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Éxodo 2:21 - Biblia Torres Amat 1825

21 Como resultado de eso, Moisés juró que se quedaría con él. Y recibió por mujer a su hija Séfora,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

21 Y Moisés convino en morar con aquel varón; y él dio su hija Séfora por mujer a Moisés.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Moisés aceptó la invitación y se estableció allí con Reuel. Con el tiempo, Reuel le entregó a su hija Séfora por esposa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Moisés aceptó quedarse con aquel hombre, quien le dio por esposa a su hija Séfora.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Y Moisés aceptó habitar con aquel varón, y dio a Moisés su hija Séfora.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Moisés accedió a morar con aquel hombre, el cual le dio por mujer a su hija Séfora.

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Éxodo 2:21
15 Referans Kwoze  

que le adoptó por hijo, y le puso por nombre Moisés, como quien dice: Del agua le saqué.


¿En dónde está?, dijo el padre. ¿Por qué habéis dejado ir a ese hombre? Llamadle, a fin de que coma algo.


Empleándose Moisés en apacentar las ovejas de su suegro Jetro, sacerdote de Madián; y guiando una vez la grey al desierto, vino hasta el monte de Dios, Horeb,


Partió, pues, Moisés, y volvió a su suegro Jetro, y le dijo: Quisiera ir a visitar otra vez a mis hermanos en Egipto, para ver si viven todavía. A lo cual respondió Jetro: Ve enhorabuena.


Dijo entonces Moisés a Hobab, hijo de Raguel madianita, su pariente: Nosotros partimos para el país cuyo dominio nos ha de dar el Señor; ven con nosotros para que te hagamos bien, estableciéndote ventajosamente; pues el Señor ha prometido bienes a Israel.


Y hablaron María y Aarón contra Moisés a causa de su mujer la etiopisa,


Al oír esto Moisés se ausentó, y se retiró a vivir como extranjero en el país de Madián, donde tuvo dos hijos.


Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda que tampoco podremos llevarnos nada.


juzgando que el oprobio de Jesucristo era un tesoro más grande que todas las riquezas de Egipto; porque fijaba su vista en la recompensa.


de manera que podamos animosamente decir: El Señor es quien me ayuda; no temeré cosa que hagan contra mí los hombres.


pues así como saliendo el sol ardiente se va secando la hierba, cae la flor, y se acaba toda su vistosa hermosura, así también el rico se marchitará en sus andanzas.


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