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Isaías 26:9 - Biblia Torres Amat 1825

9 Téngase compasión del impío, y no aprenderá jamás la justicia; en la tierra de los santos ha cometido él la maldad, y así no verá la gloria del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Te busco por la noche; en la mañana te busco de todo corazón. Pues solo cuando tú vengas a juzgar la tierra, la gente aprenderá lo correcto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Mi alma te desea por la noche y mi espíritu se despierta en mí desde la mañana. Cuando a la tierra le llegan tus juicios, los habitantes del mundo aprenden a ser justos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Mi alma te anhela de noche, Y por ti madruga mi espíritu dentro de mí, Porque cuando tus juicios se manifiestan en la tierra, Los habitantes del mundo aprenden justicia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Con mi alma te ansío de noche, con mi espíritu te busco en mi pecho; porque cuando lucen tus juicios en la tierra, aprenden justicia los habitantes del orbe.

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Isaías 26:9
28 Referans Kwoze  

El es el Señor nuestro Dios, él es quien juzga y gobierna todo el universo.


El es el Señor Dios nuestro, cuyos juicios son conocidos en toda la tierra.


Durante la noche me acordaba de invocar tu Nombre, oh Señor; y así guardaba exactamente tu ley.


A medianoche me levantaba a tributarte gracias por tus juicios llenos de justicia.


Desde el amanecer hasta la noche espere Israel en el Señor.


Entonces dirán los hombres: Pues el justo recibe su galardón, es indudable que hay un Dios que ejerce su juicio sobre ellos en la tierra.


¡Dios mío, oh mi Dios!, a ti aspiro, y me dirijo desde que apunta la aurora. De ti está sedienta el alma mía. ¡Y de cuántas maneras lo está también este mi cuerpo!


Quede mi alma bien llena de ti, como de un manjar jugoso; y entonces con labios que rebosen de júbilo, te cantará mi boca himnos de alabanza.


y no hubo quien se atemorizase. Con lo cual publicaron todos las obras de Dios y meditaron sobre sus hechos.


Cuando el Señor hacía en ellos mortandad, entonces recurrían a él, y volvían en sí, y acudían solícitos a buscarle.


Y conozcan que te es propio el nombre del Señor, y que sólo tú eres el Altísimo en toda la tierra.


Yo amo a los que me aman; y me hallarán los que madrugaren a buscarme.


Porque la ciudad fuerte será desolada; Jerusalén , la hermosa ciudad, será desamparada, y quedará como un desierto; en ella pacerá el becerro, y allí tendrá su majada, y comerá las puntas de los tallos de esta viña abandonada.


¿Quién hay entre vosotros temeroso del Señor, y que escuche la voz de su siervo? Quien anduvo entre tinieblas y no tiene luz, espere en el nombre del Señor, y apóyese en su Dios.


Buscad al Señor, mientras pueda ser hallado: invocadle mientras está cercano.


Levántate, clama de noche al Señor desde el principio de las vigilias; derrama como agua tu corazón ante su presencia; levanta hacia él tus manos, haciéndole presente la vida de tus niños que se están muriendo de hambre en todas las esquinas y encrucijadas de las calles.


Bueno es el Señor para los que esperan en él, para las almas que le buscan.


Y tú serás el oprobio y la maldición, y el escarmiento y asombro de las naciones circunvecinas, luego que yo haya ejecutado en ti mis castigos con furor e indignación, y con mi vengadora ira.


Me marcharé y me volveré a mi habitación; hasta tanto que os halléis bien desfallecidos, y vengáis en busca de mí.


Así que buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas se os darán por añadidura.


Por la mañana muy de madrugada salió fuera a un lugar solitario, y hacía allí oración.


Por este tiempo se retiró a orar en un monte, y pasó toda la noche orando a Dios.


El segundo ay se pasó, y bien pronto vendrá el ay tercero, o la tercera desdicha.


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