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Génesis 8:21 - Biblia Torres Amat 1825

21 Y el Señor se complació en aquel olor de suavidad y dijo: Nunca más maldeciré la tierra por las culpas de los hombres, atento a que los sentidos y pensamientos del corazón humano están inclinados al mal desde su mocedad; no castigaré, pues, más a todos los vivientes como he hecho.

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Biblia Reina Valera 1960

21 Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Al Señor le agradó el aroma del sacrificio y se dijo a sí mismo: «Nunca más volveré a maldecir la tierra por causa de los seres humanos, aun cuando todo lo que ellos piensen o imaginen se incline al mal desde su niñez. Nunca más volveré a destruir a todos los seres vivos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Al aspirar el agradable aroma, Yavé decidió: 'Nunca más maldeciré la tierra por causa del hombre, pues veo que sus pensamientos están inclinados al mal ya desde la infancia. Nunca más volveré a castigar a todo ser viviente como acabo de hacerlo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Y percibió YHVH el aroma aplacador,° y dijo YHVH en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre, porque la inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud. No volveré, por tanto, a cortar a todo ser viviente como acabo de hacerlo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Aspiró Yahveh el calmante aroma y dijo Yahveh en su corazón: 'No volveré ya más a maldecir la tierra por causa del hombre, pues los designios del corazón del hombre son malos desde su niñez, ni volveré a castigar más a todo viviente, como lo he hecho.

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Génesis 8:21
50 Referans Kwoze  

Y a Adán le dijo: Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer, y comido del árbol de que te mandé no comieses, maldita sea la tierra por tu causa; con grandes fatigas sacarás de ella el alimento en todo el discurso de tu vida.


Después que la habrás labrado, no te dará sus frutos; errante y fugitivo vivirás sobre la tierra.


al cual llamó Noé , diciendo: Este ha de ser nuestro consuelo en medio de los trabajos y fatigas de nuestras manos, en esta tierra que maldijo el Señor.


dijo a Noé : Llegó ya el fin de todos los hombres decretado por mí; llena está de iniquidad toda la tierra por sus malas obras; pues yo los exterminaré juntamente con la tierra.


Y he aquí que voy a inundar la tierra con un diluvio de aguas, para hacer morir toda carne, en que hay espíritu de vida debajo del cielo; todas cuantas cosas hay en la tierra, perecerán.


Viendo, pues, Dios ser mucha la malicia de los hombres en la tierra, y que todos los pensamientos de su corazón se dirigían al mal continuamente,


yo raeré, dijo, de sobre la faz de la tierra al hombre, a quien creé, desde el hombre hasta los animales, desde el reptil hasta las aves del cielo; pues siento ya el haberlos hecho.


¿Quién podrá volver puro al que de impura simiente fue concebido? ¿Quién sino tú solo?


Mira, pues, que fui concebido en iniquidad y que mi madre me concibió en pecado.


Los pecadores andan enajenados desde cuando nacieron; se descarriaron desde el vientre de sus madres; no hablan más que falsedades.


Su furor es semejante al de una serpiente; como el del áspid que se hace sordo, que te tapa las orejas,


Y de esta suerte ofrecerás el carnero, quemándole todo entero sobre el altar; oblación que se hace al Señor, y hostia, cuyo olor le es sumamente agradable.


Después recibirás de sus manos todo lo dicho, y lo quemarás sobre el altar en holocausto, para olor suavísimo en la presencia del Señor, por ser oblación suya.


¿Quién es el que decir pueda: mi corazón está limpio, puro soy de todo pecado?


porque no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y no peque jamás.


Quédate con tus encantadores y con tus muchas hechicerías en que te has ejercitado tanto, desde tu juventud, por si acaso puede esto ayudarte algo, o puedes tú hacerte más fuerte.


Tal será el paradero de todas aquellas cosas por las cuales tanto te afanaste; los opulentos comerciantes, que trataban contigo desde tu juventud, huyeron cada cual por su camino: No hay quién te salve.


Ni las habías oído ni las sabías; ni entonces tenías abiertas tus orejas; que bien sé que tú has de proseguir siempre prevaricando; y prevaricador te llamé desde el seno de tu madre.


