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Hechos 9:2 - Biblia Torres Amat 1825

2 y le pidió cartas para Damasco, dirigidas a las sinagogas, para traer presos a Jerusalén a cuantos hombres y mujeres hallase de esta profesión o escuela de Jesús .

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Le pidió cartas dirigidas a las sinagogas de Damasco para solicitarles su cooperación en el arresto de los seguidores del Camino que se encontraran ahí. Su intención era llevarlos —a hombres y mujeres por igual— de regreso a Jerusalén encadenados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 y le pidió poderes escritos para las sinagogas de Damasco, pues quería detener a cuantos seguidores del Camino encontrara, hombres y mujeres, y llevarlos presos a Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 y le solicitó cartas para las sinagogas de Damasco, para que cuando hallara hombres o mujeres que eran de este Camino,° pudiera traerlos atados a Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de traer presos a Jerusalén a todos cuantos encontrara adictos al Camino, hombres o mujeres.

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Hechos 9:2
23 Referans Kwoze  

Donde divididas las tropas, se echó sobre ellos de noche; y los desbarató, y los fue persiguiendo hasta Hoba, que está a la izquierda de Damasco.


Las ciudades de Aroer serán abandonadas a los ganados, que tendrán allí sus apriscos, y no habrá quien los espante.


Contra Damasco: Confundidas han sido Emat y Arfad; porque han oído una malísima nueva, se han turbado los de las islas del mar; su inquietud no la deja sosegar.


Recataos de los hombres; pues os delatarán a los tribunales, y os azotarán en sus sinagogas;


Le respondió Jesús : Yo soy el camino, la verdad, y la vida: Nadie viene al Padre sino por mí.


Estaba este instruido en el camino del Señor, y predicaba con fervoroso espíritu, y enseñaba exactamente todo lo perteneciente a Jesús , aunque no conocía más que el bautismo de Juan.


Durante este tiempo fue cuando acaeció un no pequeño alboroto con ocasión del camino del Señor, o de la buena nueva.


Mas como algunos de ellos endurecidos no creyesen, antes blasfemasen de la doctrina del Señor delante de los oyentes, apartándose de ellos, separó a los discípulos, y platicaba o enseñaba todos los días en la escuela de un tal Tirano.


Es verdad, y lo confieso delante de ti, que siguiendo una doctrina, que ellos tratan de herejía, yo sirvo al Padre y Dios mío, creyendo todas las cosas, que se hallan escritas en la ley y en los profetas,


Félix, pues, que estaba bien informado de esta doctrina, difirió para otra ocasión el asunto, diciendo: Cuando viniere de Jerusalén el tribuno Lisias, os daré audiencia otra vez.


como ya lo hice en Jerusalén , donde no sólo metí a muchos de los santos, o fieles, en las cárceles, con poderes que para ello recibí de los príncipes de los sacerdotes, sino que siendo condenados a muerte yo di también mi consentimiento.


En este estado, yendo un día a Damasco con poderes y comisión de los príncipes de los sacerdotes,


Se levantaron, pues, algunos de la sinagoga llamada de los libertinos, o libertos, y de las sinagogas de los cireneos, de los alejandrinos, de los cilicianos y de los asiáticos, y trabaron disputas con Esteban,


Este príncipe, usando de una artificiosa malicia contra nuestra nación, persiguió a nuestros padres, hasta obligarlos a abandonar sus niños recién nacidos a fin de que no se propagasen.


Y aun aquí está con poderes de los príncipes de los sacerdotes para prender a todos los que invocan tu Nombre.


Todos los que le oían estaban pasmados, y decían: ¿Pues no es éste aquel mismo que con tanto furor perseguía en Jerusalén a los que invocaban este Nombre, y que vino acá de propósito para conducirlos presos a los príncipes de los sacerdotes?


Y aún no he dicho que estando en Damasco, el gobernador de la provincia por el rey Aretas, tenía puestas guardias a la ciudad para prenderme;


ni pasar a Jerusalén en busca de los apóstoles anteriores a mí; sino que me fui luego a la Arabia, de donde volví otra vez a Damasco.


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