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Éxodo 19:10 - Biblia Torres Amat 1825

10 quien le dijo: Vuelve al pueblo, y haz que todos se purifiquen entre hoy y mañana, y laven sus vestidos,

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Después el Señor le dijo a Moisés: «Desciende y prepara al pueblo para mi llegada. Conságralos hoy y mañana, y haz que laven sus ropas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Yavé dijo a Moisés: 'Vuelve donde el pueblo y mándales que se purifiquen hoy y mañana; que laven sus ropas'

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Entonces YHVH dijo a Moisés: Ve al pueblo y santifícalos hoy y mañana, y laven sus vestidos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Después dijo Yahveh a Moisés: 'Vuélvete a tu pueblo y haz que se purifique hoy y mañana. Que laven sus vestidos,

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Éxodo 19:10
24 Referans Kwoze  

Jacob inmediatamente, convocada toda su familia, dio esta orden: Arrojad los dioses extraños que hay en medio de vosotros, y purificaos, y mudaos los vestidos.


También Mifiboset, hijo de Saúl, descendió al encuentro del rey, y en señal de dolor no se había lavado los pies, ni hecho la barba, ni mudado sus vestidos desde el día que salió el rey de Jerusalén , hasta que regresó felizmente.


Pero los sacerdotes eran pocos, y no bastaban por sí solos para desollar las reses de los holocaustos; por cuyo motivo les ayudaron los levitas, sus hermanos, hasta que se acabó la función, y se hubieron purificado más sacerdotes; porque los levitas se purifican con menos ceremonias que los sacerdotes.


les dijo: Escuchadme, oh levitas: Purificaos; limpiad la casa del Señor Dios de vuestros padres y quitad del santuario toda inmundicia.


Concluido el turno de los días del convite, enviaba Job a llamarlos, y los santificaba, y levantándose de madrugada ofrecía holocaustos a Dios por cada uno de ellos. Porque decía: No sea que mis hijos hayan pecado y desechado a Dios en sus corazones. Esto hacía Job en todos aquellos días.


y si por necesidad carga con alguno de estos animales muertos, lavará sus vestidos y quedará inmundo hasta ponerse el sol.


Quienquiera que tocare su lecho lavará sus vestidos; y ése mismo, después de lavado con agua, quedará inmundo hasta la tarde.


Dirás también al pueblo: Purificaos; mañana comeréis carnes, ya que os he oído decir: ¿Quién nos dará carnes para comer?, mejor nos iba en Egipto. Sí, el Señor os dará carnes para que comáis


y de ese modo el hombre limpio purificará al inmundo el tercero y séptimo día; y purificado así en el día séptimo, se lavará todo, y también sus vestidos, y quedará inmundo hasta la tarde.


y todo lo que puede pasar por el fuego, con fuego será purificado; mas lo que no puede aguantar el fuego, se santificará con el agua de expiación.


Lavaréis vuestros vestidos el día séptimo, y después de purificados entraréis en el campamento.


y fueron purificados y lavados sus vestidos. Y Aarón los presentó en ofrenda en el acatamiento del Señor, y oró por ellos,


con estas ceremonias: Sean rociados con el agua de la expiación, y córtense todos los pelos de su cuerpo; y habiendo lavado sus vestidos y limpiádose,


Tales habéis sido algunos de vosotros en otro tiempo; pero fuisteis lavados, fuisteis santificados, fuisteis justificados, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, y por el Espíritu de nuestro Dios.


mantengamos firme la esperanza que hemos confesado (que fiel es quien hizo la promesa),


Y dijo Josué al pueblo: Santificaos; porque mañana ha de obrar el Señor maravillas entre vosotros.


Levántate, pues, santifica al pueblo, y diles: Santificaos para mañana. Porque esto dice el Señor Dios de Israel: ¡Oh, Israel!, el anatema o hurto sacrílego, está en medio de ti; no podrás contrarrestar a tus enemigos, hasta que sea exterminado de en medio de ti el que se ha contaminado con este sacrilegio.


Bienaventurados los que lavan sus vestiduras en la sangre del Cordero, para tener derecho al árbol de la vida y a entrar por las puertas de la ciudad santa.


Por esto están ante el solio de Dios, y le sirven alabándole día y noche en su templo; y aquel que está sentado en el solio, habitará en medio de ellos;


De paz, respondió Samuel. Vengo a ofrecer sacrificio al Señor; purificaos, y venid conmigo al sacrificio. Purificó, pues, a Isaí y a sus hijos, y los convidó al sacrificio.


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