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Hechos 18:6 - Biblia Torres Amat 1825

6 Pero como éstos le contradijesen, y prorrumpiesen en blasfemias, sacudiendo sus vestidos, les dijo: Recaiga vuestra sangre sobre vuestra cabeza; yo no tengo la culpa. Desde ahora me voy a predicar a los gentiles.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Pero oponiéndose y blasfemando estos, les dijo, sacudiéndose los vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio; desde ahora me iré a los gentiles.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 pero cuando ellos se opusieron y lo insultaron, Pablo se sacudió el polvo de su ropa y dijo: «La sangre de ustedes está sobre sus propias cabezas; yo soy inocente. De ahora en adelante iré a predicar a los gentiles».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Como se oponían y le respondían con insultos, se sacudió el polvo de sus vestidos mientras les decía: 'Nada tengo ya que ver con lo que les suceda; ustedes son los únicos responsables. En adelante me dirigiré a los paganos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Pero ellos se oponían y blasfemaban, por lo que, después de sacudir las vestiduras, les dijo: ¡Vuestra sangre sea sobre vuestra cabeza! ¡Yo estoy limpio! De ahora en adelante, iré a los gentiles.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Pero ellos le opusieron resistencia y respondieron con ultrajes, por lo que él, sacudiéndose el vestido, les dijo: 'Allá vuestra sangre sobre vuestras cabezas. Yo estoy limpio. Desde ahora me dirigiré a los gentiles'.

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Hechos 18:6
37 Referans Kwoze  

diciendo David al mismo tiempo: A nadie sino a ti mismo se impute tu muerte, porque tu propia boca ha dado testimonio contra ti, con haber dicho: Yo maté al ungido del Señor.


Recaiga, pues, la sangre de éstos sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de sus descendientes para siempre. Mas a David y a su descendencia, a su casa y a su trono, dé el Señor paz sempiterna.


Además de esto sacudí mi vestido de encima de mi seno, y dije: Así sacuda Dios de sus casas y de sus haciendas a todos los que no cumplieren esta palabra; así sean sacudidos, y queden sin nada. Y respondió todo el concurso: Amén. Y alabaron a Dios. En suma, todo el pueblo se conformó con lo dicho.


dé a usura y reciba más de lo prestado: ¿Acaso ése vivirá? No vivirá. Habiendo hecho todas estas cosas tan detestables, morirá sin remedio: Su sangre caerá sobre él.


si aquel, quienquiera que sea, que oye el sonido de la bocina no se pone a salvo, y llega la espada y lo mata, su muerte sólo se imputará a él mismo,


Mas si el centinela viera venir la espada y no sonare la bocina, y el pueblo no se pusiere a salvo, y llegare la espada, y quitare la vida a alguno de ellos, éste verdaderamente por su pecado padece la muerte, mas yo demandaré la sangre de él centinela.


El que maldijere a su padre o a su madre, castigado sea de muerte: maldijo al padre o a la madre, páguelo con su sangre.


Caso que no quieran recibiros, ni escuchar vuestras palabras, saliendo fuera de la casa o ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies.


Hará, dijeron ellos, que esta gente tan mala perezca miserablemente, y arrendará su viña a otros labradores que le paguen los frutos a sus tiempos.


Por lo cual os digo que os será quitado a vosotros el reino de Dios, y dado a gentes que rindan frutos de buenas obras.


Al punto los criados, saliendo a los caminos, reunieron a cuantos hallaron, malos y buenos, de suerte que la sala de las bodas se llenó de gentes, que se pusieron a la mesa.


A lo cual respondiendo todo el pueblo, dijo: Recaiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos.


Así os declaro que vendrán muchos gentiles del oriente y del occidente, y estarán a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos,


Y repetían otros muchos insultos blasfemando contra él.


Y donde nadie os recibiere, al salir de la ciudad, sacudid aun el polvo de vuestros pies, en testimonio contra sus moradores.


Pero éstos, sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, se fueron a Iconio.


Y andando con frecuencia por todas las sinagogas, los obligaba a fuerza de castigos a blasfemar del Nombre de Jesús , y enfurecido más cada día contra ellos, los iba persiguiendo hasta en las ciudades extranjeras.


antes bien empecé a predicar primeramente a los judíos que están en Damasco, y en Jerusalén , y por todo el país de Judea, y después a los gentiles, que hiciesen penitencia, y se convirtiesen a Dios, haciendo dignas obras de penitencia.


Por tanto tened entendido todos vosotros, que a los gentiles es enviada esta salud de Dios, y ellos la recibirán.


Porque en fin, ¿es acaso Dios de los judíos solamente?; ¿no es también Dios de los gentiles? Sí, por cierto, de los gentiles también.


No acostumbres beber agua sola, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.


y se desenreden de los lazos del diablo, que los tiene presos a su arbitrio.


Pero jamás venga el caso en que alguno de vosotros padezca por homicida o ladrón, o maldiciente, o codiciador de lo ajeno;


Mas ellos darán cuenta a aquel que tiene dispuesto juzgar a vivos y a muertos:


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