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Isaías 10:6 - Biblia Torres Amat 1825

6 Es verdad que él no lo pensará así, y que en su corazón no formará tal concepto; su corazón solamente pondrá la mira en destruir y exterminar no pocas naciones.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Envío a Asiria contra una nación pagana, contra un pueblo con el cual estoy enojado. Asiria los saqueará, y los pisoteará como a polvo debajo de sus pies.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Yo lo he enviado contra una nación impía, contra un pueblo que me molesta, para que lo saquee y le quite todo lo que tiene y lo pisotee como el polvo de las calles.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Lo envié contra una nación infiel, Lo despaché contra el pueblo de mi ira, Para que capturara el botín, tomara despojos, Y lo pisoteara como barro callejero.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Contra una nación impía la envío, contra el pueblo de mi enojo la mando, para despojar el despojo, para saquear el saqueo, para hollarlo como barro de las calles.

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Isaías 10:6
38 Referans Kwoze  

Los disiparé como polvo de la tierra; los aplastaré y desmenuzaré como lodo de las calles.


Pues, ¿no es por orden del Señor que yo he venido a ese país para arruinarlo? Marcha contra ese país, me dijo el Señor, y arrásalo.


Aquel día habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto que hablarán la lengua de Canaán, y que jurarán por el Señor de los ejércitos. Ciudad del Sol será llamada una.


Y el elamita ha tomado consigo la aljaba y el carro de guerra para el caballero, y ha descolgado de la pared el escudo.


Por esto la maldición devorará la tierra; porque sus habitantes son pecadores y por esto perderán el juicio los que en ella moran, de que sólo se libertará un corto número.


Por tanto, he aquí que nuevamente excitaré la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso, porque faltará la sabiduría a sus sabios, y desaparecerá el don de consejo de sus prudentes.


Las armas de que se vale el impostor son muy malignas; pues está siempre maquinando las tramas para perder con mentirosas palabras a los mansos o pobres afligidos, mientras el pobre habla y pide lo que es justo.


Apiádate, Señor, de nosotros, pues siempre hemos esperado en ti; sé nuestra fortaleza desde la mañana y la salvación nuestra en el tiempo de tribulación.


Aquel que anda por las sendas de la justicia y habla verdad, que aborrece las riquezas adquiridas con la calumnia o extorsión, y tiene limpias sus manos de todo cohecho; que tapa sus orejas para no prestar oídos a los sanguinarios, y cierra sus ojos por no ver lo malo.


¿Quién otro más que yo ha anunciado estas cosas desde su principio ?, decidlo a fin de que le conozcamos, y desde los tiempos antiguos, para que digamos: tienes razón, a favor tuyo está la justicia. Mas no hay entre vuestros ídolos quien profetice, ni quien prediga lo futuro, ni quien oiga siquiera las palabras de vuestra boca.


Vendrán aquellos que han de reedificarte; y los que te destruían y asolaban se alejarán de ti.


Sí: porque esto dice el Señor: Ciertamente que le serán quitados al hombre esforzado los prisioneros que ha hecho, y será recobrado lo que arrebató el valiente. A aquellos, ¡oh Sión!, que te juzgaron a ti, yo los juzgaré; y yo salvaré a tus hijos.


Y alzará bandera para servir de señal a un pueblo lejano, y lo llamará con un silbo desde los extremos de la tierra, y he aquí que, diligente, acudirá con la mayor rapidez.


Y su estruendo será para Israel aquel día como el bramido del mar. Miraremos la tierra, y he aquí por todas partes tinieblas de tribulación, cuya lobreguez oscurecerá la luz del día.


Y la dejaré que se convierta en un erial; no será podada ni cavada, y crecerán en ella zarzas y espinas, y mandaré a las nubes que no lluevan gota sobre ella.


El lagar lo he pisado yo solo, sin que nadie de entre las gentes haya estado conmigo. Pisé a los enemigos con mi furor, y los golpeé con mi ira, y su sangre salpicó mi vestido, y manché toda mi ropa.


Y en mi furor pisoteé a los pueblos y los embriagué de su sangre en mi indignación, y postré por tierra sus fuerzas.


Y sucederá que en aquel día el Señor dará un silbido a los pueblos que cubren como moscas lo último de los ríos de Egipto, y a otros que armados de saetas, están como abejas en la tierra de Asur;


Y me habló el Señor de nuevo diciendo:


Reuníos, ¡oh pueblos!, y venid; que habéis de ser vencidos; vosotras todas, ¡oh regiones las más remotas!, escuchad: Armaos de coraje, y seréis vencidas; formaos en buen orden, y seréis vencidas.


Pues la impiedad se encendió cual fuego que devora las zarzas y las espigas, y toma vigor en lo más espeso del bosque, y se eleva en torbellinos de humo densísimo.


Y volverá a la derecha para devorarlo todo, y aún tendrá hambre, y comerá cuanto halle a la izquierda, y tampoco podrá saciarse; cada uno devorará la carne de su mismo brazo. Manasés devastará a Efraín, y Efraín a Manasés; luego ambos se unirán contra Judá.


sabed que yo reuniré, y enviaré, dice el Señor, todas las familias o pueblos del Norte con Nabucodonosor, rey de Babilonia, ministro o instrumento mío, y los conduciré contra esta tierra y contra sus habitantes, y contra todas las naciones circunvecinas, y daré cabo de ellos, y los reduciré a ser el pasmo y el escarnio de todos, y a una soledad perdurable todas sus ciudades.


Y después de todas estas cosas no se convirtió a mí, dice el Señor, su hermana, la prevaricadora Judá, con todo su corazón, sino fingidamente.


Pues he aquí que yo voy a dar mis órdenes, dice el Señor, y los volveré a traer contra esta ciudad, y la batirán, y se apoderarán de ella, y la incendiarán; y a las ciudades de Judá he de convertirlas en un desierto, de tal suerte que no quede en ellas ningún habitante.


Lava, pues, ¡oh Jerusalén !, tu corazón de toda malicia, si quieres salvarte. ¿Hasta cuándo tendrán acogida en ti los pensamientos nocivos o perversos?


por el servico prestado contra Tiro, yo le he dado el país de Egipto, porque él ha trabajado para mí, dice el Señor Dios.


para enriquecerte de esta manera con los despojos y hacerte dueño de la presa, y descargarás la mano sobre aquellos que habían sido dispersados y fueron después restablecidos; sobre el pueblo que ha sido recogido de entre las naciones, el cual comenzó a poseer y habitar el país que se miraba como el centro de las naciones de la tierra.


Saba y Dedán, y los mercaderes de Tarsis, y todos sus leones te dirán: ¿Vienes tú acaso a recoger despojos? He aquí que has reunido tu gente para apoderarte de la presa, para pillar la plata y el oro, y hacer el saqueo de los muebles y alhajas y de riquezas sin cuento.


Y esto lo presenciará la enemiga mía, y quedará cubierta de confusión la que me dice: ¿En dónde está ahora el Señor Dios tuyo? Yo fijaré mis ojos sobre ella, hollada será ella ahora como el lodo de las calles.


Mas qué ¿no existes tú desde el principio , ¡oh Señor Dios mío mi Santo!, y el que nos librará de la muerte? ¡Oh Señor!, tú has destinado a este Nabucodonosor para ejercer tu venganza, y le has dado tan gran poderío para castigarnos por medio de él.


Y serán como campeones que hollarán en el combate a los enemigos, como es hollado el barro en las calles, y pelearán confundidos los que van montados en briosos caballos.


¡Hipócritas!, con razón profetizó de vosotros Isaías, diciendo:


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