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Éxodo 23:31 - Biblia Torres Amat 1825

31 Fijaré tus confines desde el mar Rojo hasta el mar de la Palestina, y desde el desierto de la Arabia hasta el río Eufrates. Pondré en tus manos a los moradores del país, y los arrojaré de tu presencia.

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Biblia Reina Valera 1960

31 Y fijaré tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Éufrates; porque pondré en tus manos a los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Y estableceré los límites de tu territorio desde el mar Rojo hasta el mar Mediterráneo, y desde el desierto oriental hasta el río Éufrates. Entregaré en tus manos a los pueblos que ahora viven en esa tierra, y tú los expulsarás de tu paso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 Fijaré tus fronteras desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos (Mediterráneo) y desde el desierto hasta el río Eufrates. Pondré en tus manos a los que ocupan el país y tú los echarás fuera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 Y estableceré tu frontera desde el Mar Rojo hasta el Mar de los Filisteos,° y desde el desierto hasta el Río,° porque entregaré en vuestras manos a los moradores de la tierra y tú los expulsarás de tu presencia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Fijaré tus confines desde el mar de los Juncos hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Río. Pondré en tu mano a los habitantes del país y los arrojaré de tu presencia.

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Éxodo 23:31
37 Referans Kwoze  

Entonces el Señor firmó alianza con Abram, diciendo: A tu posteridad daré esta tierra desde el río del Egipto o Nilo hasta el grande río Eufrates.


naciones de las cuales mandó el Señor a los hijos de Israel: No tomaréis de ellas mujeres para vosotros, ni ellos se casarán con las vuestras; porque infaliblemente pervertirán vuestros corazones, para que sigáis a sus dioses. A tales mujeres, pues, se unió Salomón con un amor ardentísimo;


Cuando he aquí que un profeta presentándose a Acab, rey de Israel, le dijo: Esto dice el Señor: ¿Has visto bien toda esta multitud innumerable? Pues mira, hoy la pondré yo en tus manos, para que sepas que yo soy el Señor.


Extendíase el dominio de Salomón sobre todos los reinos del país de los filisteos, desde el río Eufrates hasta las fronteras de Egipto, los cuales le traían presentes, y le estuvieron sujetos todo el tiempo que vivió.


Porque era el señor de todo el país de la otra parte del río, desde Tafsa hasta Gaza, y de todos los reyes de aquellas regiones; y estaba en paz con todos los confinantes de las fronteras.


Celebró, pues, entonces Salomón una fiesta solemnísima, y con él todo Israel, congregado en grandísimo número desde la entrada de Emat hasta el río de Egipto, en la presencia del Señor Dios nuestro, por espacio de siete días, y después otros siete, esto es, catorce días.


Y extendió su poderío sobre todos los reyes, desde el río Eufrates hasta la tierra de los filisteos y los confines de Egipto,


Y dominará de un mar a otro, y desde el río hasta el extremo de la tierra.


Pero dijo el Señor a Moisés: No le temas, porque en tus manos le tengo entregado a él y a todo su pueblo y tierra, y harás con él lo mismo que hiciste con Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesebón.


Prevén a los hijos de Israel y dales esta orden: Cuando hubierais entrado en la tierra de Canaán y poseyereis en ella lo que la suerte os habrá señalado, serán sus términos los siguientes:


dad la vuelta y marchad a las montañas de los amorreos y demás lugares vecinos, extendiéndoos por los llanos, y por los montes y valles que yacen al mediodía, y a la costa del mar Mediterráneo , por la tierra más septentrional de los cananeos y del Líbano, hasta el gran río Eufrates.


Mirad, dijo, que os la tengo dada: entrad y tomad posesión de la tierra, acerca de la cual juró el Señor a vuestros padres Abrahán, Isaac y Jacob , que se le daría a ellos, y después de ellos a su descendencia.


Todo lugar en que pusiereis el pie, será vuestro. Se extenderán vuestros términos desde el desierto y desde el Líbano, desde el gran río Eufrates hasta el mar Occidental o Mediterráneo.


