Entonces sacó Samuel una redomita de óleo o bálsamo, y la derramó sobre la cabeza de Saúl, y lo besó, diciendo: He aquí que el Señor te ha ungido para príncipe sobre su herencia y tú librarás a su pueblo de las manos de sus enemigos que la rodean. Esta señal tendrás de que Dios te ha ungido para príncipe:
Se encaminó pues, todo el pueblo a Gálgala, y allí reconocieron nuevamente por rey a Saúl en presencia del Señor; e inmolaron al Señor víctimas pacíficas, regocijándose mucho en aquel sitio, así Saúl como todos los hijos de Israel.
y le dijeron: Ya ves que tú has envejecido, y que tus hijos no siguen tus pasos; constitúyenos un rey que nos gobierne, como lo tienen todas las naciones.
Vivía en esta sazón un hombre de la tribu de Benjamín, llamado Cis, hijo de Abiel, hijo de Seror, hijo de Becorat, hijo de Afía, hijo de Jémini, varón fuerte y valeroso.