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Hebreos 2:9 - Biblia Torres Amat 1825

9 Por cuanto era cosa digna que aquel Dios para quien y por quien son todas las cosas, habiendo de conducir a muchos hijos adoptivos a la gloria, consumase o inmolase por medio de la pasión y muerte al autor y modelo de la salvación de los mismos, Jesucristo Señor nuestro.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 No obstante, lo que sí vemos es a Jesús, a quien por un poco de tiempo se le dio una posición «un poco menor que los ángeles»; y debido a que sufrió la muerte por nosotros, ahora está «coronado de gloria y honor». Efectivamente, por la gracia de Dios, Jesús conoció la muerte por todos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 pero el texto dice: por un momento lo hiciste más bajo que los ángeles. Esto se refiere a Jesús, que, como precio de su muerte dolorosa, ha sido coronado de gloria y honor. Fue una gracia de Dios que experimentara la muerte por todos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 pero vemos a Aquél que fue hecho un poco menor que los ángeles: a Jesús, coronado de gloria y de honra a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustara la muerte por todos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Pero a aquel que fue puesto en nivel apenas inferior al de los ángeles, a Jesús, lo contemplamos coronado de gloria y honor por los padecimientos de su muerte, de suerte que, por la gracia de Dios, experimentó la muerte en beneficio de todos.

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Hebreos 2:9
39 Referans Kwoze  

Yo pondré enemistades entre ti y la mujer, y entre tu raza y la descendencia suya: ella quebrantará tu cabeza, y andarás acechando a su calcañar.


Y reposará sobre él el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de piedad;


Manteca y miel comerá, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.


En verdad os digo que hay aquí algunos que no han de morir antes que vean al Hijo del hombre aparecer en el esplendor de su reino.


Y acerca del vestido ¿con qué propósito inquietaros? Contemplad los lirios del campo cómo crecen y florecen. Ellos no labran, ni tampoco hilan;


Y les añadió: En verdad os digo, que algunos de los que aquí están no han de morir sin que vean la llegada del reino de Dios en su majestad.


Os aseguro con verdad, que algunos hay aquí presentes que no morirán sin que hayan visto el reino de Dios.


Al día siguiente vio Juan a Jesús que venía a encontrarle, y dijo: He aquí el cordero de Dios, ved aquí el que quita los pecados del mundo.


Por eso mi Padre me ama, porque doy mi vida por mis ovejas, aunque para tomarla otra vez.


Y cuando yo sea levantado en alto en la tierra, todo lo atraeré a mí.


Que amó tanto Dios al mundo, que no paró hasta dar a su hijo unigénito; a fin de que todos los que creen en él, no perezcan, sino que vivan vida eterna.


En verdad, en verdad os digo, que quien observare mi palabra, no morirá para siempre.


Dijeron los judíos: Ahora acabamos de conocer que estás poseído de algún demonio. Abrahán murió, y murieron también los profetas, y tú dices: Quien observare mi palabra, no morirá eternamente.


Elevado, pues, al cielo, sentado allí a la diestra de Dios, y habiendo recibido de su Padre la promesa o potestad de enviar al Espíritu Santo, le ha derramado hoy sobre nosotros del modo que estáis viendo y oyendo.


El Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob , el Dios de nuestros padres ha glorificado con este prodigio a su Hijo Jesús , a quien vosotros habéis entregado y negado en el tribunal de Pilatos, juzgando éste que debía ser puesto en libertad.


En conclusión, así como el delito de uno solo atrajo la condenación de muerte a todos los hombres, así también la justicia de uno solo ha merecido a todos los hombres la justificación que da vida al alma.


pero lo que hace brillar más la caridad de Dios hacia nosotros, es que cuando éramos aún pecadores o enemigos suyos, fue cuando al tiempo señalado,


Pues lo que era imposible que la ley hiciese, estando como estaba debilitada por la carne, lo hizo Dios cuando habiendo enviado a su Hijo revestido de una carne semejante a la del pecado, y héchole víctima por el pecado, mató así al pecado en la carne,


El que ni a su propio Hijo perdonó, sino que le entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo después de habérnosle dado a él, dejará de darnos cualquier otra cosa?


y que Cristo murió por todos, para que los que viven, no vivan ya para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos.


El cual por amor de nosotros ha tratado a aquel que no conocía al pecado, como si hubiese sido el pecado mismo, con el fin de que nosotros viniésemos a ser en él justos con la justicia de Dios.


Mas cumplido que fue el tiempo, envió Dios a su Hijo, formado de una mujer, y sujeto a la ley,


del cual yo estoy constituido predicador y apóstol (digo la pura verdad, no miento) doctor de las gentes en la fe y verdad, o fiel y veraz.


Y en otro lugar se dice del hijo de Dios: Tú eres, ¡oh Señor!, el que al principio fundó la tierra, y obras de tus manos son los cielos,


holocaustos por el pecado no te han agradado.


Pues sin fe es imposible agradar a Dios; por cuanto el que se llega a Dios debe creer que Dios existe, y que es remunerador de los que le buscan.


Considerad, pues, atentamente a aquel Señor que sufrió tal contradicción de los pecadores contra su misma persona, a fin de que no desmayéis, perdiendo vuestros ánimos.


Todas las cosas has sujetado a sus pies, o a su humanidad santísima. Conque si Dios todas las cosas ha sujetado a él, no ha dejado ninguna que no haya a él sometido. Ahora no vemos que todas las cosas le estén todavía sujetas.


A la verdad tal como éste nos convenía que fuese nuestro sumo sacerdote, santo, inocente, inmaculado, segregado de los pecadores, o de todo pecado, y sublimado sobre los cielos,


porque si él habitase sobre la tierra, ni aun sacerdote sería, estando ya establecidos a este fin los hijos de la tribu de Leví, que según la ley, ofrecen los dones,


Purificando, pues, vuestras almas con la obediencia del amor, con amor fraternal, amaos unos a otros entrañablemente con un corazón puro y sencillo;


Y si guardamos sus mandamientos, con eso sabemos que verdaderamente le hemos conocido.


Eran sus ojos como llamas de fuego, y tenía en la cabeza muchas diademas y un nombre escrito, que nadie lo entiende, o comprende, sino él mismo.


con que nos hiciste para nuestro Dios reyes y sacerdotes; y reinaremos sobre la tierra hasta que después reinemos contigo en el cielo.


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