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Hebreos 3:7 - Biblia Torres Amat 1825

7 no queráis endurecer vuestros corazones, como sucedió cuando el pueblo estaba en el desierto en el lugar llamado Contradicción y Murmuración,

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Biblia Reina Valera 1960

7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Por eso el Espíritu Santo dice: «Cuando oigan hoy su voz,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Escuchemos lo que dice el Espíritu Santo: Ojalá escuchen hoy la voz del Señor;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Por lo cual, así como dice el Espíritu Santo: Hoy, si oís su voz,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Por eso, como dice el Espíritu Santo, Sii escucháis hoy su voz,

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Hebreos 3:7
27 Referans Kwoze  

El espíritu del Señor habló por mí, su palabra ha estado sobre mi lengua.


Pero mi pueblo no quiso escuchar la voz mía; los hijos de Israel no quisieron obedecerme.


¡Ah si mi pueblo me hubiese oído a mí, si hubiesen seguido los hijos de Israel por mis caminos!


No te jactes de cosa que has de hacer el día de mañana, pues no sabes lo que dará de sí el día siguiente.


Todo cuanto pudieres hacer de bueno, hazlo sin perder tiempo; puesto que ni obra, ni pensamiento, ni sabiduría, ni ciencia ha lugar en el sepulcro, hacia el cual vas corriendo.


Prestad oídos a mis palabras, y venid a mí: Escuchad, y vuestra alma hallará vida y asentaré con vosotros alianza sempiterna, en cumplimiento de las misericordias prometidas a David.


Buscad al Señor, mientras pueda ser hallado: invocadle mientras está cercano.


Todavía estaba Pedro hablando, cuando una nube resplandeciente vino a cubrirlos; y al mismo instante resonó desde la nube una voz que decía: Este es mi querido Hijo, en quien tengo todas mis complacencias. A él habéis de escuchar.


Les replicó: ¿Pues cómo David en espíritu profético le llama su Señor, cuando dice:


Siendo así que el mismo David, inspirado del Espíritu Santo, dice: Dijo el Señor a mi Señor, siéntate a mi diestra hasta tanto que yo haya puesto a tus enemigos por tarima de tus pies.


Tengo también otras ovejas, que no son de este aprisco, las cuales debo yo recoger, y oirán mi voz; y de todas se hará un solo rebaño, y un solo pastor.


Mis ovejas oyen la voz mía; y yo las conozco, y ellas me siguen.


A éste el portero le abre, y las ovejas escuchan su voz, y él llama por su nombre a las ovejas, y las saca fuera al pasto.


En verdad, en verdad os digo, que viene tiempo, y estamos ya en él, en que los muertos oirán la voz o la palabra del Hijo de Dios; y aquellos que la escucharen revivirán;


Hermanos míos, es preciso que se cumpla lo que tiene profetizado el Espíritu Santo por boca de David, acerca de Judas, que se hizo adalid de los que prendieron a Jesús ,


Y no estando acordes entre sí, se iban saliendo, sobre lo cual decía Pablo: ¡Oh, con cuánta razón habló el Espíritu Santo a nuestros padres por el profeta Isaías,


Entonces dijo el espíritu a Felipe: Date prisa y arrímate a ese carruaje.


He aquí la alianza que yo asentaré con ellos, dice el Señor, después de aquellos días imprimiré mis leyes en sus corazones y las escribiré sobre sus almas;


Puesto que venimos a ser participantes de Cristo , con tal que conservemos inviolablemente hasta el fin el principio del nuevo ser suyo que ha puesto en nosotros.


Pues algunos de los que la habían oído, irritaron al Señor, aunque no todos aquellos que salieron del Egipto por medio de Moisés.


Porque si Josué les hubiera dado este descanso, nunca después hablaría la Escritura de otro día.


Todo lo cual era figura de lo que pasa ahora, y pasaba en aquel tiempo en los dones y sacrificios que se ofrecían, los cuales no podían purificar la conciencia de los que tributaban a Dios este culto, pues no consistía sino en viandas, y bebidas,


Verdad es que hubo también falsos profetas en el antiguo pueblo de Dios, así como se verán entre vosotros, maestros embusteros, que introducirán con disimulo sectas de perdición, y renegarán del Señor que los rescató, acarreándose a sí mismos una pronta venganza.


Al que venciere, le haré sentar conmigo en mi trono; así como yo fui vencedor, y me senté con mi Padre en su trono.


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