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Génesis 20:5 - Biblia Torres Amat 1825

5 ¿No me dijo él mismo: Es hermana mía: y ella misma afirmó: Hermano mío es? Yo hice esto con sencillo corazón, y obrando con intención pura.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 ¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano? Con sencillez de mi corazón y con limpieza de mis manos he hecho esto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 ¿Acaso no me dijo Abraham: “Ella es mi hermana”? Y ella misma dijo: “Sí, él es mi hermano”. ¡Yo he actuado con total inocencia! Mis manos están limpias.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 El me dijo que era su hermana, y ella también me dijo: 'Es mi hermano'. Yo he actuado con corazón sencillo y con manos limpias.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 ¿no me dijo él: ella es mi hermana, y ella también dijo: es mi hermano? Con integridad de corazón y limpieza de manos he hecho esto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 ¿No me dijo él: 'Es mi hermana'? ¿Y no me ha dicho también ella: 'Es mi hermano'? Con sencillez de mi corazón y pureza de mis manos hice yo esto'.

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Génesis 20:5
21 Referans Kwoze  

Di, pues, te ruego, que eres hermana mía, para que yo sea bien recibido por amor tuyo, y salve mi vida por tu respeto.


Pero después que Dios me hizo salir de la casa de mi padre, a ella le dije: La merced que me has de hacer es que en cualquier lugar a que lleguemos, digas que soy hermano tuyo.


Mas a Sara le dijo: Mira que he dado a tu hermano mil monedas de plata, para que, en cualquier lugar que vayas, tengas siempre un velo sobre los ojos en señal de casada delante de todos aquéllos con quienes te hallares: y acuérdate de que has sido cogida y reputada por soltera.


Por lo que a ti toca, si tú anduvieres en mi presencia, como anduvo tu padre, con un corazón recto y sencillo, e hicieres todo lo que te tengo mandado, y guardares mis leyes y mandamientos,


¡Ah Señor!, acuérdate, te suplico, que yo he andado delante de ti con sinceridad y rectitud de corazón, haciendo lo que es agradable a tus ojos. Y derramó Ezequías abundancia de lágrimas.


Bien sé, Dios mío, que tú sondeas los corazones y que amas la sencillez; y por eso con sencillez de corazón he ofrecido gozoso todas estas cosas, y he visto cómo tu pueblo, que está aquí congregado te ha ofrecido sus dones con gran alegría.


Yo soy limpio, y sin culpa; inocente, y no hay en mí iniquidad.


El que tiene puras las manos y limpio el corazón; el que no ha recibido en vano su alma, ni hecho juramentos engañosos a su prójimo.


Los inocentes y justos se han unido conmigo, porque yo esperé en ti.


Lavaré mis manos en compañía de los inocentes; y rodearé, Señor, tu altar,


El Señor es quien juzga a los pueblos. Júzgame, pues, oh Señor, según mi justicia, y según la inocencia que hay en mí.


Acábese ya la malicia de los pecadores; y tú, ¡oh Dios!, que penetras los corazones, y los afectos más íntimos, encaminarás al justo.


Yo también exclamé: Luego en vano he purificado mi corazón y lavado mis manos en compañía de los inocentes.


y los apacentó con la inocencia de su corazón, y los gobernó con la sabiduría o prudencia de sus acciones.


La sencillez servirá como de guía a los justos; y la doblez acarreará a los pecadores su perdición.


El justo que procede con sencillez, dejará después de sí hijos dichosos.


Mi Dios envió su ángel, el cual cerró las bocas de los leones, y no me han hecho daño alguno; porque he sido hallado justo delante de él; mas tampoco para contigo, ¡oh rey!, he cometido delito alguno.


Porque toda nuestra gloria consiste en el testimonio que nos da la conciencia de haber procedido en este mundo con sencillez de corazón y sinceridad delante de Dios, no con la prudencia de la carne, sino según la gracia de Dios o espíritu de la buena nueva, y especialmente entre vosotros.


Testigos sois vosotros, y también Dios, de cuán santa, y justa, y sin querella alguna fue nuestra mansión entre vosotros, que habéis abrazado la fe,


y así ha sobreabundado en mí la gracia de nuestro Señor Jesucristo con la fe y caridad que es en Cristo Jesús o por sus méritos.


El muy fuerte Señor Dios, Dios el Señor fortísimo sabe muy bien nuestra intención; y también Israel podrá conocerla: si es que con ánimo de apostatar hemos levantado este altar, no nos ampare el Señor, antes nos castigue al momento;


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