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Isaías 9:6 - Biblia Torres Amat 1825

6 Su imperio será amplificado, y la paz no tendrá fin; se sentará sobre el solio de David; y poseerá su reino para afianzarlo y consolidarlo haciendo reinar la equidad y la justicia desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos es el que hará estas cosas.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Pues nos ha nacido un niño, un hijo se nos ha dado; el gobierno descansará sobre sus hombros, y será llamado: Consejero Maravilloso, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 El imperio crece con él y la prosperidad no tiene límites, para el trono de David y para su reino: El lo establece y lo afianza por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. Sí, así será, por el amor celoso de Yavé Sabaot.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Porque un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado; El dominio estará sobre su hombro, Y se llamará su nombre: Admirable, Consejero,° Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Para aumento del principado y para una paz sin fin, sobre el trono de David se sentará y sobre su reino, para consolidarlo y apoyarlo en derecho y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Yahveh Sebaot lo hará.

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Isaías 9:6
82 Referans Kwoze  

Este edificará un templo en que será adorado mi Nombre, y yo afirmaré su regio trono para siempre.


Antes tu casa será estable y verás permanecer eternamente tu reino, y tu trono será firme para siempre.


Bendito sea el Señor Dios tuyo, que te ha amado y puesto sobre el trono de Israel, por el amor que siempre ha tenido a este pueblo, y te ha constituido rey para que ejerzas la equidad y la justicia.


Recaiga, pues, la sangre de éstos sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de sus descendientes para siempre. Mas a David y a su descendencia, a su casa y a su trono, dé el Señor paz sempiterna.


Mas el rey Salomón será bendito, y el trono de David será estable para siempre delante del Señor.


Ahora pues, oh Dios nuestro, Dios grande, fuerte y terrible, que guardas el pacto y la misericordia, no apartes los ojos, compadécete de todos los trabajos que han llovido sobre nosotros, sobre nuestros reyes, y nuestros príncipes, y nuestros sacerdotes, y nuestros profetas, y nuestros padres, y sobre tu pueblo todo, desde el tiempo del rey de Asiria, que nos llevó cautivos, hasta el día de hoy.


Cíñete al lado tu espada, ¡oh rey potentísimo!


El trono tuyo, ¡oh Dios!, permanece por los siglos de los siglos; el cetro de tu reino es cetro de rectitud.


Amaste la justicia y aborreciste la iniquidad; por eso te ungió, ¡oh Dios!, el Dios tuyo con óleo de alegría, con preferencia a tus compañeros.


El Dios de los dioses, el Señor ha hablado y ha convocado la tierra, desde el oriente hasta el occidente.


Bendito sea su Nombre por los siglos de los siglos: Nombre que existe antes que el sol. Y serán benditos en él todos los pueblos de la tierra; todas las naciones le glorificarán.


Reciban del cielo los montes la paz para el pueblo, y reciban los collados la justicia.


Florecerá en sus días la justicia y la abundancia de paz, hasta que deje de existir la luna.


Se encontraron juntas la misericordia y la verdad; se dieron un ósculo la justicia y la paz.


¡Oh Señor!, los cielos celebrarán tus maravillas, como también tu verdad en la congregación de los santos.


Desde la eternidad tengo yo el principado de todas las cosas, desde antes de los siglos, primero que fuese hecha la tierra.


Porque aun cuando tu pueblo, oh Israel, fuese como la arena del mar, solamente los restos de él se convertirán; pero los restos que se salvaren de la destrucción, rebosarán en justicia.


Habitará el lobo con el cordero; y el tigre estará echado junto al cabrito; el becerro, el león y la oveja andarán juntos, y un niño pequeñito será su pastor.


Hemos oído hablar de la soberbia de Moab, él es orgulloso en extremo; su soberbia, su arrogancia y su impetuosidad exceden mucho a sus fuerzas.


Oh Señor Dios nuestro, hemos tenido otros amos fuera de ti, que nos han dominado; haz que de ti sólo y de tu nombre nos acordemos.


Vosotros pusisteis para siempre vuestra esperanza en el Señor, en el Señor Dios, que es nuestra fortaleza eterna.


¡Ay de Ariel, de Ariel, ciudad que conquistó David! Pasará uno y otro año, y pasarán las solemnidades;


Y este varón será como un lugar de refugio para guardarse del viento y guarecerse de las tempestades; como arroyos de frescas aguas en tiempo de sequía, y como la sombra de una alta peña en medio de un ardiente páramo.


Por tanto, esto dice el Señor acerca del rey de los asirios: No pondrá él el pie en esta ciudad, ni arrojará acá una saeta, ni la asaltará el soldado cubierto con su escudo, ni levantará trincheras alrededor de ella.


Y quiso el Señor consumirle con trabajos; mas luego que él ofrezca su vida como hostia por el pecado, verá una descendencia larga y duradera, y cumplida será por medio de él la voluntad del Señor.


Porque él crecerá a los ojos del pueblo como una humilde planta, y brotará como una raíz en tierra árida; no es de aspecto bello, ni es esplendoroso: nosotros lo hemos visto, dicen, y nada hay que atraiga nuestros ojos, ni llame nuestra atención hacia él.


siendo así que por causa de nuestras iniquidades fue él llagado, y despedazado por nuestras maldades; el castigo de que debía nacer nuestra paz con Dios, descargó sobre él, y con sus moretones fuimos nosotros curados.


