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Isaías 26:2 - Biblia Torres Amat 1825

2 Ya se ha disipado el antiguo error: Tú, ¡oh Señor!, nos conservarás la paz; la paz o reunión de todos los bienes, ya que en ti tenemos puesta nuestra esperanza.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Abran las puertas a todos los que son justos; dejen entrar a los fieles.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Abran las puertas para que entre la gente buena, que cumple fielmente

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¡Abrid las puertas y entrará un pueblo justo que guarda la fidelidad!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Abrid las puertas, para que entre la nación justa que se ha mantenido leal.

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Isaías 26:2
25 Referans Kwoze  

a fin de que gocemos los bienes de tus escogidos, y participemos de la alegría de tu pueblo, y te gloríes en aquellos a quienes miras como herencia tuya.


Abridme, ¡oh sacerdotes!, las puertas del Tabernáculo de la justicia y santidad; y entrado en ellas tributaré gracias al Señor.


Esta es la puerta del Señor, por ella entrarán los justos.


Levantad, ¡oh, príncipes!, vuestras puertas, y elevaos vosotras, ¡oh puertas de la eternidad!, y entrará el rey de la gloria.


Y seréis vosotros para mí un reino sacerdotal, y nación santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.


Y entonces será justificada por el Señor, y glorificada o ensalzada toda la posteridad de Israel.


Y tendrás por cimientos la justicia; estarás segura de la opresión, y no tendrás que temerla; y del espanto, el cual no tendrá lugar en ti.


Ningún instrumento preparado contra ti te hará daño; y tú condenarás toda lengua que se presente en juicio contra ti. Esta es la herencia de los siervos del Señor, y ésta es la justicia que deben esperar de mí, dice el Señor.


Si esto haces amanecerá tu luz como la aurora, y llegará presto tu curación, y delante de ti irá siempre tu justicia, y la gloria del Señor te acogerá en su seno.


Y estarán abiertas siempre tus puertas, ni de día ni de noche se cerrarán, a fin de que a toda hora pueda introducir en ti la riqueza de las naciones, con sus reyes.


No se oirá ya hablar más de iniquidad en tu tierra, ni de estragos ni de plagas dentro de tus confines; antes bien reinará la salud o felicidad dentro de tus muros, y resonarán en tus puertas cánticos de alabanza.


El pueblo tuyo se compondrá de todos los justos; ellos poseerán eternamente la tierra, siendo unos retoños plantados por mí, obra de mis manos, para que yo sea glorificado.


para cuidar a los de Sión que están llorando, y para darles una corona de gloria, en lugar de la ceniza que cubre sus cabezas; el óleo propio de los días solemnes y alegres en vez de luto; un ropaje de gloria en cambio de su espíritu de aflicción; y los que habitarán en ella serán llamados los valientes en la justicia, plantío del Señor para gloria suya.


Yo no me estaré, pues, callado; sin cesar rogaré a favor de Sión; por amor de Jerusalén no he de sosegar hasta tanto que su Justo nazca como la luz del día, y resplandezca su Salvador cual brillante antorcha.


Salid, pues, salid afuera de las puertas de Jerusalén , preparad el camino al pueblo, allanad la senda, apartad de ellas las piedras, y alzad el estandarte o señal para los pueblos.


Las naciones, ¡oh Jerusalén !, verán a tu Justo; y los reyes todos a tu glorioso Salvador ; y se te impondrá un nombre nuevo, que pronunciará el Señor de su propia boca.


Esto dice el Señor de los ejércitos: Vendrán aún los pueblos, y poblarán muchas ciudades;


alabando a Dios, y haciéndose amar de todo el pueblo. Y el Señor aumentaba cada día el número de los que abrazaban el mismo género de vida para salvarse.


Vosotros que antes no erais tan siquiera pueblo, y ahora sois el pueblo de Dios; que no habíais alcanzado misericordia, y ahora la alcanzasteis.


Por lo cual, carísimos, pues tales cosas esperáis, haced lo posible para que el Señor os halle sin mancilla, irreprensibles y en paz;


Porque se han entrometido con disimulo ciertos hombres impíos (de quienes estaba ya muy de antemano predicho que vendrían a caer en este juicio o condenación), los cuales cambian la gracia de nuestro Dios en una desenfrenada licencia, y reniegan, o renuncian, a Jesucristo, nuestro único soberano y Señor.


Y a la luz de ella andarán las gentes; y los reyes de la tierra llevarán a ella su gloria y su majestad.


con que nos hiciste para nuestro Dios reyes y sacerdotes; y reinaremos sobre la tierra hasta que después reinemos contigo en el cielo.


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