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Hechos 19:10 - Biblia Torres Amat 1825

10 Lo que practicó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, oyeron la palabra del Señor, así judíos como gentiles.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Esto continuó los siguientes dos años, de modo que gente de toda la provincia de Asia —tanto judíos como griegos— oyó la palabra del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Hizo esto durante dos años, de tal manera que todos los habitantes de la provincia de Asia, tanto judíos como griegos, pudieron escuchar la Palabra del Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y esto sucedió por dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, tanto judíos como griegos, oyeron° la palabra del Señor.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Así lo hizo durante dos años, de forma que todos los habitantes de Asia, tanto judíos como griegos, oyeron la palabra del Señor.

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Hechos 19:10
23 Referans Kwoze  

En la hora el procónsul, visto lo sucedido, abrazó la fe, maravillándose de la doctrina del Señor.


Cuando hubieron atravesado la Frigia y el país de Galacia, les prohibió el Espíritu Santo predicar la palabra de Dios en el Asia, o Jonia.


Con esto se detuvo aquí año y medio, predicando la palabra de Dios.


Y todos los sábados disputaba en la sinagoga, haciendo entrar siempre en sus discursos el nombre del Señor Jesús , y procurando convencer a los judíos y a los griegos.


Así se iba propagando más y más y prevaleciendo la palabra de Dios.


Y habiendo enviado a Macedonia a dos de los que le ayudaban en su ministerio, Timoteo y Erasto él se quedó por algún tiempo en Asia.


Pablo, entrando después en la sinagoga, predicó libremente por espacio de tres meses, disputando con los judíos, y procurando convencerlos en lo tocante al reino de Dios.


Partos, medos y elamitas, los moradores de Mesopotamia, de Judea, y de Capadocia, del Ponto y del Asia,


Venidos que fueron, y estando todos juntos, les dijo: Vosotros sabéis de qué manera me he portado todo el tiempo que he estado con vosotros, desde el primer día que entré en el Asia,


Por tanto estad alerta, teniendo en la memoria que por espacio de tres años no he cesado de día ni de noche de amonestar con lágrimas a cada uno de vosotros.


Se levantaron, pues, algunos de la sinagoga llamada de los libertinos, o libertos, y de las sinagogas de los cireneos, de los alejandrinos, de los cilicianos y de los asiáticos, y trabaron disputas con Esteban,


que no me avergüenzo yo de la buena nueva, siendo él como es la virtud de Dios para salvar a todos los que creen, a los judíos primero, y después a los gentiles.


Puesto que no hay distinción de judío y de gentil; por cuanto uno mismo es el Señor de todos, rico para con todos aquellos que le invocan.


Pero pregunto: Pues qué, ¿no la han oído ya? Sí, ciertamente: su voz ha resonado por toda la tierra, y se han oído sus palabras hasta las extremidades del mundo.


y ya no hay distinción de judío ni griego; ni de siervo ni libre; ni tampoco de hombre ni mujer. Porque todos vosotros sois una cosa en Jesucristo.


para con el cual no hay distinción de gentil y judío, de circunciso y no circunciso, de bárbaro y escita, de esclavo y libre, sino que Cristo es todo el bien, y está en todos.


Derrame el Señor sus misericordias sobre la casa de Onesíforo, porque me ha consolado muchas veces, y no se ha avergonzado de mi cadena;


elegidos según la previsión, o predestinación, de Dios Padre, para ser santificados del Espíritu Santo, y obedecer a Jesucristo, y ser rociados con su sangre, muchos aumentos de gracia y de paz.


Entonces me volví para conocer la voz que hablaba conmigo. Y vuelto vi siete candeleros de oro,


y de parte de Jesucristo, el cual es testigo fiel, primogénito, o el primero que resucitó de entre los muertos, y soberano de los reyes de la tierra, el cual nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,


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