Como ovejas descarriadas hemos sido todos nosotros; cada cual se desvió de la senda del Señor para seguir su propio camino, y a él sólo le ha cargado el Señor sobre las espaldas la iniquidad de todos nosotros.


Sabed que lo dicho lo tengo escrito delante de mí. Por lo que no callaré, dice el Señor, sino que les retornaré el cambio, y les pondré en su seno la paga;


Pero ¡ah!, perverso y falaz es el corazón de todos los hombres, e impenetrable: ¿quién podrá conocerlo?


A esto dijeron ellos: Ya no hay remedio; hemos desesperado; y así seguiremos nuestras ideas, y cada cual hará lo que le sugiera la perversidad de su malvado corazón.


Yo estuve atento, y los escuché: Nadie habla cosa buena; nadie hay que haga penitencia de su pecado, diciendo: ¡Ay! ¿Qué es lo que yo he hecho? Al contrario, todos han vuelto a tomar la impetuosa carrera de sus vicios, como caballo que a rienda suelta corre a la batalla.


Como suavísimo aroma, así me seréis agradables cuando os haya sacado de entre las naciones, y os haya recogido de todas las regiones por las cuales estáis dispersos; y se hará manifiesta en vosotros mi santidad a los ojos de las naciones.


lavando antes en agua los intestinos y las patas. Y el sacerdote hará quemar toda la ofrenda sobre el altar en holocausto de olor suavísimo al Señor.


le quebrantará los alones, más no la cortará, ni la partirá con hierro; y puesto fuego debajo de la leña, la quemará sobre el altar. Holocausto es éste y oblación de olor suavísimo al Señor.


y los intestinos y patas, lavados antes con agua; y el sacerdote lo quemará todo sobre el altar en holocausto de olor suavísimo al Señor.


en tanto grado, que reduciré a soledad vuestras ciudades y asolaré vuestros santuarios, y no aceptaré ya más el olor suavísimo de vuestros sacrificios.


Y quitándole todo el sebo, como se suele quitar de las víctimas pacíficas, le quemará sobre el altar en olor de suavidad al Señor; y hará oración por el que ha cometido la falta, y será perdonado.


y recibiéndolo otra vez de sus manos Moisés, lo quemó sobre el altar del holocausto por ser ofrenda de consagración, sacrificio de olor suavísimo al Señor.


y ofreciereis al Señor holocausto o víctima pacífica, cumpliendo votos, o por oblación voluntaria, o ya quemando en vuestras solemnidades bueyes u ovejas en olor de suavidad al Señor,


Porque del corazón es de donde salen los malos pensamientos, los homicidios, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, blasfemias.


Lo que ha nacido de la carne, carne es; mas lo que ha nacido del espíritu, es espíritu, o espiritual.


porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; sino que ensoberbecidos devanearon en sus discursos, y quedó su insensato corazón lleno de tinieblas;


porque todos pecaron, y tienen necesidad de la gloria o gracia de Dios,


Porque nosotros somos el buen olor de Cristo delante de Dios, así para los que se salvan, como para los que se pierden,


y proceded con amor hacia vuestros hermanos, a ejemplo de lo que Cristo nos amó, y se ofreció a sí mismo a Dios en oblación y hostia de olor suavísimo.


Ahora lo tengo todo, y estoy sobrado; colmado estoy de bienes, después de haber recibido por Epafrodito lo que me habéis enviado, y que he recibido como una oblación de olor suavísimo, como una hostia grata y agradable de Dios.


Sabemos también que vino el Hijo de Dios, y nos ha dado discreción para conocer al verdadero Dios, y para estar en su Hijo verdadero. Este es el verdadero Dios y la vida eterna que esperamos.


Oye, pues, ahora, te ruego, mi rey y señor, las palabras de tu siervo: Si es el Señor el que te incita contra mí, acepte el olor de este sacrificio; mas si son los hombres, malditos sean en la presencia del Señor, ellos, que me han hoy desterrado, para que no habite en la heredad del Señor; como quien dice: Anda y sirve a dioses ajenos.


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