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Éxodo 15:2 - Biblia Torres Amat 1825

2 El Señor es la fortaleza mía, y el objeto de mis alabanzas, porque El ha sido mi Salvador . Este es mi Dios, y yo publicaré su gloria: el Dios de mis padres, a quien he de ensalzar.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 El Señor es mi fuerza y mi canción; él me ha dado la victoria. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, ¡y lo exaltaré!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 ¡Yavé, mi fortaleza!, a él le cantaré, él fue mi salvación, él es mi Dios y lo alabaré, el Dios de mi padre, lo ensalzaré.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 YH° es mi fortaleza y mi cántico, Y me ha sido por salvación.° ¡Éste es mi Dios!, y lo alabaré, ¡Dios de mi padre!, y lo exaltaré.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Yah es mi fuerza y objeto de mi canto; él ha sido salvación para mí. Él es mi Dios, y yo lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo ensalzaré.

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Éxodo 15:2
64 Referans Kwoze  

Y estableceré mi pacto entre mí y entre ti, y entre tu posteridad después de ti en la serie de sus generaciones, con alianza sempiterna; para ser yo el Dios tuyo, y de la posteridad después de ti.


Yo, Señor, aguardaré TU SALUD.


Dios es mi defensa, en él esperaré; es mi escudo y el apoyo de mi salvación; él es el que me ensalza sobre mis enemigos, y él es mi amparo. Sí, Salvador mío, tú me librarás de toda violencia o iniquidad.


Vive para siempre el Señor, y bendito sea mi Dios. Sea engrandecido el Dios fuerte que me ha salvado.


A ti, que has salvado milagrosamente al rey que has escogido, y usas de tantas misericordias con David tu cristo , o ungido, y las usarás con su descendencia para siempre.


Pues tú escogiste a Israel para que fuese para siempre tu pueblo; y tú, ¡ah Señor Dios!, quisiste hacerte su Dios.


Anda y dile a mi siervo David: Esto dice el Señor: ¿Conque tú piensas edificarme casa para mi habitación?


No he descansado, oh Dios, hasta ver concluida una casa para tu habitación, para trono tuyo firmísimo para siempre.


Mas en efecto: ¿es creíble que verdaderamente Dios ha de habitar sobre la tierra? Porque si ni los cielos, oh Señor, ni los altísimos cielos pueden abarcarte, ¿cuánto menos esta casa que yo he construido?


El es el Señor nuestro Dios, él es quien juzga y gobierna todo el universo.


Oh Dios mío, no calles mi alabanza;


El Señor es mi fortaleza y mi gloria; el Señor se ha constituido salvación mía.


Aquí cantaré himnos de gratitud, por haberme oído y sido mi salvador .


¡Oh Señor!, tú eres mi Dios, y a ti tributaré acciones de gracias; tú eres mi Dios, y tu gloria ensalzaré. Tus alabanzas cantaré, porque me has oído, y te hiciste mi salvador .


ni reclinaré mis sienes hasta que tenga una habitación para el Señor, un Tabernáculo para el Dios de Jacob .


¡Señor, Señor!, de cuya fortaleza depende mi salvación, tú pusiste a cubierto mi cabeza el día del combate.


Te ensalzaré, ¡oh Dios y rey mío!, y bendeciré, y cantaré alabanzas a tu Nombre desde ahora, y por los siglos de los siglos.


Viva el Señor, y bendito sea mil veces mi Dios; y sea glorificado el Dios de mi salud.


Desde las entrañas de mi madre fui arrojado en tus brazos; desde el seno materno te tengo por mi Dios.


Tú habitas en la santa morada, tú, ¡oh gloria de Israel!


El Señor es mi luz y mi salvación: ¿a quién he de temer yo? El Señor es el defensor de mi vida: ¿quién me hará temblar?


El Señor es la fortaleza de su pueblo; él es el que en tantos lances ha salvado a su ungido.


Te glorificaré, ¡oh Señor!, por haberte declarado protector mío, no dejando que mis enemigos se gozaran a costa de mí.


Engrandeced conmigo al Señor, y todos a una ensalcemos su Nombre.


Porque aquí está Dios, el Dios nuestro, para siempre y por los siglos de los siglos. El nos gobernará eternamente.


¡Oh protector mío!, a ti cantaré salmos; pues tú oh Dios, eres mi asilo; ¡Dios mío, misericordia mía!


Nuestro Dios es el Dios que tiene la virtud de salvarnos; y del Señor, y muy del Señor, es librar de la muerte.


