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Hechos 18:9 - Biblia Torres Amat 1825

9 Entonces el Señor, apareciéndose una noche a Pablo, le dijo: No tienes que temer, prosigue predicando, y no dejes de hablar;

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Biblia Reina Valera 1960

9 Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Una noche, el Señor le habló a Pablo en una visión y le dijo: «¡No tengas miedo! ¡Habla con libertad! ¡No te quedes callado!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Una noche el Señor le dijo a Pablo en una visión: 'No tengas miedo, sigue hablando y no calles,

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Por la noche, en una visión, dijo el Señor a Pablo: 'No tengas miedo. Sigue hablando y no te calles;

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Hechos 18:9
17 Referans Kwoze  

Clama, pues, ¡oh Isaías!, no ceses: Has resonar tu voz como una trompeta, y declara a mi pueblo sus maldades, y a la casa de Jacob sus pecados;


Ahora, pues, ármate de valor, y anda luego, y predícales todas las cosas que yo te mando; no te detengas por temor de ellos; porque yo haré que no temas su presencia.


Te me acercaste en el día en que te invoqué; y me dijiste: No temas.


Anda y ve a Nínive, ciudad grande, y predica en ella aquello que yo te digo.


Mas yo he sido llenado del espíritu fuerte del Señor, de justicia y de constancia; para decir y reprender a Jacob sus maldades, y a Israel su pecado.


donde Pablo tuvo por la noche esta visión: Un hombre de Macedonia, poniéndosele delante, le suplicaba, y decía: Ven a Macedonia, y socórrenos.


pues que yo estoy contigo, y nadie llegará a maltratarte; porque ha de ser mía mucha gente en esta ciudad.


y le vi que me decía: Date prisa, y sal luego de Jerusalén ; porque éstos no recibirán el testimonio que les dieres de mí.


A la noche siguiente se le apareció el Señor, y le dijo: ¡Pablo, buen ánimo!, así como has dado testimonio de mí en Jerusalén , así conviene también que lo des en Roma.


Estaba a la sazón en Damasco un discípulo llamado Ananías, al cual dijo el Señor en una visión: ¡Ananías! Y él respondió: Aquí me tenéis, Señor.


¿No tengo yo libertad? ¿No soy yo apóstol? ¿No he visto yo a Jesucristo, Señor nuestro? ¿No sois vosotros obra mía en el Señor?


sino que habiendo sido antes maltratados y afrentados, o azotados con varas (como no ignoráis) en Filipos, puesta en nuestro Dios la confianza, pasamos animosamente a predicaros la buena nueva de Dios en medio de muchos obstáculos.


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