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Gálatas 3:17 - Biblia Torres Amat 1825

17 Lo que quiero, pues, decir, es que habiendo hecho Dios una alianza con Abrahán en debida forma, la ley dada cuatrocientos treinta años después no ha podido anularla, ni invalidar la promesa.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Lo que trato de decir es lo siguiente: el acuerdo que Dios hizo con Abraham no podía anularse cuatrocientos treinta años más tarde —cuando Dios le dio la ley a Moisés—, porque Dios estaría rompiendo su promesa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Ahora digo lo siguiente: si Dios ha hecho un testamento en debida forma, la Ley, que vino cuatrocientos treinta años después, no pudo anularlo ni dejar sin efecto la promesa de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y esto digo: La ley, creada cuatrocientos treinta años° después,° no abroga un pacto previamente ratificado por Dios° para invalidar la promesa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Pues bien, digo esto: un testamento debidamente otorgado por Dios, no lo puede anular una ley que apareció cuatrocientos treinta años después, hasta el punto de hacer ineficaz la promesa.

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Gálatas 3:17
39 Referans Kwoze  

Entonces le fue dicho: Sepas desde ahora que tus descendientes han de vivir peregrinos en tierra ajena, donde los reducirán a esclavitud, y afligirlos han por espacio de cuatrocientos años.


Entonces el Señor firmó alianza con Abram, diciendo: A tu posteridad daré esta tierra desde el río del Egipto o Nilo hasta el grande río Eufrates.


Y Dios respondió a Abrahán: Sí por cierto: Sara te ha de parir un hijo, y le pondrás por nombre Isaac, y con él confirmaré mi pacto en alianza sempiterna, y con su descendencia después de él.


¿Pretendes tú acaso invalidar mi juicio; y condenarme a mí por justificarte a ti mismo?


la promesa hecha a Abrahán y su juramento a Isaac;


El Señor desbarata los proyectos de las naciones; deshace los designios de los pueblos, e inutiliza los planes de los príncipes.


El año en que murió el rey Acaz se cumplió este duro anuncio.


Al instante que venga, os arrebatará; porque vendrá muy de madrugada, y continuará día y noche; y sólo la aflicción hará entender las cosas que se han escuchado.


no es Dios como el hombre para que mienta, ni como hijo de hombre para estar sujeto a mudanza. ¿Cuándo él, pues, ha dicho una cosa, no lo hará? ¿Habiendo hablado, no cumplirá su palabra?


Pero si luego que lo entendió se opuso, e invalidó las promesas y las palabras con que ligó ella su conciencia, el Señor se lo perdonará.


Porque la ley fue dada por Moisés; mas la gracia y la verdad fue traída por Jesucristo.


Le predijo también Dios que sus descendientes morarían en tierra extraña, y serían esclavizados, y muy maltratados por espacio de cuatrocientos años;


a quien Dios propuso para ser la víctima de propiciación en virtud de su sangre por medio de la fe, a fin de demostrar la justicia que da él mismo perdonando los pecados pasados,


Porque, en fin, si algunos de ellos no han creído, ¿su infidelidad frustrará por ventura la fidelidad de Dios? Sin duda que no,


Quiero decir, que cada uno de vosotros toma partido, diciendo: Yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Cefas, yo de Cristo .


Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar la buena nueva; y a predicarla, sin valerme para eso de la elocuencia de palabras, o discursos de sabiduría humana, para que no se haga inútil la cruz de Jesucristo.


¿Mas qué?, ¿digo yo que lo sacrificado a los ídolos haya contraído alguna virtud?, ¿o que el ídolo sea algo?


Y lo que digo, hermanos míos, es, que el tiempo es corto; y que así lo que importa es que los que tienen mujer vivan como si no la tuviesen;


Pues todas cuantas promesas hay de Dios, tienen en éste sí su verdad; y también por él mismo todo tiene su infalible cumplimiento para honra y gloria de Dios, lo cual hace también la gloria de nuestro ministerio.


Lo que digo es que quien escasamente siembra, cogerá escasamente; y quien siembra a manos llenas, a manos llenas cogerá.


Hermanos míos después que un hombre ha otorgado en debida forma un testamento, nadie puede ni anularlo, ni alterarlo;


Luego replicaréis: ¿La ley es contra las promesas de Dios? No, por cierto. Porque si se hubiese dado una ley que pudiese vivificar o justificar, la justicia o santidad provendría realmente de la ley, y no de la fe.


Digo, pues, en suma: Proceded según el espíritu de Dios, y no satisfaréis los apetitos de la carne.


No tenéis ya parte ninguna con Cristo los que buscáis la justificación en la ley; habéis perdido la gracia.


acordaos, digo, que vosotros no teníais entonces parte alguna con Jesucristo, estabais enteramente separados de la sociedad de Israel, extranjeros, por lo tocante a las alianzas, sin esperanza de la promesa o bienes prometidos, y sin Dios en este mundo.


Os advierto, pues, y yo os conjuro de parte del Señor, que ya no viváis como todavía viven los otros gentiles que proceden en su conducta según la vanidad de sus pensamientos,


Y digo esto, para que nadie os deslumbre con sus sutiles discursos.


Ciertamente que los que hablan de esta suerte, bien dan a entender que buscan patria.


pues que la ley no condujo ninguna cosa a perfección, sino que lo que conduce a ella es una esperanza mejor, sustituida en su lugar, por la cual nos acercamos a Dios.


que por medio del mismo creéis en Dios, el cual le resucitó de la muerte y le glorificó, para que vosotros pusieseis también vuestra fe y vuestra esperanza en Dios.


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