agua a la piscina superior, por el camino que conduce al campo del Batanero.

Isaías 9:8

Y lo verá todo el pueblo de Efraín, y los habitantes de Samaria, quienes con soberbia e hinchazón de corazón andan diciendo:

Jeremías 32:24

He aquí ya levantadas las máquinas de guerra contra la ciudad para batirla; y cómo está para caer en poder de los caldeos, que la combaten a fuerza de armas, y del hambre, y de la peste; y cuantas cosas hablaste, ¡oh Dios mío!, todas se han cumplido, como tú mismo lo estás viendo.

Ezequiel 30:19

Y ejerceré mi juicio contra Egipto; y conocerán que yo soy el Señor.

Ezequiel 33:33

Pero cuando suceda lo que ha sido profetizado (y he aquí que llegará luego la noticia), entonces conocerán que ha habido un profeta entre ellos.

Ezequiel 7:27

Sumergido quedará el rey en la aflicción, y cubiertos de tristeza los príncipes o magnates, y temblando de miedo las manos del pueblo. Los trataré yo como merecen, y los juzgaré según sus obras; y conocerán que yo soy el Señor.

Ezequiel 7:9

Y no te miraré con ojos benignos, ni me apiadaré de ti, sino que te echaré a cuestas todas tus maldades, y pondré delante de ti tus abominaciones; y conoceréis que yo soy el Señor que castigo.

Oseas 8:14

Se olvidó Israel de su Hacedor, y erigió templos a los ídolos; Judá se ha construido muchas plazas fuertes; mas yo aplicaré fuego a sus ciudades fortificadas, el cual devorará todos sus edificios.

Malaquías 1:4

Que si los idumeos dijeren: Destruidos hemos sido, pero volveremos a restaurar nuestras ruinas; he aquí lo que dice el Señor de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré; y serán llamados país impío, pueblo contra el cual está el Señor indignado para siempre.

Malaquías 3:13

Tomaron cuerpo vuestros blasfemos discursos contra mí, dice el Señor.

Malaquías 4:1

Porque he aquí que llegará aquel día semejante a un horno encendido, y todos los soberbios y todos los impíos serán como estopa; y aquel día que debe venir los abrasará, dice el Señor de los ejércitos, sin dejar de ellos raíz ni retoño alguno.

1 Pedro 5:5

Humillaos, pues, bajo la mano poderosa de Dios, para que os exalte al tiempo de su visita o del juicio,