Ester 9:3 - Biblia Torres Amat 18253 Pues aun los magistrados de las provincias, los gobernadores e intendentes, y todos los constituidos en dignidad, que en cada lugar presidían las obras, daban la mano a los judíos por temor de Mardoqueo, Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19603 Y todos los príncipes de las provincias, los sátrapas, capitanes y oficiales del rey, apoyaban a los judíos; porque el temor de Mardoqueo había caído sobre ellos. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente3 Además, todos los nobles de las provincias, los funcionarios de más alta posición, los gobernadores y los funcionarios reales ayudaron a los judíos por temor a Mardoqueo. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)3 Todos los gobernadores de provincia, los jefes, los responsables y los funcionarios del rey, ayudaron a los judíos por temor a Mardoqueo. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion3 Y todos los príncipes de las provincias, y los sátrapas, y los gobernadores, y los funcionarios menores del rey, apoyaban a los judíos, porque el temor de Mardoqueo había caído sobre ellos, Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19753 Todos los grandes de las provincias, los sátrapas, los gobernadores y los funcionarios del rey apoyaron a los judíos, porque el terror hacia Mardoqueo se había adueñado de todos ellos, Gade chapit la |
Fueron, pues, llamados los secretarios del rey el primer mes, llamado Nisán, el día trece del mismo mes; y escribieron en nombre del rey Asuero, según la orden de Amán, a todos los sátrapas del rey, y a los jueces de las provincias y de las diversas naciones según la variedad de las lenguas, para que cada nación pudiese leer el edicto y entenderlo; y las cartas, selladas, con el anillo del rey,
Asimismo en todos los pueblos, en las ciudades y provincias, doquiera que llegaban las órdenes del rey, se recibían con extraordinaria alegría, y había banquetes, y convites, y fiestas; en tanto grado, que muchos de otras naciones y sectas abrazaban la religión y ceremonias de los judíos. Tan grande era el terror que había infundido a todos el nombre judaico.
y dijo: Si es del agrado del rey, y si he hallagrado gracia en sus ojos, y mi súplica no le parece injusta, ruego encarecidamente que con nuevas cartas del rey sean invalidadas las precedentes cartas de Amán, perseguidor y enemigo de los judíos, con las cuales había mandado acabar con ellos en todas las provincias del reino.
Con esto, llamados los secretarios y escribientes del rey, corriendo el mes tercero, llamado Sibán, el día veintitrés, fueron escritas las cartas del modo que quiso Mardoqueo, a los judíos, y a los príncipes, y a los gobernadores, y jueces que mandaban en las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta la Etiopía; provincia por provincia, pueblo por pueblo, según sus lenguas y alfabetos, como también a los judíos, para que todo el mundo pudiese leerlas y entenderlas.