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Génesis 22:17 - Biblia Torres Amat 1825

17 Yo te llenaré de bendiciones, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y como la arena que está en la orilla del mar; tu posteridad poseerá las ciudades de sus enemigos,

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Biblia Reina Valera 1960

17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 ciertamente te bendeciré. Multiplicaré tu descendencia hasta que sea incontable, como las estrellas del cielo y la arena a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 te colmaré de bendiciones y multiplicaré tanto tus descendientes, que serán tan numerosos como las estrellas del cielo o como la arena que hay a orillas del mar. Tus descendientes se impondrán a sus enemigos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 ciertamente te bendeciré, y multiplicaré° inmensamente tu descendencia, como las estrellas de los cielos y como la arena que hay en la orilla del mar,° y tu descendencia poseerá la puerta° de sus enemigos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 te bendeciré copiosamente y multiplicaré tu posteridad como las estrellas del cielo y como la arena de las orillas del mar; tu descendencia se adueñará de las ciudades de sus enemigos.

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Génesis 22:17
50 Referans Kwoze  

Y yo te haré cabeza de una nación grande, y bendecirte he, y ensalzaré tu nombre, y tú serás bendito o serás una bendición.


Y multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra; si hay hombre que pueda contar los granitos del polvo de la tierra, ése podrá contar tus descendientes.


Y le sacó afuera y le dijo: Mira al cielo, y cuenta, si puedes, las estrellas. Pues así, le dijo, será tu descendencia.


Yo te haré crecer hasta lo sumo, y te constituiré cabeza o estirpe de muchos pueblos, y reyes descenderán de ti.


deseando toda suerte de felicidad a su hermana, y diciendo: Hermana nuestra eres, ¡oh! crezcas en mil y mil generaciones, y apodérese tu posteridad de las ciudades de sus enemigos.


Después de su muerte bendijo Dios a Isaac su hijo, el cual moraba cerca del pozo llamado pozo del Dios Viviente y que Mira.


donde se le apareció el Señor aquella misma noche, diciéndole: Yo soy el Dios de tu padre Abrahán, no tienes que temer, pues estoy yo contigo, yo te colmaré de bendiciones, y multiplicaré tu descendencia por amor de mi siervo Abrahán.


Y multiplicaré tu posteridad como las estrellas del cielo; y daré a tus descendientes todas esas regiones, y en uno de ellos SERAN BENDITAS todas las naciones de la tierra,


Y el Dios todopoderoso te bendiga, y te aumente y multiplique, de suerte que vengas a ser padre de numerosos pueblos.


Y te conceda las bendiciones de Abrahán, así como a tu descendencia después de ti; para que poseas como propia la tierra en que estás ahora como peregrino, la cual tiene prometida a tu abuelo.


Tú has prometido hacerme mil bienes, y dilatar mi descendencia como las arenas del mar, que por la muchedumbre no pueden contarse.


Habiendo, pues, dormido allí aquella noche, separó de todo lo que tenía, lo que había destinado para regalar a su hermano Esaú,


Por donde me parece será mejor consejo este: Reúnanse contigo todo el pueblo de Israel, desde Dan hasta Bersabee, imnumerable que es como las arenas del mar; y tú te pondrás en medio de todos.


Judá e Israel formaban un pueblo innumerable como las arenas del mar; y comían y bebían con alegría.


Hizo también equipar Salomón una flota en Asiongaber, que cae junto a Ailat, sobre la costa del mar Rojo, en la Idumea;


Verdad es que David no quiso contar los de veinte años abajo, por cuanto el Señor había dicho que multiplicaría a Israel, como las estrellas del cielo.


Ahora, pues, oh Señor Dios, cúmplase la promesa que hiciste a David, mi padre; y pues tú me has hecho rey de este pueblo tuyo tan crecido, tan innumerable como las partículas del polvo de la tierra,


Y multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los trajiste a la tierra, de la cual habías dicho a sus padres que entrarían a poseerla.


Acuérdate de Abrahán, de Isaac y de Israel, tus siervos, a los cuales por ti mismo juraste, diciendo: Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y toda esta tierra de que os tengo hablado, se la daré a vuestra posteridad, y la poseeréis para siempre.


y como sus arenas la descendencia tuya, y como sus granitos o piedrecitas los hijos de tus entrañas; no hubiera perecido, ni quedado borrado su nombre delante de mis ojos.


y le diste esta tierra, conforme lo habías prometido con juramento a sus padres, tierra que mana leche y miel.


Así como no pueden contarse las estrellas del cielo, ni numerarse las arenas del mar; así yo multiplicaré sin cuento los descendientes de mi siervo David y los levitas mis ministros.


Mas algún día el número de los hijos del verdadero Israel será como el de las arenas del mar, que no tienen medida ni guarismo. Y sucederá que donde se les haya dicho a ellos: Vosotros no sois mi pueblo, se les dirá: Vosotros sois hijos del Dios vivo.


Llamad a vuestros hermanos, Pueblo mío ; y a vuestra hermana, La que ha alcanzado misericordia .


Porque la llaga de la idolatría de Samaria está desahuciada; se ha extendido hasta Judá; ha penetrado hasta las puertas del pueblo mío, hasta Jerusalén .


Y así no fue en virtud de la ley, sino en virtud de la justicia de la fe, la promesa hecha a Abrahán, o a su posteridad, de tener al mundo por herencia suya.


Por otra parte Isaías exclama con respecto a Israel: Aun cuando el número de los hijos de Israel fuese igual al de las arenas del mar, sólo un pequeño residuo de ellos se salvará.


Pero demos gracias a Dios, que nos ha dado victoria contra la muerte y el pecado, por virtud de nuestro Señor Jesucristo.


Bendito el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos ha colmado en Cristo de toda suerte de bendiciones espirituales del cielo,


No puedo yo solo gobernaros: porque el Señor Dios vuestro os ha multiplicado, y en el día de hoy sois en grandísimo número como las estrellas del cielo.


(El Señor, Dios de vuestros padres, añada aún a este número muchos millares, y os llene de bendiciones como lo tiene dicho).


En número de setenta almas bajaron tus padres a Egipto; y estás viendo que el Señor Dios tuyo te ha multiplicado como las estrellas del cielo.


ni reservarás en tu poder cosa chica ni grande de este anatema; a fin de que deponga el Señor su enojo, y se compadezca de ti, y te multiplique, como tiene jurado a tus padres que lo hará,


siempre que oyeres la voz del Señor Dios tuyo, guardando todos sus mandamientos, que yo te repito el día de hoy, para que hagas lo que es agradable a los ojos de tu Señor Dios.


préndanlo y llévenlo ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta donde está el juzgado,


Todos éstos vinieron a morir constantes siempre en su fe, sin haber recibido los bienes que se les habían prometido, contentándose con mirarlos de lejos y saludarlos, y confesando al mismo tiempo ser peregrinos y huéspedes sobre la tierra.


Y así aguardando con longanimidad o larga paciencia, alcanzó la promesa.


Aquí los veinticuatro ancianos, que están sentados en sus tronos en la presencia de Dios, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo:


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