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Éxodo 1:21 - Biblia Torres Amat 1825

21 Y por cuanto las parteras temieron más a Dios que al rey, afirmó sus casas, dándoles hijos y bienes.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

21 Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Además, como las parteras temían a Dios, él les concedió su propia familia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 y a las parteras, por haber temido a Dios, les concedió numerosa descendencia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Y por haber temido las parteras a ’Elohim, Él les° concedió muchos descendientes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Por haber temido a Dios las parteras, él les concedió numerosa descendencia.

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Éxodo 1:21
14 Referans Kwoze  

Ahora bien, si tú obedecieres todo cuanto yo te mandare, y siguieres mis caminos, e hicieres lo que es recto a mis ojos, guardando mis mandamientos y mis preceptos, como lo hizo David, mi siervo, yo seré contigo, y te fundaré una casa estable, como la edifiqué a David, y te haré señor de Israel.


Ahora, pues, vive Dios, que me ha establecido y colocado sobre el solio de mi padre David, y que me ha fundado casa como lo tenía prometido, que hoy ha de morir Adonías.


Bienaventurado el hombre que teme al Señor, y que toda su afición la pone en cumplir sus mandamientos.


Si el Señor no es el que edifica la casa, en vano se fatigan los que la fabrican. Si el Señor no guarda la ciudad, inútilmente se desvela el que la guarda.


he aquí que les viene del Señor la herencia, los hijos, las ganancias y las crías de los ganados.


Pon tu esperanza en el Señor, y haz obras buenas, y habitarás en la tierra, y gozarás de sus riquezas.


Pero las parteras temieron a Dios, y no ejecutaron la orden del rey de Egipto, sino que conservaban la vida a los niños.


Con la sabiduría se edificará la casa, y se consolidará con la prudencia.


Pero al contrario, esta misma paciencia con que es tolerado el pecador, aunque peque cien veces, me ha hecho conocer a mí que serán dichosos aquellos que temen a Dios y respetan su majestad.


Anda, ve a la familia de los recabitas, y habla con ellos, y condúcelos a la casa o templo del Señor, a uno de los aposentos de los tesoros o repuestos, y preséntales vino para que beban.


Y yo me proveeré de un sacerdote fiel, que obre según mi corazón y mi alma; y le fundaré una casa sólida y duradera, y caminará siempre delante de mí ungido.


Perdóname, mi señor, a tu sierva ese pecado de Nabal; porque seguramente edificará el Señor para ti una casa estable, por cuanto tú, dueño mío, peleas por el Señor; no se halle, pues, culpa ninguna en ti, en todos los días de tu vida.


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