Y el Señor Dios nuestro nos lo entregó; y lo matamos a él, a sus hijos y toda su gente.


desde Aroer, ciudad situada en un valle sobre la ribera del torrente Arnón, hasta Galaad. No hubo aldea ni ciudad que escapara de ser presa nuestra: todas nos las entregó el Señor Dios nuestro,


Porque en las ciudades que se te darán en la tierra prometida, no dejarás alma viviente;


Y me dijo el Señor: No le temas, porque así él como todo su pueblo y país están entregados en tus manos; y harás con éste lo mismo que hiciste con Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesebón.


asegurándoles que destruirá delante de ti a todos tus enemigos.


Pues has de saber hoy que irá delante de ti el mismo Dios tuyo, fuego devorador y consumidor, que los ha de desmenuzar y consumir, y disipar delante de tus ojos rápidamente, como te lo ha prometido.


Vuestros términos serán desde el desierto y desde el Líbano hasta el gran río Eufrates: toda la tierra de los heteos hasta el mar grande que cae al poniente será vuestra.


vosotros entre tanto no paréis de perseguir a los enemigos, hiriendo siempre la retaguardia de los fugitivos, ni dejéis entrar a guarecerse en sus ciudades a los que el Señor Dios ha entregado en vuestras manos.


Y dijo el Señor a Josué: No los temas; pues yo los tengo entregados en tus manos, ninguno de ellos podrá resistirte.


como el país de todos los que habitan en las montañas desde el Líbano hasta las aguas de Maserefot, con los sidonios todos. Yo soy el que los he de exterminar delante de los hijos de Israel. Entre, pues, todo este país a ser parte de la herencia de Israel, como te lo tengo mandado.


y le dijeron: El Señor ha puesto en nuestras manos toda esta tierra, y todos sus moradores están amilanados con el terror de nuestro nombre.


Y les dio paz con todas las naciones del contorno, y ninguno de los enemigos osó resistirles, sino que todos se sujetaron a su dominio.


Ved aquí que estoy yo para concluir la carrera de todos los mortales, y vosotros quedaréis bien convencidos que de todas las promesas que os hizo Dios, ni una sola ha quedado sin efecto.


Pasasteis después el Jordán y vinisteis a Jericó , donde se armaron contra vosotros los vecinos de aquella ciudad, los amorreos, los ferezeos, los cananeos, los heteos, los gergeseos, los heveos y jebuseos, y los entregué en vuestras manos.


Yo envié adelante de vosotros enjambres de avispones, con que lancé de sus tierras a los dos reyes amorreos, y no por medio de vuestra espada y arco;


y echó a todas las naciones a los amorreos habitantes del país en que nosotros hemos entrado. Así que serviremos al Señor; pues él es nuestro Dios.


Al fin os introduje en la tierra del amorreo, que habitaba a la otra parte del Jordán, y cuando combatían contra vosotros los entregué en vuestras manos, y os apoderasteis de su tierra, y los pasasteis a cuchillo.


dijo el Señor a Josué: Levanta el broquel que tienes en tu mano contra la ciudad de Hai, porque voy a entregártela.


Entonces mientras nosotros vamos huyendo y ellos siguiéndonos al alcance, saldréis de la emboscada y saquearéis la ciudad, la cual el Señor Dios vuestro pondrá en vuestras manos.


Cuidado que no seáis tal vez moradores de la tierra que nos pertenece como herencia nuestra, y nos esté prohibido hacer alianza con vosotros.


Se puso, pues, Judá en marcha; y el Señor entregó en sus manos al cananeo y al ferezeo, y mataron de ellos en Bezec diez mil hombres.


Mas el Señor lo entregó con todo su ejército en manos de Israel; el cual lo derrotó, y se apoderó de todo el país de los amorreos moradores de aquella tierra,


Pero las gentes que tenía David consigo, le dijeron: Ya ves que nosotros aun aquí en medio de la Judea no estamos sin miedo; ¿cuánto más si fuéremos a Ceila contra los batallones de los filisteos?


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