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Éxodo 34:9 - Biblia Torres Amat 1825

9 dijo: Señor, si he hallado gracia en tus ojos, te suplico que vengas con nosotros (siendo como es este pueblo de dura cerviz), y perdones nuestras maldades y pecados, y tomes posesión de nosotros.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y dijo: Si ahora, Señor, he hallado gracia en tus ojos, vaya ahora el Señor en medio de nosotros; porque es un pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos por tu heredad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Entonces dijo: —Oh Señor, si de verdad cuento con tu favor, te ruego que nos acompañes en el viaje. Es cierto que el pueblo es terco y rebelde, pero te pido que perdones nuestra iniquidad y nuestros pecados. Tómanos como tu posesión más preciada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 y dijo: 'Señor, si realmente me miras con buenos ojos, ven y camina en medio de nosotros; aunque sea un pueblo rebelde, perdona nuestras faltas y pecados, y recíbenos por herencia tuya.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 diciendo: Si ahora he hallado gracia ante tus ojos, oh Señor mío, te ruego mi Señor que, aunque somos pueblo de dura cerviz, vayas en medio de nosotros, perdones nuestra iniquidad y nuestro pecado y nos tomes por posesión tuya.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Y dijo: 'Ahora, mi Señor, si gozo de tu favor, dígnese mi Señor caminar con nosotros. Ciertamente, éste es un pueblo de dura cerviz, pero tú perdonarás nuestras faltas, nuestros pecados, y harás de nosotros tu heredad'.

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Éxodo 34:9
23 Referans Kwoze  

Por cuanto el Señor ha escogido para sí a Jacob ; a Israel, para propiedad suya.


Por la gloria de tu santo Nombre, ¡oh Señor!, perdonarás mi pecado, que ciertamente es muy grave.


Salva, ¡oh Señor!, a tu pueblo, y llena de bendiciones tu heredad; rígelos tú, ensálzalos por toda la eternidad.


Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo a quien escogió por herencia propia suya.


Y no haciendo ya caso de un pueblo que era su heredad, le entregó al filo de la espada.


Porque no ha de abandonar el Señor a su pueblo, ni dejar desamparada su heredad;


Ahora bien, si escuchareis mi voz y observareis mi pacto seréis para mí, entre todos los pueblos la porción escogida, ya que mía es toda la tierra.


Y añadió el Señor a Moisés: Veo que ese pueblo es de dura cerviz.


Dijo Moisés al Señor: Tú me mandas que salga conduciendo a este pueblo; y no me haces saber quién es aquel a quien has de enviar conmigo, y eso habiéndome dicho: Te conozco o amo particularmente, y has hallado gracia en mis ojos.


que conservas la misericordia para millares, que borras la iniquidad y los delitos, y los pecados; en cuya presencia ninguno de suyo es inocente, y que castigas la maldad de los padres en los hijos y nietos hasta la tercera y cuarta generación.


Porque sabía yo que tú eres un pueblo duro y tu frente de bronce.


No, no es como estas estatuas aquel Señor, que es la suerte que cupo a Jacob ; pues él es el autor de todo lo creado, y es Israel la porción de su herencia; su nombre es Señor de los ejérci-tos.


¿Quién es, oh Dios, semejante a ti que perdonas la maldad y olvidas el pecado de las reliquias de Israel herencia tuya? No dará ya el Señor libre curso a su indignación, porque él es amante de la misericordia.


Y poseerá a Judá como herencia suya en la tierra santa; y escogerá otra vez a Jerusalén .


Perdona, te ruego, el pecado de este pueblo, según la grandeza de tu misericordia, así como les has sido propicio desde que salieron de Egipto hasta este sitio.


enseñándolas a observar todas las cosas que yo os he mandado. Y estad ciertos que yo mismo estaré siempre con vosotros, hasta la consumación de los siglos.


Porque el Señor escogió a éstos como porción suya: tomó a Jacob por herencia propia.


Pues a vosotros el Señor os escogió, y os sacó de Egipto, como de una fragua en que se derrite el hierro, para tener un pueblo que sea su posesión hereditaria, conforme lo sois vosotros al presente.


Me postré después en el acatamiento del Señor como antes, por espacio de cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber, por causa de todos aquellos pecados que cometisteis contra el Señor, y con que le provocasteis a ira;


Y orando, dije: ¡Ah! Señor Dios, no destruyas a tu pueblo y a la herencia tuya, que rescataste con tu poderío; a los que sacaste de Egipto con mano esforzada.


Ellos son tu pueblo y la herencia tuya que sacaste de Egipto con tu gran poder y a fuerza de tu brazo.


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