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Habacuc 3:3 - Biblia Torres Amat 1825

3 Vendrá Dios de la parte del mediodía, y el Santo de hacia el monte Farán. Su gloria cubrió los cielos, y la tierra está llena de sus alabanzas.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Dios vendrá de Temán, Y el Santo desde el monte de Parán. Selah Su gloria cubrió los cielos, Y la tierra se llenó de su alabanza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 »¡Veo a Dios cruzando el desierto de Edom; el Santo viene desde el monte Parán! Su brillante esplendor llena los cielos, y la tierra se llena de su alabanza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Viene Dios de Temán, el Santo, desde el monte Parán. Su majestad envuelve los cielos y su Gloria repleta la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Dios viene desde Temán, El Santo, de los montes de Parán. SelahSu esplendor eclipsa los cielos y la tierra se llena de sus alabanzas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Dios viene de Temán, el Santo del monte Parán. Selah Su majestad cubre los cielos, de su gloria se llena la tierra.

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Habacuc 3:3
32 Referans Kwoze  

Y fijó su habitación en el desierto de Faram, donde su madre le casó con una mujer de la tierra de Egipto.


Hijos de Elifaz fueron: Temán, Omar, Sefo, Gatam, y Cenez.


Y habiendo salido de Madián pasaron a Farán, y tomando consigo gentes de Farán, entraron en Egipto, y se presentaron al faraón, rey de Egipto, quien dio a Adad casa, le señaló alimentos, y le adjudicó tierras.


Excelso es el Señor sobre todas las gentes, y su gloria sobrepuja los cielos.


porque sólo el Nombre del Señor resplandece sobre los cielos y tierra;


Muchos dicen de mí: Ya no tiene que esperar de su Dios salvación o amparo.


A voces clamé al Señor, y él me oyó benigno desde su santo monte.


Enojaos, y no queráis pecar más; compungíos en el retiro de vuestros lechos de las cosas que andáis meditando en vuestros corazones.


Al modo que tu Nombre, ¡oh Dios!, así tu gloria se extiende hasta los últimos términos de la tierra; tu diestra está llena de justicia.


La carroza de Dios va acompañada de muchas docenas de millares de tropas, de millones de ángeles que hacen fiesta. En medio de ellos está el Señor, en el Sinaí , en el lugar santo.


Así se reconocerá que el Señor hace justicia; al ver que el pecador ha quedado preso en las obras o lazos de sus propias manos.


Establece, Señor, sobre ellas un legislador; para que conozcan que son hombres débiles y miserables.


Entretanto todo el pueblo oía las voces o truenos, y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y veía el monte humeando; de lo cual aterrados y despavoridos, se mantuvieron a lo lejos,


¡Desdichados! Pues el mismo Señor, el sabio por esencia, les ha enviado calamidades, y no ha dejado de cumplir su palabra; y se levantará contra la casa de los malvados y contra los auxiliadores de los que obran la iniquidad.


Y se estremecieron los dinteles y quicios de las puertas a la voz del que cantaba, y se llenó de humo el templo.


Cuando tú hayas hecho estas maravillas, no podremos soportarlas: has descendido del cielo, y al verte los montes, se han derretido.


Contra la Idumea: Esto dice el Señor de los ejércitos: Pues qué, ¿no hay más sabiduría que esa en Temán? No; ya no hay consejo en sus hijos, de nada sirve su sabiduría.


Y he aquí que la gloria del Dios de Israel entraba por la puerta del oriente, y el estruendo que ella causaba era como el estruendo de una gran mole de aguas, y su majestad hacía relumbrar la tierra.


Yo enviaré fuego contra Temán, que reducirá a pavesas los edificios de Bosra.


Quedarán amedrentados ésos tus campeones que tienes a la parte del mediodía, sin que quede un solo varón fuerte en el monte de Esaú.


Pues la tierra será inundada de enemigos, al modo que el mar está cubierto de aguas; a fin de que sea conocida la gloria del Señor.


y los hijos de Israel, divididos en sus escuadrones, partieron del desierto de Sinaí , y la nube vino a posar en el desierto de Farán.


Dijo así: De Sinaí vino el Señor, y de Seir nos esclareció; resplandeció desde el monte Farán, y con él millares de santos. En su mano derecha traía la ley que nos dio desde en medio del fuego.


Ya ves que Dios nuestro Señor nos ha mostrado su majestad y grandeza. Oído hemos su voz de en medio del fuego, y hemos experimentado hoy que Dios ha hablado al hombre, sin que el hombre haya perdido la vida.


Habiendo muerto Samuel, se congregó todo Israel a celebrar con lágrimas sus exequias, y lo sepultaron en el sepulcro de su casa en Rámata. David entonces pasó al desierto de Farán.


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