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Hechos 23:9 - Biblia Torres Amat 1825

9 Así que fue grande la gritería que se levantó. Y puestos en pie algunos fariseos, porfiaban, diciendo: Nada de malo hallamos en este hombre; ¿quién sabe si le habló algún espíritu o ángel?

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y hubo un gran vocerío; y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían, diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si un espíritu le ha hablado, o un ángel, no resistamos a Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Así que hubo un gran alboroto. Algunos de los maestros de la ley religiosa que eran fariseos se levantaron de un salto y comenzaron a discutir enérgicamente. «Nosotros no encontramos nada malo en él —gritaban—. Tal vez algún espíritu o ángel le habló».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Se armó, pues, un enorme griterío. Algunos maestros de la Ley que eran del partido de los fariseos se pusieron en Pie, afirmando: 'Nosotros no hallamos nada malo en este hombre. Tal vez le haya hablado un espíritu o un ángel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Se produjo entonces un griterío enorme. Se levantaron algunos de los escribas de la secta de los fariseos y protestaban violentamente, diciendo: No hallamos nada malo en este hombre. ¿Y si acaso le ha hablado° un espíritu o un ángel?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Se alzó, pues, un griterío inmenso. Se pusieron en pie algunos escribas del partido de los fariseos y declararon con firmeza: 'No encontramos nada malo en este hombre. ¿Y si le ha hablado un espíritu o un ángel?'.

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Hechos 23:9
23 Referans Kwoze  

Si fuere grato al Señor el proceder del hombre, aun a sus enemigos los reducirá a pedir la paz.


Entonces los príncipes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: No es este hombre reo de muerte, puesto que él nos ha predicado en nombre del Señor Dios nuestro.


Mas los escribas y fariseos, al ver que comía con publicanos y pecadores, decían a sus discípulos: ¿Cómo es que vuestro maestro come y bebe con publicanos y pecadores?


El, no obstante, por tercera vez les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho éste? Yo no hallo en él delito alguno de muerte; así que, después de castigarle, le daré por libre.


Pilatos dijo a los príncipes de los sacerdotes y al pueblo: Yo no hallo delito alguno en este hombre.


De lo cual murmuraban los fariseos y los escribas de los judíos, diciendo a los discípulos de Jesús : ¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos, y con gentes de mala vida?


La gente que allí estaba, y oyó el sonido de esta voz, decía que aquello había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.


Pues si Dios les dio a ellos la misma gracia, y del mismo modo que a nosotros, que hemos creído en Nuestro Señor Jesucristo, ¿quién era yo para oponerme al designio de Dios?


Mas sucedió que, yendo de camino, y estando ya cerca de Damasco a hora de mediodía, de repente una luz copiosa del cielo me cercó con sus rayos.


Y cayendo en tierra, oí una voz que me decía: ¡Saulo, Saulo!, ¿por qué me persigues?


Allí averigüé que es acusado sobre cuestiones de su ley de ellos; pero que no ha cometido ningún delito digno de muerte o de prisión.


Porque los saduceos dicen que no hay resurrección , ni ángel ni espíritu; cuando al contrario los fariseos confiesan ambas cosas.


Mas yo he averiguado que nada ha hecho que mereciese la muerte. Pero habiendo él mismo apelado a Augusto he determinado remitírsele.


Y habiéndose retirado aparte hablaban entre sí, y decían: En efecto, este hombre no ha hecho cosa digna de muerte, ni de prisión.


Porque esta noche se me ha aparecido un ángel del Dios de quien soy yo, y a quien sirvo,


pero si es cosa de Dios no podréis destruirla, y os expondríais a ir contra Dios. Todos adhirieron a este parecer.


Y cayendo en tierra asombrado oyó una voz que le decía: ¡Saulo, Saulo!, ¿por qué me persigues?


¿Por ventura queremos irritar con celos al Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él? Todo me es lícito, sí, pero no todo es conveniente.


Les repuso Samuel: Testigo es el Señor contra vosotros, y testigo su ungido en este día de que no habéis hallado nada que decir contra mi conducta. Respondieron: Testigo.


Y dijo a David: Más justo eres tú que yo; porque tú no me has hecho sino bienes, y yo te he pagado con males.


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