5 Tenemos averiguado ser éste un hombre pestilencial, que anda por todo el mundo metiendo en confusión y desorden a todos los judíos, y es el caudillo de la sediciosa secta de los nazarenos.
5 Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos.
5 Hemos descubierto que este hombre es un alborotador que constantemente provoca disturbios entre los judíos por todo el mundo. Es un cabecilla de la secta conocida como “los nazarenos”.
5 Porque hemos° hallado que este hombre es una peste que promueve altercados entre los judíos por todo el mundo, siendo además cabecilla de la secta de los nazarenos,
5 Hemos descubierto que éste es un hombre pestífero y promotor de tumultos entre todos los judíos dispersos por el mundo, como cabecilla de la secta de los nazarenos.
Entonces Amán fue y dijo al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido por todas las provincias de tu reino, gentes separadas unas de otras, que observan leyes y ceremonias desconocidas, y lo que es más, desprecian las órdenes del rey; y tú sabes muy bien no ser conveniente a tu reino tolerar su insolencia.
Y así que llegó a la puerta llamada de Benjamín, el que estaba por turno haciendo la guardia de la puerta, el cual se llamaba Jerías, hijo de Selemías, hijo de Hananías, asió al profeta Jeremías, diciendo: Tú huyes a los caldeos.
Entonces dijeron los príncipes al rey: Te pedimos que sea condenado a muerte ese hombre; porque él procura de intento que desmayen los brazos de los valientes, y el esfuerzo de los guerreros que han quedado en esta ciudad, y de todo el pueblo, con aquellas palabras que dice. Pues está visto que ese hombre no procura el bien sino el mal de este pueblo.
Con esto Amasías, sacerdote de los ídolos de Betel, envió a decir a Jeroboam, rey de Israel, lo siguiente: Amós levanta una rebelión contra ti en medio del pueblo de Israel, la gente no puede sufrir todas las cosas que dice.
Baste al discípulo el ser tratado como su maestro, y al criado como su amo. Si al padre de familia le han llamado Beelzebub, ¿cuánto más a sus domésticos?
Y comenzaron a acusarlo, diciendo: A éste le hemos hallado pervirtiendo a nuestra nación, y prohibiendo pagar los tributos a César, y diciendo que él es el Cristo o el ungido rey de Israel.
En consecuencia dio libertad, como ellos pedían, al que por causa de homicidio y sedición había sido encarcelado; y a Jesús le abandonó al arbitrio de ellos.
Pero ellos insistían más y más, diciendo: Tiene alborotado al pueblo con la doctrina que va sembrando por toda la Judea, desde la Galilea, donde comenzó, hasta aquí.
Pero, añadieron, algunos de la secta de los fariseos, que han abrazado la fe, se han levantado diciendo ser necesario circuncidar a los gentiles, y mandarles observar la ley de Moisés.
¡Favor, israelitas!, éste es aquel hombre que, sobre andar enseñando a todos, en todas partes, contra la nación, contra la ley, y contra este santo lugar, ha introducido también a los gentiles en el templo, y profanado este lugar santo.
Es verdad, y lo confieso delante de ti, que siguiendo una doctrina, que ellos tratan de herejía, yo sirvo al Padre y Dios mío, creyendo todas las cosas, que se hallan escritas en la ley y en los profetas,
Sabedores son de antemano (si quieren confesar la verdad) que yo, siguiendo desde mis primeros años la secta o profesión más segura de nuestra religión, viví cual fariseo.
Porque ¿qué alabanza merecéis, si por vuestras faltas sois castigados de vuestros amos, y lo sufrís? Pero si obrando bien sufrís con paciencia los malos tratamientos, en eso está el mérito para con Dios;