Ensalzad al Señor Dios nuestro, y adorad el arca , estrado de sus pies: porque él es el Santo.


Ensalzad al Señor nuestro Dios, y adoradle en su santo monte; porque el Señor Dios nuestro es el santo por excelencia.


Moisés respondió al pueblo: No temáis, estad firmes, y veréis los prodigios que ha de obrar hoy el Señor; pues esos egipcios que ahora estáis viendo, ya nunca más los volveréis a ver.


Yo soy, le añadió: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob . Se cubrió Moisés el rostro, porque no se atrevía a mirar hacia Dios.


Y tú le dirás: Esto dice el Señor: Israel es mi hijo primogénito.


una nube cubrió el Tabernáculo del Testimonio, y quedó todo lleno de la gloria del Señor.


Yo os adoptaré por pueblo mío y seré vuestro Dios, y conoceréis que Yo soy el Señor Dios vuestro que os habré sacado del yugo de los egipcios,


Sacaréis agua con gozo de las fuentes del salvador ;


Bendito seas, porque has convertido en escombros la ciudad: La ciudad poderosa, el alcázar de hombres extranjeros en un montón de ruinas, para que cese de ser ciudad, y nunca jamás será reedificada.


Porque esto dice el Señor, creador de los cielos, el mismo Dios que formó y conserva la tierra; el que es su Hacedor, y que no en vano la creó, sino que la hizo para que fuera habitada: Yo el Señor y no hay otro que yo.


El me ha dicho: Poco es el que tú me sirvas para restaurar las tribus de Jacob y convertir los despreciables restos de Israel; he aquí que yo te he destinado para ser luz de las naciones a fin de que tú seas la salud o el Salvador enviado por mí hasta los últimos confines de la tierra.


Esto dice el Señor: El cielo es mi solio, y la tierra peana de mis pies: ¿Qué casa, pues, es esa que vosotros edificaréis para mí, y cuál es aquel lugar donde he de fijar mi asiento?


Verdaderamente no eran más que embuste todos los ídolos de los collados y de tantos montes, verdaderamente que en el Señor Dios nuestro está la salud de Israel.


Mas ésta será la nueva alianza que yo haré, dice el Señor, con la casa de Israel, después que llegue aquel tiempo: Imprimiré mi ley en sus entrañas, y la grabaré en sus corazones; y yo seré su Dios, y ellos serán el pueblo mío.


Y ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.


Saliste para salvar a tu pueblo, para salvarlo por medio de tu Mesías. Heriste la cabeza de la casa del impío, descubriste sus cimientos de arriba abajo.


Y a esta tercera parte la haré pasar por el fuego, y la purificaré como se purifica la plata, y la acrisolaré como es acrisolado el oro. Ellos invocarán mi Nombre, y yo los escucharé propicio. Yo diré: Pueblo mío eres tú; y él dirá: Tú eres mi Dios y Señor.


enseñando la ciencia de la salvación a su pueblo, para el perdón de sus pecados,


Porque ya mis ojos han visto al Salvador que nos has dado,


Vosotros adoráis lo que no conocéis, pues sabéis poco de Dios; pero nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salud o el Salvador procede de los judíos.


con el fin de que todos honren al Hijo, de la manera que honran al Padre; que quien al Hijo no honra, tampoco honra al Padre que le ha enviado.


Fuera de él no hay que buscar la salvación en ningún otro. Pues no se ha dado a los hombres otro Nombre debajo del cielo, por el cual debamos salvarnos.


Porque Dios era el que reconciliaba consigo al mundo en Jesucristo, no imputándoles a ellos sus delitos, y él es el que nos ha encargado a nosotros predicar la reconciliación.


Por él entráis también vosotros, gentiles, a ser parte de la estructura de este edificio, para llegar a ser morada de Dios por medio del Espíritu Santo.


Porque él es tu gloria y el Dios tuyo: el que ha hecho por ti las cosas grandiosas y terribles que han visto tus ojos.


y toda lengua confiese que el Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre.


Todo lo puedo en aquel que me conforta, esto es, en Cristo .


porque en él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente, esto es, real y sustancialmente,


y cantando el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandiosas y admirables son tus obras, ¡oh Señor Dios omnipotente!, justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!


Después de estas cosas oí en el cielo como una voz de muchas gentes, que decían: ¡Aleluya!, la salvación, y la gloria, y el poder son debidos a nuestro Dios,


Se les saltaron a sus caballos las uñas de los pies con la impetuosidad de la huida, cayendo por los precipicios los más valientes de los enemigos.


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