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Hebreos 1:7 - Biblia Torres Amat 1825

7 mientras al Hijo le dice: El trono tuyo, ¡oh Dios!, subsistirá por los siglos de los siglos; cetro de rectitud, el cetro de tu reino;

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Pero con respecto a los ángeles, Dios dice: «Él envía a sus ángeles como los vientos y a sus sirvientes como llamas de fuego».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Tratándose de los ángeles, encontramos palabras como éstas: Dios envía a sus ángeles como espíritus y a sus servidores como llamas ardientes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Respecto de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles ser como vientos y a sus servidores como fuego calcinante.

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Hebreos 1:7
10 Referans Kwoze  

Y desterrado Adán, colocó Dios delante del paraíso de delicias un querubín con espada de fuego, que andaba alrededor para guardar el camino que conducía al árbol de la vida.


Pero Miqueas, ratificándose, añadió: Por tanto, oye la palabra del Señor: He visto al Señor sentado sobre su solio, y a toda la milicia celestial que estaba a su alrededor a la derecha y a la izquierda.


Así proseguían su camino andando y hablando entre sí, cuando he aquí que un carro de fuego, con caballos también de fuego separó de repente al uno del otro, y Elías subió al cielo en un torbellino.


Y Eliseo, después de haber hecho oración, dijo: Señor ábrele los ojos a éste para que vea; y abrió el Señor los ojos del criado y miró y vio el monte lleno de caballos y de carros de fuego, que rodeaban a Eliseo.


Haces que tus ángeles sean veloces como los vientos, y tus ministros activos como fuego abrasador.


Y con voz esforzada cantaban a coro, diciendo: ¡Santo, Santo, Santo, el Señor Dios de los ejércitos, llena está toda la tierra de su gloria!


Salía de delante de él un impetuoso río de fuego; eran millares de millares los que le servían, y mil millones, o innumerables, los que asistían ante su presencia. Se sentó para juzgar, y fueron abiertos los libros, o procesos.


A lo que respondiendo el ángel, me dijo: Estos son los cuatro vientos del cielo, que salen para presentarse ante el Dominador de toda la tierra.


Por tanto, es menester que observemos con mayor empeño las cosas que hemos oído de su boca, a fin de que no quedemos por desgracia del todo vacíos.


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