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Gálatas 1:4 - Biblia Torres Amat 1825

4 el cual se dio a sí mismo a la muerte por nuestros pecados, para sacarnos de la corrupción de este mundo, conforme a la voluntad de Dios y padre nuestro ,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Tal como Dios nuestro Padre lo planeó, Jesús entregó su vida por nuestros pecados para rescatarnos de este mundo de maldad en el que vivimos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El se entregó por nuestros pecados para arrancarnos de nuestra mala condición presente, cumpliendo así la voluntad de Dios nuestro Padre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 el cual se dio por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo,° según la voluntad de nuestro Dios y Padre,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 que se entregó a sí mismo por nuestros pecados, para arrancarnos del perverso mundo actual, según la voluntad de Dios, nuestro Padre,

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Gálatas 1:4
56 Referans Kwoze  

para cumplir tu voluntad. Eso he deseado siempre, oh Dios mío; y tengo tu ley en medio de mi corazón.


Porque he aquí que yo voy a crear nuevos cielos y nueva tierra y de las cosas o tribulaciones primeras no se hará más memoria, ni recuerdo alguno;


El sembrado entre espinas es el que oye la palabra de Dios, mas los cuidados de este siglo y el embeleso de las riquezas lo sofocan y queda infructuosa.


Al modo que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir, y a dar su vida para redención de muchos.


Porque ésta es mi sangre, que será el sello del nuevo testamento , la cual será derramada por muchos para remisión de los pecados.


Se volvió de nuevo por segunda vez, y oró diciendo: Padre mío, si no puede pasar este cáliz sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.


Ved, pues, cómo habéis de orar: padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre;


Porque aun el Hijo del hombre no vino a que le sirviesen, sino a servir y a dar su vida por la redención de muchos.


Después tomó el pan, dio gracias, lo partió, y se los dio, diciendo: Este es mi cuerpo, el cual se da por vosotros; haced esto en memoria mía.


diciendo: Padre mío, si es de tu agrado, aleja de mí este cáliz. No obstante, no se haga mi voluntad, sino la tuya.


Yo soy el buen pastor. El buen pastor sacrifica su vida por sus ovejas.


Ahora mismo va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de este mundo va a ser lanzado fuera.


No puedo yo de mí mismo hacer cosa alguna. Yo sentencio según oigo de mi Padre, y mi sentencia es justa; porque no pretendo hacer mi voluntad, sino la de aquel que me ha enviado.


Pues he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad de aquel que me ha enviado.


A todos aquellos que estáis en Roma, que sois amados de Dios, y santos por vuestra vocación, gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y de nuestro Señor Jesucristo.


Y no queráis conformaros con este siglo, antes bien transformaos con la renovación de vuestro espíritu; a fin de acertar qué es lo bueno, y lo más agradable, y lo perfecto que Dios quiere de vosotros.


el cual fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación.


Pero aquel que penetra a fondo los corazones conoce bien qué es lo que desea el Espíritu, el cual no pide nada por los santos, que no sea según Dios.


Pues lo que era imposible que la ley hiciese, estando como estaba debilitada por la carne, lo hizo Dios cuando habiendo enviado a su Hijo revestido de una carne semejante a la del pecado, y héchole víctima por el pecado, mató así al pecado en la carne,


El que ni a su propio Hijo perdonó, sino que le entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo después de habérnosle dado a él, dejará de darnos cualquier otra cosa?


En primer lugar, pues, os he enseñado lo mismo que yo aprendí del Señor, es a saber, que Cristo murió por nuestros pecados conforme a las Escrituras.


para esos incrédulos cuyos entendimientos ha cegado el Dios de este siglo, para que no les alumbre la luz de la buena nueva de la gloria de Cristo , el cual es la imagen de Dios.


y yo vivo ahora, o más bien no soy yo el que vivo, sino que Cristo vive en mí. Así la vida que vivo ahora en esta carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo a la muerte por mí.


A mí líbreme Dios de gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo; por quien el mundo está muerto y crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo.


Por él fuimos también nosotros llamados como por suerte, habiendo sido predestinados según el decreto de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad,


en que vivisteis en otro tiempo, según la costumbre de este siglo mundano, a merced del príncipe que ejerce su potestad sobre este aire, que es el espíritu que al presente domina en los hijos rebeldes,


sino como prudentes, recobrando en cierto modo el tiempo perdido, porque los días de nuestra vida son malos.


y proceded con amor hacia vuestros hermanos, a ejemplo de lo que Cristo nos amó, y se ofreció a sí mismo a Dios en oblación y hostia de olor suavísimo.


Porque no es nuestra pelea solamente contra hombres de carne y sangre, sino contra los príncipes y potestades, contra los adalides de estas tinieblas del mundo, contra los espíritus malignos esparcidos en los aires.


Al Dios y padre nuestro sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


acordándonos delante del Dios y padre nuestro de las obras de vuestra fe, de los trabajos de vuestra caridad, y de la firmeza de vuestra esperanza en nuestro Señor Jesucristo,


¡Oh! quiera el Dios y padre nuestro , y nuestro Señor Jesucristo, dirigir nuestros pasos hacia vosotros.


Por lo demás, hermanos, os rogamos y conjuramos por el Señor Jesús , que según aprendisteis de nosotros el modo como debéis portaros y agradar a Dios, así procedáis, para adelantar más y más en el camino del Señor.


aliente y consuele vuestros corazones, y los confirme en toda obra y palabra buena.


del cual yo estoy constituido predicador y apóstol (digo la pura verdad, no miento) doctor de las gentes en la fe y verdad, o fiel y veraz.


Esto es lo que has de enseñar; y exhorta y reprende con plena autoridad. Pórtate de manera que nadie te menosprecie.


Antes uno en cierto lugar testificó, diciendo: ¿Qué es el hombre que así te acuerdas de él, o el hijo del hombre para que le mires tan favorablemente?


y que después de todo esto han caído; es imposible, digo, que sean renovados por la penitencia, puesto que cuanto es de su parte crucifican de nuevo en sí mismo al Hijo de Dios, y le exponen al escarnio.


Y por eso es Jesús mediador de un nuevo testamento , a fin de que mediante su muerte para expiación aun de las prevaricaciones cometidas en tiempo del primer Testamento, reciban la herencia eterna prometida a los que han sido llamados de Dios.


¿Pensáis acaso que sin motivo dice la Escritura: El Espíritu de Dios que habita en vosotros, os ama y codicia con celos?


Porque andabais como ovejas descarriadas, mas ahora os habéis convertido y reunido al pastor, y obispo o superintendente de vuestras almas.


En el cual, o por cuyo movimiento, fue también a predicar a los espíritus encarcelados,


Y si guardamos sus mandamientos, con eso sabemos que verdaderamente le hemos conocido.


Quien tiene bienes de este mundo, y viendo a su hermano en necesidad cierra las entrañas, para no compadecerse de él, ¿cómo es posible que resida en él la caridad de Dios?


y nos ha hecho reino y sacerdotes de Dios, Padre suyo. Al mismo la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.


con que nos hiciste para nuestro Dios reyes y sacerdotes; y reinaremos sobre la tierra hasta que después reinemos contigo en el cielo.


y exclamaban a grandes voces, diciendo: La salvación se debe a nuestro Dios, que está sentado en el solio, y al Cordero.


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