Tú, no obstante, eres nuestro verdadero padre; porque Abrahán no nos conoció, e Israel no supo nada de nosotros. Sí, tú, ¡oh Señor!, eres nuestro Padre, nuestro Redentor, éste es tu nombre desde la eternidad.


Porque esto dice el Señor: He aquí que yo derramaré sobre ella como un río la paz, y como un torrente que todo lo inunda la gloria de las naciones; vosotros chuparéis su leche, a sus pechos seréis llevados, y acariciados sobre su regazo.


Manteca y miel comerá, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.


Que si os dijeren: Consultad a los pitones y a los adivinos, los cuales rechinan en sus encantamientos, responded: Pues, ¿no ha de acudir el pueblo a su Dios? ¿A los muertos ha de recurrir para saber de los que viven?


¿Hasta cuándo estás estragándote en medio de los deleites, oh hija perdida? Pues mira, el Señor ha hecho una cosa nueva, o milagrosa, sobre la tierra: Una mujer virgen encerrará dentro de sí al Hombre Dios.


Pero en el tiempo de aquellos reinos, el Dios del cielo levantará un reino que nunca jamás será destruido; y este reino no pasará a otra nación, sino que quebrantará y aniquilará todos estos reinos, y él subsistirá eternamente.


Y le dio éste la potestad, el honor y el reino; y todos los pueblos, tribus y lenguas le servían a él; la potestad suya es potestad eterna que no le será quitada, y su reino es indestructible.


La gloria de este último templo será grande, será mayor que la del primero, dice el Señor de los ejércitos, y en este lugar daré yo la paz o felicidad, dice el mismo Señor de los ejércitos.


Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.


Sabed que una virgen concebirá y tendrá un hijo, a quien pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa Dios con nosotros.


Todas las cosas las ha puesto mi Padre en mis manos. Pero nadie conoce al Hijo sino el Padre; ni conoce ninguno al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo haya querido revelarlo.


Entonces Jesús , acercándose, les habló en estos términos: A mí se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra.


El ángel en respuesta le dijo: El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, por esta causa el fruto santo que de ti nacerá será llamado Hijo de Dios.


y es, que hoy os ha nacido en la ciudad de David el Salvador , que es el Cristo , o Mesías, el Señor nuestro.


Gloria a Dios en lo más alto de los cielos, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.


Pues yo pondré las palabras en vuestra boca, y una sabiduría a que no podrán resistir, ni contradecir todos vuestros enemigos.


Y el Verbo se hizo carne; y habitó en medio de nosotros; y nosotros hemos visto su gloria, gloria que el Unigénito debía recibir del Padre, lleno de gracia y de verdad.


De la plenitud de éste hemos participado todos nosotros, y recibido una gracia por otra gracia.


La paz os dejo, la paz mía os doy; no os la doy yo, como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón, ni se acobarde.


Lo cual ha hecho entender Dios a los hijos de Israel, anunciándoles la paz por Jesucristo (el cual es el Señor de todos).


Velad sobre vosotros y sobre toda la grey, en la cual el Espíritu Santo os ha instituido obispos, para apacentar o gobernar la Iglesia de Dios, que ha ganado él con su propia sangre.


El que ni a su propio Hijo perdonó, sino que le entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo después de habérnosle dado a él, dejará de darnos cualquier otra cosa?


cuyos padres son los patriarcas, y de quienes desciende el mismo Cristo según la carne, el cual es Dios, bendito sobre todas las cosas por siempre jamás. Amén.


Y por esta conducta del mismo Dios subsistís vosotros o estáis incorporados en Cristo Jesús , el cual fue constituido por Dios para nosotros por fuente de sabiduría, y por justicia, y santificación, y redención nuestra,


Entretanto debe reinar, hasta ponerle a todos los enemigos debajo de sus pies.


Porque Dios era el que reconciliaba consigo al mundo en Jesucristo, no imputándoles a ellos sus delitos, y él es el que nos ha encargado a nosotros predicar la reconciliación.


porque el Señor Dios vuestro es el Dios de los dioses y el Señor de los señores; Dios grande y poderoso y terrible, que no es aceptador de personas, ni se gana con dones;


en quien están encerrados todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.


Pero el Espíritu Santo dice claramente que en los venideros tiempos han de apostatar algunos de la fe, dando oídos a espíritus falaces y a doctrinas diabólicas,


el cual se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de todo pecado, purificarnos y hacer de nosotros un pueblo particularmente consagrado a su servicio y fervoroso en el bien obrar.


amaste la justicia y aborreciste la iniquidad; por eso, ¡oh Dios!, el Dios y Padre tuyo te ungió con óleo de júbilo mucho más que a tus compañeros.


os haga aptos para todo bien, a fin de que hagáis siempre su voluntad, obrando él en vosotros lo que sea agradable a sus ojos por los méritos de Jesucristo, al cual sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Hijitos míos, guardaos de los ídolos. Amén.


Y tiene escrito en su vestidura y en el muslo: Rey de los reyes y Señor de los señores.


Al cual respondió él: ¿Por qué me preguntas mi nombre, siendo como es admirable o misterioso?


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